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-Tu padre ese día estaba viajando hacia Los Ángeles, yo salía de la bodega cuando Frank recibió una llamada, alguien había dado un chivatazo. Inmediatamente sacaron a tu hermano de casa y a mi me llevaron a la nave donde un chico me estaba esperando, él, sus padres, una hermana y una preciosa niña de un año. Realmente me confesó que había dado el chivatazo y sabes como se castigan esas cosas – yo asentí – vio morir a sus padres y a su hermana, yo misma los maté. Lógicamente yo no pude matar a aquel bebé, no era un monstruo, asi que me lo llevé conmigo a casa. Después de discutir un rato con Massimo decidimos llevarte a la comisaria diciendo que te encontramos abandonada. El médico nos confirmó que te habían maltratado y habían abusado de ti y en ese instante, tu padre no dudó en estar de acuerdo conmigo y adoptarte.

-Me quitaste el derecho a conocer a mi familia? – mi madre entre sollozos asintió – mataste a sangre fría a toda mi familia? – le volvía a hacer la misma pregunta por que no me lo creía – mi madre, la mujer cariñosa, buena, perfecta, esa tiene manchadas las manos con la sangre de mis padres?

-Lo siento hija – se limpió las lágrimas y levantó la cabeza con orgullo

-No me vuelvas a llamar hija en tu vida por que tú solo eres un monstruo.

La dejé ahí sola, mirando hacia el lago, como tantas veces la había visto y admirado cuando era pequeña, deseando convertirme en ella, en la mujer que ella era, pero hoy vi lo que ella realmente era. Caminé hacia mi casa y me tumbé en la cama, dejando salir aquel dolor que sentía, la traición más grande de mi vida.

-Estás bien? Que te sucede? – preguntó Diego preocupado, vestido con su uniforme

-Que hora es?

-Son las tres , que te pasa Victoria? – el timbre sonó – voy a ver quien es y hablamos.

Mi padre y mi hermano entraron los dos en la habitación igual que leones enjaulados.

-Tienes dos segundos para salir de la habitación.

Solo una vez en la vida vi a mi padre en este estado. Tenía 16 años y el que por entonces era mi novio había pasado por la ventana de mi habitación, otra noche más. Que tontos fuimos cuando pensábamos que había engañado a los guardias de seguridad cuando realmente mi padre sabía perfectamente que se encontraba ahí. Esa noche irrumpió en la habitación encontrándonos a los dos durmiendo, desnudos y como prueba de lo que ahí había pasado era la mancha de sangre en las sábanas. Mi madre fue la única que me pegó ese día en la mejilla pero mi padre no dejó de gritarme a mí y a ella durante mucho tiempo.

Después de recordar aquello salí de la habitación y lo ví hablando con Diego como si nada fuera a pasar, solo cuando me vio aparecer su cara cambió.

-Que cojones le dijiste a tu madre?

-Que era un monstruo – debía tener cuidado con lo que decía delante de Diego

-Pues ese monstruo fue la que luchó por ti y te puso por encima de todo. Esa mujer fue la que estaba dispuesta a abandonarme con tal de quedarse contigo y a esa misma mujer la vi llorar cuando el médico nos dijo que con tan solo un año ya habían abusado de ti, ya te habían violado. Esa misma mujer está ahora postrada en la cama de un hospital después de ingerir dos botes de antidepresivos.

-Mamá? – comencé a llorar – antidepresivos?

-Si, tú madre lleva dos años con depresión pero eso ahora no viene al caso. Ha luchado tanto por ti que por ninguno de nuestros hijos y te ha defendido en más de una ocasión.

Hija abandonada por la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora