Al siguiente día, Temoctzin se dirigió a hablar con su mejor amigo y comunicarle la desagradable decisión tomada por el Tlatocan, de la cual no esta orgulloso... Estaba esperándolo en los maizales para hablar.
-¿Que paso ikniwtli? Alguna novedad supongo...- dijo Mixcoatl con un gesto apagado.
-Lo que vengo a decirte no te gustara.... Y la verdad a mi tampoco. Ayer en la noche, después de que bajaste del Templo Mayor, me mando a llamar el Tlatocan para dar nuevas indicaciones, y yo...- decia Temoctzin avergonzado.
-Te nombraron el nuevo "Cihualcoatl" ¿cierto?- intervino Lázaro, quien llego repentinamente para hablar con Mixcoatl sin saber que estaba ocupado.
-Si, así es... Rechace el nombramiento, sin embargo insistieron y con el permiso de Cuitlahuac, bajo sentencia me pusieron al mando, pero no lo quiero...- contesto Temoctzin con voz baja.
-No te preocupes, si creías que estaría molesto no es asi. Tienes que ejercer el poder, no puedes desamparar a mis hombres... Bueno, a tus hombres. Tienes que dirigirlos a la campaña, tarde o temprano Cortes volverá, Tlahuicole destruirá la ciudad y los Tlaxcaltecas se dirán dueños de todo en colaboración con los españoles... No hay de otra- dijo Mixcoatl tomando amistosamente el hombro de Temoctzin.
-Tal vez hay una manera... Temoctzin es el "comandante" a los ojos del trono y los políticos, del Tlatocan... Pero Mixcoatl es el jefe mayor, la guía total para los guerreros, sin ofender Temoctzin. Pero piensenlo- decía Lázaro a ambos quienes cureoseaban la idea -Mixcoatl puede seguir dirigiendo al ejercito a las espaldas del Tlatocan, y tu Temoctzin podrás ejercer tu título, por derecho tienes que hacerlo, pero nadie mejor que Mixcoatl para tomar el control en esta situacion contra Cortes y los Tlaxcaltecas-.
Despues de unos minutos en que los Mixcoatl y Temoctzin pensaron en la ocurrente idea de Lázaro, por fin hablo uno -Puede funcionar, pero debemos ser cautelosos, el Tlatocan se puede enterar y las consecuencias serian graves...- dijo Mixcoatl.
-Y ¿Por donde comenzariamos?- pregunto Temoctzin.
-Los guerreros estan terminándose, y no creo que podamos reclutar mas, asi que nos enfocaremos en las armas. Las nuestras son perfectas, pero pueden ser mejores- dijo Mixcoatl pensando con cuidado los primeros pasos para la restauración del ejército imperial.
-Yo puedo ayudar en ello. Mi padre fue herrero...- Lázaro vio sus rostros confundidos -...bueno, el construía armas para los españoles, honradamente, y aunque eso fue hace muchos años, Cortes y sus hombres siguen usando las mismas... Por la experiencia que tuve al ayudarlo, las armaduras son frágiles a la fuerza de sus armas, que portan Obsidiana, pero sus bases son de madera y no soportan tanto como el metal... Aquí tienen bastante plata, eso les ayudaría a sus armas. Podrán ser mejores pero mas pesadas, es decisión de ustedes...- dijo Lázaro mientras les mostraba ejemplos con una espada, un yelmo y un macuahuitl.
-Lazaro ¡Es increíble! Podemos implementar eso, expondré la estrategia a los herreros aver que pueden hacer, traeré unos cuantos para que puedas indicarles como hacer eso...- dijo Temoctzin emocionado.
-Yo visitare a unos viejos amigos para tener mas apoyo militar y recursos...- apunto Mixcoatl.
-Bien, es hora de ponernos en la primera posición en esta guerra...- dijo Temoctzin.
Los tres le explicaron el plan a Metzi, Itzel y Tonauac quienes estuvieron de acuerdo para dar su apoyo. El Sacerdote Tlazopilli miraba con orgullo como los Guardianes del Imperio comenzarían a levantarse.
Después Temoctzin fue al palacio del emperador y en privado comunicó lo planteado a Cuitláhuac, aunque este se encontraba enfermo pero puso a su disposición todo el apoyo de Tenochtitlan y autorizó las mejoras al armamento.
Ya en la noche, Mixcoatl estaba en el pequeño templo de su palacio, pensando a quien orar ya que todos los dioses estaban muertos... Todos los tenochcas dejaron de dar ofrendas por la misma razón, la divinidad dejo de existir y el final esta en manos de los Conquistadores, solo les queda resistir.
-¿Por que no has puesto ofrenda hijo? Necesitas bendiciones para la guerra...- dijo el Sacerdote Tlazopilli quien llego a donde estaba Mixcoatl.
-Bendiciones... Necesitamos mas que bendiciones... Dime ¿A quien voy a orar?... Dame un nombre. Ya se ¿Huitzilopochtli? ¡Esta muerto! Al igual que mi padre, al igual que Tonatiuh quien se encuentra agonizando en el cielo cada vez mas rojo al irse por las tardes, al igual que todos los demas hermanos. Ya no hay nadie ¡Nadie! Yo solo debo cargar con esto, soy el hijo de Quetzalcoatl, es mi deber ¡Asi debe ser!... Ahora dime, ¿A quien orare?...- grito Mixcoatl desesperado y molesto.
-No debes enfrentar esto sin ayuda Mixcoatl... Nadie esta solo nunca. Acompañame, tienes que hacer un viaje- dijo el Sacerdote Tlazopilli.
Ambos salieron hacia su casa, y ahi bajo a una sala secreta. Cuando volvio, Mixcoatl lo ayudo a extender unos viejos documentos que soltaron mucho polvo.
-La biblioteca del Templo Mayor cada año cambia sus tesoros, y entre los sacerdotes nos repartimos las sobras, yo siempre tuve un fanatismo por las profecías y "cosas absurdas" escritas por nuestros ancestros... Este es una parte del viaje a Tenochtitlan, de la partida de Aztlan. Aquí el sacerdote Tenoch escribió que solo un pequeño puñado de sabios, bendecidos por los dioses, se quedaron a resguardar nuestro lugar de origen, estos vivirian por mucho tiempo, hasta el fin de nuestros dias... ¿Como es esto posible? Aqui esta otro documento que explica las escalas celestiales... Arriba estan los dioses de la creación, luego siguen Tonatiuh junto con la luna, siguen los cinco hermanos entre ellos Quetzalcoatl, Huitzilopochtli y Tezcatlipoca... Ya despues los dioses de la mazorca, de todo lo que nos rodea respectivamente... Al final quedan sus servidores, los mortales divinos, que son siervos de los Dioses y superiores a los sacerdotes, eso es lo que encontraras aya...- dijo el Sacerdote Tlazopilli.
-Tengo un mapa a Aztlan, el mismo que tu me regalaste cuando era niño... Ahora se por que me lo diste, tengo que ir, debo recurrir a su ayuda espiritual y recibir sus sabios consejos...- dijo Mixcoatl apresurandose a salir de Tenochtitlan.
-Mixcoatl ¡Espera! Toma algo en cuenta... El tiempo para usar la armadura esta cerca, no te niegues a su poder... Si llegas a necesitarla solo debes cerrar los ojos y tomando tu collar de piedra cristalina decir "Tlanecistak", entonces veras el poder de los objetos divinos- dijo el Sacerdote Tlazopilli a Mixcoatl quien seguido se fue de su casa.
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Mixcoatl - Heredero Perdido
Fiksi IlmiahHa pasado el primer reto para el Imperio Azteca. La Noche Triste, la Matanza de Toxcatl, puso a prueba su fuerza y su valentía. Mixcoatl ha vuelto para proteger a su pueblo, y esta vez no esta solo. Algunos españoles se han aliado con él y varios re...