Úrsula Malfoy. Mi vida en Hogwarts.

Capitulo 7.

Se acercaba la Navidad y yo iba a pasarlas con mis padres en nuestra casa, fui al sitio secreto para encontrarme con Persea y Niko.

-Dios me muero me encantan tus zapatos.- gritó Persea, haciendo que Niko se asustase.

-Muchas gracias pero son de la temporada pasada.- dije mirando mis zapatos.

-Tienen que costar una fortuna.-

-No se la ropa la suele comprar mi madre.-

-¿Emocionadas por la navidad chicas?.- dijo Niko.

-Si tengo ganas de volver a mi casa a ver a mis hermanos y comer las galletas que hace mi madre.- dijo Persea chupándose el labio superior.

-Yo solo quiero ver a mi familia, pero en mi casa las navidades no se celebran como en otras casas a mi padre no le gusta el escandalo.- dije.- ¿Y tu Niko que harás?-

-Supongo que las pasare con mi abuela como siempre.-

Llegó el día todos los chicos que nos íbamos a volver a casa en Navidad estábamos esperando el expreso algunos podrían quedarse en Hogwarts si preferían, el expreso llegó y me senté con mis compañeras de habitación pero antes de llegar fui al compartimento donde se encontraban Niko, Persea y sus hermanos.

-Hola chicos no tengo mucho tiempo, solo quiero desearos Feliz Navidad.- dije abriendo la puerta.

-Uma.- gritó Persea.-Dime que me escribirás.- dijo con cara de perrito.

-Que clase de persona sería sino escribo a mi mejor amiga.- dije con una amplía sonrisa.

-Espero que disfrutes mucho Uma.- dijo Charlie sonriendo.

-Feliz Navidad.- me dijo Bill.

Persea, Niko y yo nos abrazamos y yo volví a mi compartimento después de un rato llegamos al andén 9 y 3/4. Baje del expreso buscando a mis padres, pero solo vi a Dobby.

-Dobby ¿y mis padres?.- dije buscando con la mirada, mientras todos los alumnos abrazaban a sus familiares.

-La esperan en casa señorita, su padre decía que no quería juntarse con gente inferiores a el.- dijo Dobby.

-Ah bueno.- dije apuntó de llorar creía que mis padres vendrían a recogerme.

-Lo siento señorita, ¿nos vamos?.-

-Si.- dije mientras cogía la mano de Dobby para que me llevase a casa.

Llegue a casa y allí estaba mi madre y mi hermano sentados en el salón.

-Uma cariño ¿Cómo estas?.- dijo mi madre mientras se acercaba a mi.

-Bien, pensé que vendrían a buscarme.-

-Ya conoces a tu padre.-

-Ya y ¿Dónde esta?.- dije.

-Esta en su despacho, ahora baja y cenamos todos juntos.-

-¿Y Ana?.- dije buscado a mi hermana.

-Creó que esta en su habitación.-

-Ah vale.- dije agachando la cabeza.- Voy a subir a dejar mis cosas a mi habitación, ¿vienes conmigo Draco?.- le dije a mi hermano.

-No, prefiero quedarme aquí.-

Subí a mi habitación con Hydro y se me saltaron algunas lágrimas, me quede allí hasta que Dobby me aviso para cenar. Bajé las escaleras y me senté en la mesa del comedor.

-¿Que tal en Hogwarts?.- de repente habló mi padre.

-Es genial mi clase favorita es encantamientos.- dije sonriendo.

-Y ¿ya tienes muchas amigas?.- pregunto mi madre.

Me hubiese encantado hablarles de Niko y Persea pero era mejor no hacerlo.- Si la mayoría de las chicas de Slytherin son mis amigas.-

-Cuanto me alegro cariño.- dijo mi madre mientras agarraba mi mano.

-¿Ya tienes novio?.- dijo mi hermano burlándose, haciendo que Ana se riera.

-No lo creó.- dijo Ana y yo la mire con desprecio.

-Draco.-gritó mi padre.- No seas impertinente.- dijo enfadado.- Y Ana callada estas mejor.- dijo ahora dirigiendose a mi hermana.

-Lo siento padre.- dijeron mis hermanos a la vez.

-¿Tienes pensado apuntarte al Quidditch?.- pregunto mi padre.

-Creó que no, sabes que no me gustan los deportes.- dije mirando hacia mi plato el cual no había tocado. Mi padre puso cara de despreció.

-Lucius no pasa nada, cuando Draco vaya a Hogwarts seguro que se apunta.- le dijo mi madre a mi padre.

-Claro el perfecto Draco se apuntara y sino le gusta lo hará para hacerte la pelota.- al decir eso, supuse que se avecinaba pelea.

-¿Que dijiste?.- dijo mi padre muy serio.

-Siempre es Draco sino me queríais ¿por que no me regalasteis o algo?, no habéis ni venido a buscarme al andén.- dije casi llorando.

-Uma ya te explicado el porque no hemos ido.- dijo ahora mi madre.

-Si pero todos estaban felices al ver a sus padres y se estaban abrazando y yo nada.- y comencé a llorar.-Siempre intentó contentarte padre, pero nunca lo consigo, no se que más hacer.- 

Mis padres se quedaron callados y yo no paraba de llorar, así que decidí levantarme de la mesa.

-Úrsula Narcissa Malfoy Black siéntate ahora mismo.- dijo mi padre.

-No quiero.- grite, era la primera vez que gritaba a mi padre y me fui corriendo a mi habitación y cerré la puerta y mis lágrimas no paraban de caer.

Pasaron unas horas y alguien llamó a mi puerta, no quería que nadie me molestase pero sabía que si volvía a gritar, ya me podía dar por muerta.

-¿Quien es?.- dije incorporándome de la cama.

-¿Puedo pasar?.- reconocí la voz de mi madre.

No quería que pasase pero decidí que pasase.

-¿Como estas cariño?.- dijo mi madre sentándose en el borde de mi cama.

-No se la verdad, no se que sentir.-

-Uma mírame.- mi madre cogió mi cara.-Nunca vuelvas a decir que no te queremos, tu padre y yo te adoramos, tu, Ana y Draco sois lo más importante de nuestra vida.-

-Pues no lo parece.- dije tirándome en la cama.

-Sabes como es tu padre, pero el te quiere y mucho, daría la vida por ti.- dijo mi madre cuando yo comencé a llorar.

-Pero me dolió madre que no vieran a buscarme.- dije secando mis lágrimas.

-Lo se y te pido disculpas por eso.- dijo mi madre tocando mi mejilla. De repente mi padre pasó por delante de mi puerta.

-Buenas noches.- dijo mi padre serio.

-Enseguida voy Lucius.- dijo mi madre.

-Padre.- dije antes de que se marchase.- Quiero disculparme por gritarle.- dije mientras una lágrima caía de mi ojo.

-Disculpas aceptadas, ahora descansa has tenido un día muy agitado.- dijo mientras me sonreía.

-Descansa cariño, mañana será un nuevo día.- dijo mi madre mientras depositaba un beso en mi frente y se fue con mi padre cerrando la puerta de la habitación.

-Buenas noches Uma.- dijo alguien abriendo la puerta de mi habitación.

-Descansa Draco.- le sonreí.

Me quede tumbada en la cama, mirando al techo mientras acariciaba a Hydro que ya se había dormido, hasta que caía en un profundo sueño.