6. Malos Pasos

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El Ejercito Imperial Azteca regreso a casa. Regreso derrotado y humillado, asustado y temeroso, oprimido y acabado. Los guerreros iban con las miradas bajas, muchos heridos, todos iban con los escudos rotos y partes de su lanza. Metzi iba ayudando a varias guerreras heridas que caminaban a cuestas con sus rodillas ensangrentadas. Itzel cargaba a un jaguar herido por la batalla, el pobre tenia tres costillas rotas. Tonauac estaba hundido en su orgullo golpeado, solo caminaba con una gran pesades y una vergüenza. Temoctzin estaba adolorido, su fractura le daba un dolor muy fuerte y apenas y podía caminar con ayuda de Cuahutemoc, pero estaban asustados por la presencia de Tezcatlipoca. El Emperador Cuitlahuac iba junto con su guardia real quien lo iba cuidando, durante todo el camino iba tosiendo y sudando mucho, la comezón en su piel va aumentando.

Mixcoatl callo durante todo el camino, sostenía su lanza de Coyolxahuqui y con la cabeza caída, los hombros bajos y la mirada apagada cargaba su fracaso a cuestas. No podía creer haberse equivocado frente a su gente, su pueblo.

-Mixcoatl... ¿Estas bien?- pregunto Metzi en una oportunidad de hablar con él. Estaba preocupada, nunca lo había visto tan depresivo.

-No fui capaz de alejar al mal... De destruir a los conquistadores... No fui capaz de proteger al pueblo. Aun soy débil...- contestaba Mixcoatl pausado, con una decepción propia incontenible.

-No digas eso... Eres el hombre mas valiente que conozco ¿esperabas enfrentar fácilmente a un dios temeroso y tramposo? Tu eres mas que eso, solo te tomo por sorpresa...- contestó Metzi tomando su mano, con la que Mixcoatl sostenía su lanza.

Mixcoatl avanzo y callo ante las palabras de Metzi, quien se quedo triste por la actitud negativa de su hombre.

Llegaron a la gran Tenochtitlan, entraron por la calzada oeste. Todos mantenían su mirada al suelo, derrotados y avergonzados... Esa misma actitud se contagio como enfermedad entre los tenochcas, quienes mientras los veían pasar se preparaban para el terror proveniente.

El Tlatocan (Consejo Supremo) estaba en la cima del Templo Mayor, y desde ahí vieron entrar a la plaza al grupo regular de guerreros, al emperador Cuitlahuac y al cihualcoatl Mixcoatl. Rápidamente los médicos herbolarios trasladaron a los heridos al hospital de Tenochtitlan para atenderlos, mientras que el emperador fue trasladado a su alcoba por sus sirvientes y seria atendido por su medico personal. Los demás guerreros se marcharon a limpiarse y dejar las armas a las ordenes de Mixcoatl, quien fue con el Tlatocan a recibir las represarías.

-Mixcoatl... Bienvenido, o no tan bien... Por lo visto...- decía un integrante del Tlatocan pero fue interrumpido por Mixcoatl.

-Si señores, lo se, quedamos en un acuerdo... Perdimos la batalla, el dios Tezcatlipoca se presento y devastó a la mayoría...- justificaba Mixcoatl la derrota pero el consejero del Tlatocan no lo dejo terminar.

-No. No hay pretexto. Es claro que ya no puedes liderar las fuerzas militares de los tenochcas, del Imperio Azteca... Eres descendido a guerrero águila, y pierdes tu titulo como Cihualcoatl. En tu lugar pondremos a Temoctzin... Ya no tendrás derecho a reivindicar, sera tu puesto permanente.- dijo el consejero.

Mixcoatl no tuvo de otra más que dar la vuelta y bajar del Templo Mayor, sin su penacho militar, ni su collar de Cihualcoatl. Sus amigos lo esperaban en la plaza, y aunque querían acercarse a él, no lo permitió y continuo solo hasta su palacio. Su ejercito propio lo siguió a distancia.

-Jefe Temoctzin, el Tlatocan lo espera en la sala 3 del Templo Mayor- dijo un sirviente.

La noche caía, el lago estaba en calma, la niebla cubrió la gran Tenochtitlan. Mixcoatl llego a su palacio, encontró a su madre y al Sacerdote Tlazopilli, con quienes se arrodillo en significado de su batalla perdida en Otumba. Yetzalin lo levanto y le dio un fuerte abrazo, el Sacerdote Tlazopilli lo tomo del hombro.

-Se lo que paso. Ve a descansar, mañana sera un nuevo día... Recuerda que te amo kone...- dijo Yetzalin a Mixcoatl.

En la sala 3, del Templo Mayor, Temoctzin estaba frente al Tlatocan esperando.

-Jefe Temoctzin... Lo estábamos esperando. Seremos directos... Mixcoatl fallo, perdió, y se tenia que cumplir la condición, así que fue destituido como Cihualcoatl y usted quedara en su lugar. Así que prepare todo para organizar una campaña y expulsar a los Conquistadores de nuestro imperio- dijo el consejero del Tlatocan.

-Señor... No puedo aceptar, se que fue un acuerdo, pero no puedo, es mi amigo y nadie mas como él puede dirigir al Ejército Imperial. No puedo. No acepto- dijo Temoctzin.

-Ignorare tus palabras, el nombramiento esta hecho- contesto el consejero del Tlatocan.

Mixcoatl - Heredero PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora