Capítulo Veintinueve

16.9K 2.1K 68
                                    

Una semana después de su llegada, el cuerpo de Harding volvía poco a poco a su peso normal y un buen baño y unas cuantas noches en una cama decente hicieron milagros.

Estaba prácticamente recuperado.

Al memos físicamente.

Le costaba dormir. Las pesadillas lo asaltaban y despertaban todas las noches pero, cuando lo hacía, veía a Cristal dormida a su lado y se tranquilizaba porque sabía que, siempre que ella estuviera a su lado, nada podía salir mal.

Una mañana cualquiera, los dos se despertaron a la vez y se acurrucaron más juntos si cabía, mirándose bajo las primeras luces del alba.

Harding comenzó entonces a pasar, despreocupadamente, una mano por el vientre de su esposa mientras cavilaba en silencio con la mirada perdida.

Cristal, sin embargo, lo miraba concentrada a él, atenta a cualquier expresión de disgusto que mostrara para comenzar a hablar y distraerlo de sus pensamientos. Pero no tardó mucho en darse cuenta de que no era la guerra en lo que se hallaba inmerso su esposo en ese momento. La leve sonrisa que tenía, y que seguramente él ni se percataba de que estaba en su rostro, se lo indicaba.

-¿Sabes...?-comenzó para sorpresa de Cristal. No eran muchas las ocasiones en las que había hablado después de su llegada .- A lo mejor es un niño y ni siquiera hemos pensado un nombre para él.

-Con lo grande que está mi barriga hasta podrían ser dos .- le contestó su esposa riendo. Harding alzó una ceja sorprendido por esa posibilidad y después su sonrisa se ensanchó.

-Desde luego no estaría nada mal.- afirmó contento a una divertida Cristal.

- Hombres. Todos sois iguales, queréis hijos e hijos y más hijos. Como se nota que no sois vosotros los que los dais a luz.- bromeó haciendo que su marido se carcajeara suavemente.

-¿Richard?- preguntó él una vez que se hubo tranquilizado.

-Ni de broma.-se apresuró a contestar con una mueca de disgusto en el rostro.-Ese es un nombre soso. No quiero que me hijo sea un soso.

- ¿Harry?-continuó él sin pararse a refutar su alegato.-¿Robert?-Cristal alzó una ceja a modo de respuesta .- ¿Henry?

-¿Y si lo llamamos como tú?- le preguntó entonces ella ilusionada.- No, se a ti, pero a mí me entusiasma la idea de tener a un pequeño Harding correteando por la casa .- Cristal lo observó mirarla con un brillo especial y asentir.- Y si son dos niñas ... Lirio simple me ha parecido un nombre muy bonito ¿No crees?

Harding, en lugar de responder, se limitó a acariciar la mejilla de su mujer y a besarla mientras pensaba que, sin ligar a dudas y tal y como se lo había expresado en su boda, era el hombre más afortunado del mundo.

-Sólo con imaginarme a dos niñas rubias correteando por la casa me da dolor de cabeza . - bromeó él.

-No tienes de que preocuparte entonces porque tendrán el pelo negro.- afirmó ella vehementemente.

-¿Apostamos?- La retó su esposo divertido.

Cristal río suavemente.

-Las apuestas dejan de tener sentido cuando uno ya tiene todo lo que quiere, como es mi caso.- Harding le acarició con el pulgar la comisura de sus labios, enternecido.- Si son dos niños.- continuó entonces ella.- me gustaría ponerle el nombre de mi hermano. Geric.

La sonrisa de su marido fue poco a poco debilitándose hasta desaparecer por completo.

Cristal se alarmó.

Lady Habladora Adams (Saga héroes de guerra 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora