18. La Ira del Emperador

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-No te quieras hacer el héroe Mixcoatl, yo no se que magia oscura manejan en este lado del mundo pero sinceramente no me intimidas tanto como para huir de tu "furia"... Ademas, ahora mismo acabare contigo, y después iré por tu ciudad...- dijo Cortes mientras los españoles disparaban. Mixcoatl trato de esquivar todos los proyectiles y flechas disparadas, algunas le dieron rasguños, se movió rápidamente hacia una estructura gruesa de roca que estaba en el área, la levanto y la uso para protegerse del ataque.

-No sabes cuanto espere para asesinarte...- dijo Cortes, mientras él y sus hombres se dirigían a Mixcoatl dispuestos a disparar sus arcabuces. Por sorpresa, Mixcoatl uso su poder divino y de sus manos desprendió tanta fuerza que arrojo la roca hacia el Ejercito Conquistador, dándole una baja considerable a Cortes. Aquel impulso de fuerza estropeo las armas de los españoles y no pudieron disparar a Mixcoatl.

Cortes lo vio acercarse, con sus ojos hundidos en un brillo  y su cuerpo rodeado de un aura verdes. Mixcoatl estaba dispuesto a aprenderlo y llevarlo a Tenochtitlan para ofrecerlo a los dioses, pero lo ataco Tlahuicole y lo empujo, alejándose ambos de Cortes y el ejercito.

-Aqui estamos de nuevo, bastardo- dijo Tlahuicole a Mixcoatl, quien se estaba levantando del impacto.

-¿Que buscas con traicionar a tu pueblo? Te daran un pueblo a cambio seguramente... ¿O que te ofrecieron? Espero que sea algo que valga toda esta actitud descarada hacia las razas de este mundo, y tengan con que pagarte aquellos invasores...- dijo Mixcoatl.

-Obtendré mas que eso... Un mundo nuevo, un mundo mejor, un pueblo avanzado y mejorado, la evolución. Ellos nos mostraran cosas nuevas, cosas mejores, debemos cambiar con el resto de hombres, y si no aceptan voluntariamente, los obligare yo mismo a aceptar- dijo Tlahuicole mientras lo golpeaba con fuerza.

Mixcoatl trato de defenderse con su Lanza de Coyoxahuiqui, pero fue inútil. Tlahuicole la arrojo y continuo atacándolo continuamente, al parecer también poseía un poder divino y de sus manos desprendió una fuerza hacia Mixcoatl que lo impacto contra decenas de arboles. A partir de ahí subió de tono el combate entre ambos.

Se enfrentaron con tanta rabia, sus golpes se volvían estruendos cubriendo el valle, destrozaron una montaña entre su pelea, la tierra se estremeció por sus poderes, el sentimiento de odio se desataba a todos lados. Mixcoatl estaba muy lastimado y herido de todo su cuerpo, eso era una señal de que su poder aun no esta desarrollado del todo, mientras que Tlahuicole no mostraba mas que unos cuantos rasguños y moretones.

-¿Ese es todo el poder del Hijo de Quetzalcoatl? Quieres cargar con un Imperio pero no puedes cargar con tu vida, patético- dijo Tlahuicole entre risas. Puso su pie sobre Mixcoatl y con gran fuerza intentaba aplastar su cabeza. Sin embargo, "llamo" a su Lanza de Coyoxahuiqui y con un fuerte ataque atravesar la pierna de Tlahuicole. Luego remato con una cortada en su pecho y en su espejo humeante, causándole un daño considerable.

-Crees que ese es el verdadero poder, la fuerza de voluntad y la valentía... Yo te enseñare- dijo Tlahuicole furioso, en un instante paso de una forma humana a una forma monstruosa... una bestia, un jaguar enorme con variados adornos de jade y oro, una mancha negra que cubría todo su lomo y un humo constante saliendo de su hocico. Mixcoatl solo agarro su Lanza con fuerza y se preparo a enfrentarlo, comenzó otra pelea, Tlahuicole en forma de Jaguar rasguñaba y atacaba a Mixcoatl sin descanso, y él respondía con golpes fuertes en su cuerpo bestial, provoco varias heridas con su lanza. Hasta que Tlahuicole lo tomo con sus colmillos afilados y los lastimo de su pierna derecha gravemente.

Lo tenia en el suelo listo para acabar con él, pero por sorpresa apareció Mixtli, ahora como un enorme Lobo gris, delgado pero fuerte y una mandíbula que rompía huesos. -¡Amigo!- exclamo Mixcoatl emocionado. Mixtli lo defendía y estaba cara a cara con Tlahuicole Jaguar, quien después huyo acobardado.

Mixtli tomo a Mixcoatl, lo subio a su lomo, tomo con su hocico la Lanza de Coyoxahuiqui y tomo camino a Tenochtitlan, veloz. Mixcoatl iba muy herido y se desmayo en el camino. Toda la batalla habia acabado, los aztecas perdieron esta vez y Cortes se asento en Tepeyacac, mando a llamar mas hombres y armas desde su base en Texcoco, al mismo tiempo iban avanzando por e lado este.

Ya era media noche, el fuego resplandecia mas, otros dos pueblos cayeron esa vez y sus gritos de terror llegaban hasta la gran ciudad. Eran varios guerreros heridos y otros desmotivados por l fuerza que tiene los españoles y tlaxcaltecas de su lado. Fue devastador para todos ver como los guerreros que quedaron atrapados en el puente cayeron ante las armas enemigas de forma atroz.

Llego Mixtli con Mixcoatl sobre él a Tenochtitlan, el Sacerdote Tlazopilli y Metzi corrieron a ayudarlo, lo llevaron a su palacio y ahí los médicos lo atendieron, estaba ensangrentado. el Sacerdote Tlazopilli trato de ayudar y saco de la alcoba a Metzi.

Ella fue afuera triste y muy angustiada después de ver como llego Mixcoatl, se quedo con Mixtli y lo abrazo fuerte.

-Mixtli... Que bueno que regresaste... Le hiciste mucha falta a Mixcoatl, y ahora solo hay que esperar a que se recupere- dijo Metzi. Ambos derramaron un par de lagrimas.

Paso la noche, Metzi y Mixtli se quedaron dormidos en la cámara principal del palacio esperando noticias de Mixcoatl, y fue así. -Metzi... Puedes pasar a verlo. Despierta- dijo el Sacerdote Tlazopilli.

-Mixcoatl... ¿Como te sientes, notlazohtlaliz?- pregunto Metzi quien se sento a lado de Mixcoatl.

-No pude... Esta vez gano, y no solo me daño a mi, también lo hizo a mi pueblo, a mis guerreros. Tlahuicole no es el mismo, Tezcatlipoca esta dentro de él y lo controla, ambos juntos son mas poderosos. Y lo peor de todo fueron esos guerreros que murieron por mi irresponsabilidad, pude haber hecho mas...- dijo Mixcoatl desmotivado.

-Aver, eres el Emperador de Tenochtitlan del Imperio Azteca, y no perdiste hombres, ellos dieron sus vidas por el futuro de su pueblo, es lo que cualquiera haría ahora, no te sientas culpable de una decisión que no fue tuya. Aun no acaba todo, aun no ha ganado, y aun no conoce al verdadero Mixcoatl... Debes volver, demostrarle, no solo a Tlahuicole o Tezcatlipoca, quien quiera que sea, también a Cortes, demuéstrales que eres el Hijo de Quetzalcoatl, no solo por tu fuerza y poder, también por tu sabiduría... Yo creo en ti- dijo Metzi tomando la mano de su esposo.

Mixcoatl - Heredero PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora