HP| Los hijos de Voldemort

Extra #2: Miedo

Observo al niño tres años correr por el pasto verde persiguiendo una mariposa. Fluer sentada junto una sabana juega con la niña pelinegra que se rie sin parar.

Camino detras de mi hijo a una distancia considerable, sus piernas rechonchas tambalean mientras corre, se que caera en cualquier momento y llorara. Como si lo hubiera predicho, el niño de cae y llora, corro a levantarlo y lo arrullo de un lado a otro para tranquilizarlo.

Este aprieta mi cabello jalandolo de un lado a otro mientras le sonrio. El niño me mira y sus ojos negros se clavan en los mios, es como mirar mi reflejo.

El aire comienza a soplar con intensidad, tapo la cara del bebe y lo abrazo mientras observo el cielo, los arboles se mueven de un lado a otro causando fuertes sonidos. Miro a todos lados buscando de donde viene el aire pero este solo me llega a mi, Fleur toma a la niña y la carga, me mira y entra a la casa.

Comienzo a caminar de espaldas al viento tomando con fuerza al bebe. Lo escucho reir y me giro de inmediato para ver que le hizo reir, pero no hay nada. Ei aire sigue soplando, tomo la canasta con una mano y sigo mi camino a la casa.

El bebe sigue riendo como si el aire le causara felicidad, la canasta cae de mis manos y me agacho para tomarla, siento como el bebe es jalado con rudeza de mis brazos, dejo la canasta donde estaba y me giro de un lado a otro con temor apretandolo.

Un temor que no habia vuelto a experimentar mas que en mis sueños. Observo la canasta en el piso y apresuro mi paso para entrar a la casa.

Antes de entrar el viento dice mi nombre haciendome temblar, con todo el miedo, me giro despacio y observo una colina alta que esta a apunto de perderse de mi vista por culpa de la noche.

El bebe comienza a reir y lo muevo de un lado a otro, su pequeña mano señala la colina, de inmediato observo a donde señala.

La frialdad recorre mi cuerpo al observar las personas que nos miran con una sonrisa. Camino de espaldas sin despejar la mirada de ellos, esas personas que algun dia vivi con ellos, llore, sufrie y luche para librarme, a solo unos metros de distancia me observan.

Abrazo al niño sin dejarlo de ver.

El hombre alzo una mano y la movio de un lado a otro sin dejar su sonrisa. Observo la casa por unos instantes y luego hacia la colina, pero para mi sorpresa ya no hay nadie.

-Papa- murmuro con miedo cuando la oscuridad al fin cayo en el lugar.