19. Camino al Fin

31 3 0
                                    

-Emperador... ¿Ya esta mejor? Lo vimos llegar muy herido y...- decía un grupo que representaba al Tlatocan.

-Estoy dispuesto señores, gracias por su preocupación. No importa como vengan las noticias, denme reportes y el estado del ejercito. Y también quiero la información sobre la expansión enemiga- dijo Mixcoatl.

Cuahutemoc, Temoctzin, Lázaro, Itzel, el Sacerdote Tlazopilli, representantes del Taltocan, y algunos servidores y encargados imperiales estaban reunidos en la Camara Principal para hablar con el emperador sobre los siguientes pasos después de la derrota de Tepeyacac. Dicha reunin la convoco Mixcoatl, y llego a ella con Metzi.

Entre todos lo lo hablado, los espías habían localizado el avance de Cortes sobre Atzcapotzalco por el occidente, sobre Aztahuacan por el Oriente y Tizapan por el Sur, el avance rápido en dos días después de la batalla fue gracias a que algunos pueblos traicionaron la alianza con los Aztecas y apoyaron a Cortes. El agua y la comida comienzan a escacear, los intercambios comerciales ya no son posibles, solo se subsiste con la pesca, la siembra de maíz local, los posos de la ciudad, los tributos de los pueblos que aun están de pie y aliados a Tenochtitlan. Sin embargo,. las Tzitzimimes no han mostrado una señal de amenaza.

El Ejercito Imperial solo ha perdido una cuarta parte del total de hombres y fuerzas con las que cuentan, sin contemplar los heridos. Los Jaguares de Alcoman aun están dispuestos a la guerra y la producción de armas nuevas se ha detenido, pero las reservas son suficientes para dos batallas mas.

Después del reporte completo, Mixcoatl pidió que se quedaran solo su consejo personal. Los representantes le dijeron a Mixcoatl, por ultimo, que hacia un buen trabajo, cualquier otro Emperador hubiera dado regalos y treguas.

-Mixcoatl, te seré sincero, los guerreros comienzan a perder esperanzas... Y creo que ya no hay mucho que hacer. Solo idear un par de planes para equilibrar nuestras fuerzas con los enemigos- dijo Cuahutemoc.

-Sabemos que se acerca el fin. Cortes esta a unos pasos de tenernos rodeados, Tlahuicole esta poseído por Tezcatlipoca, luche contra él y es mucho mas poderoso dentro de un guerrero con esas habilidades. los soldados españoles cada vez son menos, hay mas tlaxcaltecas y guerreros locales en sus filas, así que son obstáculos comunes y fáciles de vencer, el problema son los números... Nuestro ejercito es tres veces menos que el Ejercito Conquistador, y no obligare a mi gente a luchar, mi deber es protegerlos- dijo Mixcoatl. Hubo un momento de silencio.

-Mixcoatl... No te dejaremos solo, nosotros estamos contigo y te ayudaremos a defender el honor del Imperio- dijo Temoctzin.

-NO quiero que arriesguen sus vidas, es mucho para ustedes, tampoco quiero que los guerreros desaten mas sangre, no es justo para nadie, es algo que debo hacer solo- dijo Mixcoatl desesperado y preocupado.

-Mixcoatl, no solo es por ti, no solo es por el Imperio, a nosotros también nos lastimo, nos debe mucho, así que es personal- dijo Itzel.

-Tu seras el Emperador, pero no puedes controlar nuestras decisiones. Si nosotros queremos morir a tu lado lo haremos- dijo Lázaro.

-Cuitlahuac hubiera querido esto, defender Tenohtitlan hasta nuestro ultimo aliento...- dijo Cuahutemoc.

Todos estaban de pie mirando a Mixcoatl, dispuestos a dar la ultima pelea, sera el fin, pero quedaría marcado en la historia del hombre. -Alisten todo para la defensa de Tenochtitlan... Es una orden- dijo Mixcoatl orgulloso de sus amigos.

Durante toda una semana se prepararon las defensas de la ciudad, se derribaron los puentes dejando como único acceso el Puente a Tlacopan. Las canoas se reforzaron, se movieron rocas inmensas alrededor de la ciudad para evitar una aproximación de los navíos enemigos. Las armas se alistaron, se mejoraron las técnicas de ataque, se planearon estrategias e caso de cualquier situación. Todo estaba listo.

-Les hice estas nuevas armaduras, si daremos la cara a Cortes con todo lo que tenemos, hay que mantener una presentación intimidarte...- dijo el Sacerdote Tlazopilli, trabajo en nuevas armaduras para los amigos de Mixcoatl, mas fuertes y resistentes.

-Mixcoatl creo que ya es hora de que uses esto- dijo el Sacerdote Tlazopilli, entregándole al Emperador la Armadura de Quetzalcoatl. Entonces Mixcoatl creyó lo mismo, dijo la palabra "Tlanecistak" y la armadura por voluntad propia se puso sobre Mixcoatl, tomando un aspecto imponente y dándole un aspecto divino a Mixcoatl, con relieve de plumas, forma de cráneos en los hombros, protecciones en los brazos, piernas y rodillas, y un casco en forma de cabeza de águila reforzada, decorada con plumas largas de varios colores y tomando un color verde en algunas partes.

Mientras tanto, en Texcoco, los españoles estaban terminando los nuevos navíos de guerra y mandaba a casi todo el resto de soldados y guerreros que se quedaron ahí, ademas del ejercito completo de guerreros moribundos de Tlahuicole. Los grupos del Ejercito Conquistador, el del norte estaba en Atzcapozalco, el del sur estaba listo para atacar Coyulhuacan. El grupo del oriente sometía a Iztapalapa en esos instantes. Cortes, Tlahuicole y Xicotencatl brindaban en el palacio del tlatoani, en Atzcapozalco...

-¡Un brindis señores! Estamos cerca de lograr nuestro objetivo y ni Mixcoatl ni todo su ejercito inútil podrá impedir la extinción de los aztecas... Ha sido un honor luchar a lado de ustedes, y vaya que me han sorprendido con toda su magia y poder político. Les prometo que las recompensas sera inmensas para ustedes- dijo Cortes.

-Aun no festejes mi amigo... Los aztecas son insectos difíciles de matar. te lo digo yo que he tratado de acabar con ellos por años, fueron sometidos cuando llegaron a estas tierras... Vinieron de una isla, mas aya del norte, llamada Aztlan, donde ellos y otras ocho tribus viajaron en busca de una tierra nueva, prometida, llegaron aquí ya que según su dios Huitzilopochtli les indico que era el lugar adecuando para construir su ciudad, pero fueron sometidos fuertemente por el entonces señorío de Atzcapozalco, sin embargo, por mas abajo que estuvieran los aztecas, lograron levantarse y colocarse como el dueño de todo...- dijo Xicotencatl.

-Yo les prometo que cuando menos se lo esperen, Mixcoatl caerá, y su pueblo junto con él...- dijo Tlahuicole de forma siniestra que asusto a Cortes y Xicotencatl.

En Tenochtitlan, Mixcoatl mando mensajeros a los últimos pueblos aliados en pie, para invitarlos a la última batalla, abriendoles las puertas para refugiar a gente y abriendo sus filas en el ejercito para fortalecer las fuerzas aztecas.

Una invitación que en una semana fue usada, los últimos pueblos sobrevivientes del valle fueron sometidos, y los sobrevivientes fueron a Tenochtitlan.

Mixcoatl - Heredero PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora