Me sentí como una intrusa de nuevo, al escuchar en escondidas a mi padre y Evelyn hablar respecto a mí y refiriéndose en lo que paso en ese día, subí despacio las escaleras y me dirigí a mi cuarto, quise tomar agua pero mi cuerpo me pedía que regresase al cuarto, lo más antes posible, me encerré y no Salí hasta el día siguiente. Había despertado como otro día pero uno más en el que me hacia la pregunta.
"¿Qué paso aquel día?"
Me aliste normal, como siempre me había levantado temprano mucho más que los demás, alimente a Snowy y después continúe con alistarme, tome mis cosas y salí de casa sin voltear atrás, no pude dormir del todo ya que mi cabeza se encontraba pensando en lo sucedido de ayer, primero Adrián y dos acerca de lo que esos dos discutían...
Llegue al colegio, siendo una de las primeras y claro ahora no debo quedarme en el salón sentada esperando a que esos dos lleguen, decidí ir a la azotea, la que Adrián decidió llevarme, al dirigirme a la azotea me tope de nuevo con aquella tipa, la chica de piel morena y lentes grandes.
–Oh, tú de nuevo –en ese instante no la había reconocido, hasta que dijo –. Y ¿pudiste encontrar la azotea?
Fue cuando me acorde que ella me había dicho acerca de eso, la mire a los ojos para agradecerle por lo de aquella ocasión –Gracias por ello – ella solo me miro, lo que ella esperaba escuchar no era un agradecimiento quería saber acerca de...
–Aquel chico que llevabas cargando, ¿Se encuentra mejor? –mi mirada se tornó un poco seria cuando ella se refería a Adrián, claramente mi des concertación era evidente a simple vista.
–Claro, espero que el este mejor...
–Quise ayudarte mientras lo cargabas, pero no puedo ayudar a nadie –la ira de aquel momento había regresado a mí, el ver como todos solo murmuraban y no ayudaban llenaba en mí una ira inmensa hasta que mi mirada bajo y pude saber a qué se refería ella...
–Estas andaderas no me ayudan en absoluto –su pie cubierto por metales, hizo que mi culpa naciera, por un momento pensé que ella era uno de ellos sin embargo pensé de más sin saber las verdaderas razones, me quede hablando con ella, por un instante sentí una especia de relajación, ella tenía tantas cosas en común conmigo, nuestro tema principal se basó en gatos, es un raro tema de conversación pero comentar acerca de las cosas que hace a veces un gato es algo divertido por las anécdotas; mientras hablábamos, yo la ayude a súbir las escaleras para la azotea, ella me pidió que le hiciera ese favor de modo de agradecimiento, no me negué y la ayude a subir las escaleras, luego de ello al llegar a la azotea ella empieza a caminar, parecía que bailaba o eso yo veía.
–Me gustaría bailar –dijo ella mientras intento hacer una vuelta –. Aunque estos metales no ayudan a que tenga mejor flexibilidad.
–Pero mejor resistencia –dije, ella soltó una risa y luego carcajadas.