Capítulo 29

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Marianne esperó que la lluvia del baño dejara de caer, esperó unos minutos y golpeó la puerta de la habitación.

—Sí Marie, pasa...

Entreabrió la puerta, llevaba el pantalón sin abrochar y secaba un poco su cabello con la toalla al tiempo que la observaba esperando que le explicara que necesitaba.

— ¿Quieres contarme que te pasa?

Máximo frunció el ceño.

—No.

Se hizo un silencio y Marianne se sorprendió de su respuesta tan seca.

Sonó el móvil.

—Claudia... ¿Qué necesitas? ¿Esta noche?... —hizo un silencio, dubitativo. —Ok.

Marianne entendió que algo había pasado con Dani.

— ¿Vas a salir esta noche?

—Si.

— ¿Con esa mujer? —Máximo la miró clavando sus ojos fríos en ella. No quería que se entrometa y se lo hacía notar.

Caminó hacia la puerta del balcón y miró a través del cristal, pero no respondió.

— ¿Piensas volver a lo mismo?... ¿y Dani? —Él giró enojado.

—Marie te amo, pero te pido que no te metas en esto.

— ¿Qué sucedió hijo?... cuéntame... estabas tan ilusionado, tan enamorado. —se acercó a él y apoyó una mano en su espalda. Al ver que no se apartó, lo abrazó y el pareció refugiarse en ella.

—Hay otro tipo... —volvió a mirar por el ventanal. Marianne frunció el ceño.

— ¿Te lo dijo?

—No hizo falta. —Cerró sus ojos un breve instante como si le pesara recordar.

— ¿Cómo es eso?

—Los vi juntos, en el parque. Es una historia larga y no quiero hablar ahora...

— ¿Le contaste de tus sentimientos? —Máximo rio irónicamente.

—No... claro que no. No pude, ¿cómo iba a decirle algo si la vi con el otro...? No quería ensuciar lo que teníamos. Pensé que era mejor mantenerme lejos, porque después de todo íbamos a seguir trabajando juntos y no quería incomodar aún más las cosas... De todas formas se fue...

— ¿Cómo que se fue? ¿De la empresa? —él asintió sin mirarla.

Se hizo un breve silencio y ella se apoyó en su hombro hablándole cerca de su oído.

— ¿Es Dani una mujer mentirosa? —Máximo frunció el ceño.

—No... no lo es.

—Entonces ve a decirle lo que sientes hijo, porque yo en sus ojos vi amor. —Volvió su rostro para mirarla. —Sí... vi la forma en que te miraba mientras hablábamos de ti, vi cómo te sonreía, y vi en su mirada, amor profundo. Si no sabe mentir, entonces debe haber otra explicación.

Sus palabras se metieron en su mente y se marcaron allí como hierro. Él había sentido en su mirada amor, en aquellos besos también... pero también la había visto tomando la mano de Alan, los había visto abrazados... Movió su cabeza evitando que esos pensamientos e ilusiones llegaran a su corazón.

—Marie, mejor déjame que me cambie... me están esperando.

Ella arrugó sus labios y movió la cabeza desilusionada. Caminó fuera de la habitación y cerró la puerta.

Él se quedó allí unos segundos, miró el reloj y se terminó de vestir porque Claudia lo esperaba. Se puso una camisa a rayas, se ciñó el cinto, tomó su abrigo y las llaves del BMW.

Bajó hasta la cochera, subió al coche y arrancó.

Cuando aparcó, miró al frente y allí estaba, en la casa de flores. Ya era de noche, se veía la luz de la cocina encendida. Cerró sus ojos, no sabía qué hacía allí. Con toda determinación había querido ir a ver a Claudia para arrancarse los labios de Dani de los suyos, para tratar de olvidarla, pero era inútil, no podría estar con otra mujer.

Miró hacia la ventana y la vio allí, sonrió y su pulso se aceleró. La observó un minuto y trató de aquietar su corazón y pensar qué le diría. Marie tenía razón, debía hablar con ella. De igual forma se había ido de la empresa y necesitaba tener esa conversación, decirle todo lo que sentía al verla, al estar a su lado, al verla sonreír.

Dani, lavaba los platos que estaban en la encimera, mientras Clara guardaba el resto de pan y barría las migas del suelo. Recordó la cena que él había preparado y sonrió, invadía sus pensamientos cada instante.

— Ya me voy acostar Dani, ¿vienes?

—Enseguida tía. Termino aquí y voy.

Acomodó los platos limpios y cuando se volvió para tomar los cubiertos y guardarlos, golpearon a la puerta. Arrugó la frente y miró el reloj.

Todo Fue Diseñado Antes que un Sólo Día PasaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora