-¡Por favor mírame! -suplicando el ojiverde, alzo el mentón de la chica, que ya comenzaba con lagrimas en los ojos.
-¡Créeme por favor soy yo! -sollozando saco las manos de sus pantalones, tratando de agarrar las de ella.
-No lo eres estas mintiendo...
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Después de haber recordado ese inolvidable momento, su mente regresó a la actualidad. Su mirada se giró hacia el ojiverde que la había con una sonrisa tierna.
—Amore, ¿Te fuiste a otro planeta? —sus ojos la miraban atentamente.
—No cariño, es so-solo recordaba algo —su mirada se agachó y suspiro melancólicamente.
—Está bien ositos cariñositos —Amelié chasqueo los dedos hacia ambos ojiverdes.
—Les tenemos una sorpresa —habló Agné con un poco de misterio en su voz. Se acercó hacia ellos inclinándose hacia adelante de la mesa que compartían.
—¿Si? —la pelirroja confundida pregunto con un poco de intriga.
—¡Si! Y no es cualquier sorpresa —alardeo y echo su cabello hacia atrás con presunción.
—Son mayores de edad, ¿No? —Agné juguetona pregunto hacia este par de chicos.
—¿Por qué? —la pelirroja interrogó ya sospechando en el plan de las francesas.
—Porque vamos a ir a ¡Un lugar de adultos! —Amelie gritó aturdiendo a los demás que se ubicaban en la cafetería.
—Vamos a ir a un bar —rodo los ojos ya resignada, pensando que la pelirroja iba adivinar.
—Edmond no puede tomar —se cruzó los brazos mostrando molestia.
—¿Por qué No? —ahora Amelié cruzó lo brazos .
—Porque toma medicamentos, y no es un lugar apto para él —Amelié ladeo la cabeza y elevó la ceja derecha.
—Edmond, ¿Quieres ir con nosotras a un bar? — la pelirroja la miro frunciendo el ceño y ella sólo le correspondió guiñando el ojo.
—Si, no creo que sea malo. Además, casi no salgo de casa —encogió los hombros, todas aplaudieron y gritaron mientras que Catherine, se pegó con la palma derecha la frente.
Subieron al auto bastante emocionadas y durante el recorrido la pelirroja iba cruzada de brazos de vez en cuando miraba de reojo al ojiverde que la veía con preocupación.
