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Joder como lloramos después de aquello, como lloré al verme antes rodeada de gente que me quería pero que ahora me miraban con odio. Lloré por que descubrí que mi madre, la mujer que me crio era la esencia y la alegría de esa familia. Lloré porque ahora, debido a mi estupidez me encontraba sola en el mundo, que aquella que nos mantuvo unidos durante tantos años no estaba, ni volvería en ningún momento. Lloré viendo a mi padre que perdió lo que tanto amo.

Cuando salía de aquel maldito despacho limpiándome las lágrimas de los ojos y subiéndome al coche comencé a recordar.

-Felicidades amore mio – los tres estábamos sentados en la mesa de la cocina, tenía 7 años y mi madre nos daba de comer – cumpleaños feliz – mi padre comenzó a cantárselo para el horror de mi madre que se tapó los oídos.

-Para Massimo, deja de cantar que va a llover cariño mío – los tres hermanos nos reímos de la broma

-He traído un regalo para la mujer más bonita del universo – le dio una caja rosa en la cual había un colgante con las siluetas de dos niñas y un niño

-Es perfecto – sonrió mientras abría otra caja donde encontró un vestido rojo y debajo un cuadro de todos, aquel cuadro era el que descansaba encima de la chimenea.

-Gracias – que asco, pensamos mientras los veíamos abrazarse y besarse – te quiero

-Y yo a ti, mi reina.

Entré en mi apartamento donde Diego ya tenía las maletas hechas y solo había que bajarlas.

-He dejado mi trabajo, he dejado una nota a mis padres diciéndoles que yo me pondría en contacto con ellos, todo por seguirte y sin saber siquiera que demonios pasa.

-No es el momento – me limpié las lágrimas

-Victoria, que pasa, por que debemos marcharnos.

-Diego, en su debido momento te lo contaré todo, te lo prometo, pero por ahora no hagas preguntas.

Asintió en silencio y no volvió a hablar hasta que llegamos a nuestro nuevo destino, Suiza. Nos quedamos en un hotel la primera noche.

-Mañana empezaremos a buscar casa – le dije tumbándome en la cama

-Y que se supone que voy a hacer aquí Victoria?

-Encontraremos algo.

-Victoria, soy policía.

-Mira Diego, mi madre se ha suicidado por mi culpa, mi padre y mis hermanos no me quieren ver ni en pintura, podrías callarte un poco no?

-Y yo soy el padre del bebé y tu marido y necesito una explicación.

Cerré los ojos ignorándolo, como le iba a explicar que mi padre era un mafioso, que fue mi madre la que mató a mi familia y que me adoptó.

Lógico que no conseguí dormir toda la noche y por la mañana cuando bajamos a coger un taxi y buscar casa tenía un humor de perros.

Después de buscar y buscar nos encontramos una casa de piedra en forma de L, con un patio delantero.

-Parece la casa de los anuncios navideños – dijo Diego.

-Me encanta, nos la quedaremos – le dije al chico de la inmobiliaria y firmamos el contrato – vamos a comer algo por favor – le rogué a Diego – quiero una hamburguesa con pepinillos – el sonrió

Al día siguiente fuimos a comprar dos coches, recuerdo que mi madre amaba el bentley que le regaló mi padre en su cumpleaños y si tenía ya 20 años pero lo guardaba como si fuera su joya más preciada.

Hija abandonada por la mafia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora