21. Quinta Defensa

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-Mixcoatl... Tenemos que retirarnos poco a poco, los navíos llegaron y atacan con gravedad- dijo Temoctzin.

Los navíos españoles llegaron y destruyeron las canoas aztecas, se trasladaron dos a cada contingente español, colocándose a ambos lados de los puentes y disparando a los aztecas, obligandolos a retroceder poco a poco. Pasaron una semana así, y las bajas aztecas aumentaron, sus estrategias cambiaron a una postura defensiva y atacaban a los conquistadores poco a poco, pero con efectividad.

Con el paso de los días los guerreros aztecas eran pocos en cada contingente, llegaban mas refuerzos pero se retiraban mayor numero de heridos, y se movían mas al interior del área de protección, hasta que pasaron la cadena de rocas puestas en el agua para frenar el avance marítimo del enemigo. Todo paso en casi dos meses, los dos meses mas difíciles para el Imperio Azteca, los dos meses mas retadores para los Españoles y para Cortes.

-¡Que vengan mas guerreros, preparen mas soldados, produzcan mas municiones, organicen mejor los ataques! ¡Desembarquen en Tlatelolco! Pero hagan algo, ¡Jolines! Esto es mas humillante que los persas frente a los espartanos...- dijo Cortes desesperado después de los dos meses de lucha.

Otro grupo de navios españoles llegaron a orillas de Tlatelolco, una comunidad de Tenochtitlan dedicada al comercio, el mercado mas grande de la region. Desgraciadamente atravezaron las piedras colocadas como defensa y causaron daños materiales a los navios que comenzaron a hundirse, una parte del ejercito transportado en ellos murieron en las aguas y en las rocas, pero otra parte sobrevivio y arribaron al islote. Soldados y guerreros tlaxcaltecas, ademas de las bestias enemigas atacaron aquella parte de la ciudad, y los pobladores trataron de huir al centro, otros se defendian ya que no habian guerreros del Ejercito Imperial ahi, en guardia.

-Mixcoatl, estan atacando Tlatelolco con fuerza y sin piedad...- informo Cuahutemoc al Emperador.

-Que el resto del Ejercito que protege Tenochtitlan suba a Tlatelolco y ataque con fuerza, no hay que permitir que ingresen a la ciudad... Es hora de implementar el plan de Resguardo- dijo Mixcoatl.

Las ordenes se ejecutaron. El contingente que protegía el centro de Tneochtitlan fue a la defensa de Tlatelolco, los guerreros águila y los rapados, ademas del Ejercito Emplumado de Lázaro, quien encabezaba la defensa, arremataron contra los infiltrados. El caos ya había entrado a la ciudad, o en parte de ella. Casas destruidas, soldados y guerreros muertos, un par de cañones arrazaban con las calles y edificios aztecas, los templos saqueados, sin embargo ningún objeto o tesoro salio de ahí, todos los españoles que huían eran alcanzados por flechas y lanzas.

Lázaro, en un intento desesperado por tener ventaja sobre los españoles, se apresuro, asesino a varios soldados hasta llegar a los cañones y disparar hacia los españoles de la calzada de Tepeyacac, sin embargo los españoles que estaban cerca de él actuaron rápido y se aproximaron para detener su hazaña. Lázaro se enfrento a dos, a cuatro, a seis soldados españoles, y luego también los acompañaron guerreros tlaxcaltecas, y poco a poco él los derrotaba, hasta que le dispararon flechas, y en una distracción los soldados españoles le atravesaron tres espadas.

Los guerreros aztecas corrieron a la escena y asesinaron a los montoneros, unos tomaron a Lázaro y se lo llevaron a recuperación, se le informo a Mixcoatl del atentado contra su compañero de guerra. Mixcoatl no lo pensó dos veces y corrió a verlo. Ya había perdido mucha sangre, y la herida atravesaba su cuerpo, justo en el abdomen, Mixcoatl ya no llego a cruzar palabra con él, solo presencio su ultima exhalación. Fue entonces cuando su mano, antes de tomar la de Mixcoatl, cayo.

En toda Tenochtitlan se escucho el grito desesperado de su Emperador. Cortes llego a escucharlo y sonrio, era señal de un buen avance y el castigo de Mixcoatl. El cielo comenzo a nublarse, otra tormenta llena de lluvia se aproximaba.

Mixcoatl salio del cuarto donde falleció Lazaro, con sus ojos y su aura verdes, aumento su fuerza y de un gran salto fue a Tlatelolco, era tan veloz que los españoles y tlaxcaltecas no tuvieron la oportunidad de ver su muerte, modifico su lanza de Coyoxahuqui en dos espadas largas y filosas, corto a cientos de enemigos, desato su furia incluso con el contingente enemigo del norte. Los guerreros bajo ordenes de Cuahutemoc y el Sacerdote Tlazopilli se quedaron atónitos ante la furia de Mixcoatl, quien con un uso de su poder divino, lanzo un impulso de fuerza, haciendo que los soldados y guerreros del frente se volvieran cenizas...

Los arrojo al agua del lago, paso sobre ellos rompiéndoles la cabeza, los atravezo incluso con su propias manos, les saco el corazón de un solo golpe, acabo con todos.

Despues de eso, del mismo norte llego quien menos se esperaba. Las Tzitzimimes se aproximaron a la calzada de Tepeyacac dispuestas a consumir carne humana, al fondo estaba Itzpapalotl, hambrienta de venganza y poder.

-¡No estoy de humor!- grito Mixcoatl. Su arma tomo otra forma, creando en sus placas protectoras un relieve tan filoso, unas laminas que sobresalían, capaces de cortar cualquier superficie.

Salto hacia las feroces bestias, y con su poder divino se enfrento a ellas, solo. Los aztecas veían el espectáculo de rayos verdes y el poder que desataba su Emperador, los lleno de motivación y aumentaron la fuerza de defensa frente a los Aztecas. Mixcoatl destrozaba las cabezas de las Tzitzimimes, en un rato tenia miles de cuerpos tirados, arrojados, esparcidos por las orillas de la calzada, rápidamente caían. Itzpapalotl comenzó a sentir miedo, y sus hijas comenzaban a escasear. El Verdadero Poder de Mixcoatl se presentaba por primera vez.

Itzpapalotl no dejaría que Mixcoatl acabara con sus hijas, así que uso gran parte de su poder para arrojar grandes rocas de fuego, inútiles que Mixcoatl esquivaba o destruía todas las que le eran lanzadas. Se aproximo de un gran salto a Itzpapalotl, y chocaron sus golpes, soltando gran cantidad de fuerza que fuertes vientos soplaron por el valle, arrojando a Mixcoatl a Tlatelolco y a Itzpapalotl contra las Montañas de Tepeyacac, acabando con la base española de Tepeyacac.

-Mixcoatl ha llegado a mi limite... ¡Haz algo Tlahuicole!- grito Cortes desesperado. Estaba con un grupo pequeño en la calzada de Tlacopan, después de huir del ataque repentino de Mixcoatl.

Tlahuicole soltó de sus manos un poder humeante que creo unas bestias endemoniadas, viejos monstruos del Mictlan...

Mixcoatl - Heredero PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora