Asentí y dejé a Victoria en manos de mi padre y de Clara, sé que él disfrutará mucho de su compañía hoy. Primero me fui a mi peluquería de siempre donde me arreglaron el pelo en un moño trenzado, luego me acerqué a la primera boutique que vi y me compré un vestido azul largo y los zapatos y el bolso rosas.
Conduciendo mi audi volví a mi casa y me arreglé. Leonardo pasaría a las 8 a recogerme y eran ya las 6 y media. Primero me maquillé de una manera natural, un poco de lápiz de ojos, un poco de sombras rosa claro y rímel. En el labio me puse un poco de brillo transparente y ya está. Me coloqué el vestido y cuando le abría la puerta a Leonardo me estaba colocando el último tacón en el pie.
-Estás guapísima – me besó despacio, saboreando la coca cola que me acababa de tomar.
-Y tú, joder – me lo estaba comiendo con la mirada y en lo único que pensaba era en las mil maneras de quitarle ese traje.
-Estás preparada? – asentí y los dos bajamos en el ascensor para subirnos en la parte de atrás del todoterreno e irnos al hotel donde cenaríamos.
Cuando llegamos él me ayudó a bajar y entramos en el hotel. Sus hombres iban detrás y delante de nosotros y entrando en el salón se hicieron a un lado dejándonos paso.
Solo había una mesa larga, y más o menos unas veinte sillas alrededor.
-Nunca has ido a una cena así ¿
-No, mis padres sé que acudían a este tipo de cenas pero nunca nos han traído. Lo que no entiendo – seguí hablando – es por que se hacen este tipo de cenas.
-Hoy yo me reúno con los cabecillas de mi mafia, y luego están las cenas donde todos los mafiosos, por muy rivales que seamos, nos juntamos. Ahí se buscan aliados, beneficios, negocios etc.
-En cambio hoy tú solo quieres saber como va tú negocio.
-Efectivamente preciosa – me besó la mano y me agarró de la cintura llevándome así junto a un grupo de hombres que también estaban acompañados de mujeres – buenas noches señores.
Minutos después, ellos se habían apartado de nosotras, quedándome yo con las mujeres de estos.
-Tú eres la nueva conquista del jefe? – me preguntó una rubia impresionante.
-No soy la conquista de nadie – sonreí – soy su amiga.
-No he visto nunca a Leonardo traer aquí a una amiga, no a una con la que no se haya acostado.
-Bueno, eso es solo de nuestra incumbencia – me aparté del grupo donde la rubia era la que parecía mandar y me acerqué a la barra. Después de pedir un cóctel miré alrededor mío a ver si encontraba a Leonardo, pero la locura estaba desatada en aquel momento. Comenzaron a escucharse gritos de mujeres y gente corriendo y saliendo por las puertas. Leonardo se acercó a mi después de hablar con un hombre suyo y me dio las llaves de un coche.
-Coge el maserrati que hay en la puerta del hotel y vete.
-Qué sucede? – me estaba asustada
-Corre – me dijo antes de apartarse de mi lado y sacar el arma que llevaba en el pantalón atrás.
Salí de aquel salón y ví el cartel de EXIT que lo seguí, intentaba no mirar a ningún policía a la cara, no hasta que uno me agarró del brazo y me metió en el ascensor.
-Que cojones haces aquí?
-Diego?
-Que haces aquí Victoria?
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Hija abandonada por la mafia.
RomanceVictoria, la niña que Ada y Massimo adoptaron. Victoria, la mujer que hoy recordaba su infancia con una sonrisa en la cara. Victoria, la mujer que comete un error. Un error que se llevará a su madre a tres metros bajo tierra. Un error que la aparta...