La pelirroja y el ojiverde entraron a su habitación de hotel asignada. El cuarto era de un color verde chicle , se situaba una ventana gigante que era el acceso al balcón, dos camas matrimoniales y el único espacio que las separaba era una mesita de noche que se localizaba frente a ellas. Se ubicaba un espejo mediano y un armario chico para colocar ropa. Saliendo al balcón, estaban dos sillas reposeras con una mesa pequeña para tomar café en las mañanas.
Los ojos de Ed se iluminaban, y Catherine no podía estar más feliz al ver, que el amor de su vida estaba disfrutando del paseo.
—¿Qué cama te gusta más? —interrogó la pelirroja , entrecerrando la ceja izquierda. El ojiverde se limitó a contestar y sólo se apresuró a tumbarse sobre la cama derecha de la habitación.
—Bien, yo me quedo con está —la pelirroja sonreía con los pómulos ensanchados.
Los chicos salieron al balcón a respirar el aire fresco y la paz que habitaba el lugar, el ambiente pacífico y silencioso lo rompió Edmond:
—Esto es, lo mejor de la vida. Podría estar así todos los días —sus ojos no despegaban la vista hacia la extravagante Torre Eiffel.
—Lo mismo digo, ¡Es increíble! —su mirada se desvió hacia los atentos orbes de Edmond —.Pero creo que me gusta más, lo que en este momento ven mis ojos.
Cuando sus mirada se ensamblaron , se pudo visualizar los pómulos rojizos del ojiverde. Sus miradas eran expectantes, causando añoranzas en su cabeza.
—Eres una dama muy hermosa, ¿Los sabías? —En ese instante, la mente de Catherine explotó en un tumulto de recuerdos y momentos que sólo ella recuerda...
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Mil palabras y un te amo.
Teen Fiction-¡Por favor mírame! -suplicando el ojiverde, alzo el mentón de la chica, que ya comenzaba con lagrimas en los ojos. -¡Créeme por favor soy yo! -sollozando saco las manos de sus pantalones, tratando de agarrar las de ella. -No lo eres estas mintiendo...