Capítulo 17

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Sonó el móvil, abrió sus ojos que estaban sumamente hinchados, estaba tendido en el suelo. Se incorporó notando que le dolía cada centímetro de su cuerpo, había dormido tan profundo que le costaba enfocar la mirada y se sintió perdido, tardó unos segundos en darse cuenta dónde estaba y recordar todo lo sucedido la noche anterior. Cerró sus ojos un momento y los abrió súbitamente notando eso, que había dormido. Frunció el ceño incrédulo y sonrió. Miró el reloj, se levantó rápidamente para darse un baño. El agua caía por su cabeza y su espalda, estaba tan cálida y parecía que arrastraba consigo mucho pesar. Sonrió al tiempo que levantaba la cabeza para que el agua cayera en su rostro.

Gracias... Muchas gracias.

Se cambió y miró el móvil, tenía varias llamadas de Dani y mensajes preguntando por su tardanza. Ya sobre la hora bajó al lobby del hotel para dirigirse a la reunión que ya había comenzado.

Ella lo esperaba y le había guardado el lugar a su lado.

— ¿Qué sucedió? Estaba preocupada. Llamé varias veces y no sabía que pensar.

—No te preocupes. Todo está bien, me dormí. — dijo, y al pronunciarlo, sonrió. Ella lo miró frunciendo el ceño sin entender qué sucedía.

La reunión se extendió hasta el horario del almuerzo, era una comida parte del evento por lo que se desarrolló en el restaurante del hotel donde se había dispuesto.

Dani estaba de lo más aburrida, se había quedado en un rincón mientras Máximo se relacionaba con sus colegas, tomó un refresco y desde allí observaba todo a su alrededor. Se notaba que todos pertenecían al mismo mundo, vestían muy elegante y sus modales eran muy refinados. Notó que él conversaba a lo lejos con un grupo de señores y una mujer joven, asumió que continuaría así por un buen rato. Apenas había hablado con ella durante la mañana y aunque no quisiera admitirlo, extrañaba sus charlas. Deseó estar en la piscina otra vez, pasar esos momentos a solas uno tan cerca del otro. Cuando notó aquel anhelo de su corazón, casi se atragantó con el trago que tenía en la mano. Movió la cabeza tratando de aclarar sus ideas y su mirada se cruzó con la de él. Cuando le sonrió, sintió que de pronto tenía mucho calor.

Se dio la vuelta y decidió caminar por el lobby del hotel, apreciar los cuadros y las flores, eso sería mejor que estar sonrojándose y permitiendo que ese hombre trepara sus barreras  y las desarmara por completo. Había en las paredes obras magníficas, cuadros de paisajes que la transportaban a lugares bellos. Se paró frente a uno que llamó su atención especialmente. Era el mar, el océano pero desde una perspectiva especial, parecía pintado desde dentro de él. En el horizonte una línea infinita azul negruzca que se perdía en un cielo atardeciendo, naranjas, rojizos, amarillos, el océano profundo que se extendía salvaje, las olas rodeaban el cuerpo del pintor, la espuma golpeaba contra su cuerpo. Dani cerró los ojos y su mente se perdió en esa imagen, sentía el frío del agua, el sonido del mar, las olas contra su cuerpo rodeado de ese cielo infinito.

— ¿Estas soñando?...— Esa voz masculina tan cerca de su oído la sobresaltó, abrió los ojos y , él estaba allí, tan cerca de ella que tembló. Se apartó turbada de todo lo que hacía sentir en ella.

—Perdón, es que estaba... no importa...

—No, dime... te observaba y parecías tan lejana en tus pensamientos. —Dani sonrió.

—Es la pintura, es bellísima. —Él la observó asintiendo. —Creo que pude escuchar el mar por un momento mientras la observaba. 

—Te estuve buscando...

—Perdón, no sabía que me necesitabas. Es que la reunión estaba muy aburrida, y como estabas conversando no quise molestar.

—Siempre te necesito Dani. —Sonrió de forma pícara y ella puso sus ojos en blanco tratando de disimular, pero sus palabras ya habían hecho efecto y sus mejillas ya estaban rosadas.

Todo Fue Diseñado Antes que un Sólo Día PasaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora