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Aun sabiendo que aquella mujer en la enfermería definitivamente no era ella, sentí que fuesen la misma persona sin embargo ambas se parecen bastante solo que la Doctora en la parte superior de su frente se encontraba una cicatriz, era del tamaño de un meñique, era notable por estar en medio de la frente y no en un costado.

Al llegar a casa Evelyn se encargó de avisar a mi padre acerca de lo ocurrido, por lo visto a quien habían llamado fue a mi padre y luego él le pidió a Evelyn que viniese por mí, típico, me senté en el sillón, de la nada me había empezado a dar sueño, me quede dormida mientras estaba sentada en el sillón, lo último que mis ojos hicieron fue parpadear por un par de segundos mientras veía como una silueta se acercaba a mí, creo que fue Evelyn, no estaba del todo segura...

–Cariño, despierta – esa voz, tan suave cálida –. Mami, tuve un sueño en el que tú, yo y papi fuimos al parque.

– ¿Qué dices Cris? Si estamos en el parque, te dormiste por jugar con tu padre –Recuerdo perfectamente este momento, cuando todo era risas y felicidad para mí, cero preocupaciones, ella era la felicidad en carne y hueso, lo era... –. Mami, te quiero mucho.

–Yo también cariño –solía tener esta clase de sueños, cuando era más pequeña solía extrañar esa parte de ella, pero actualmente verla ser así me es más una pesadilla, ya que ella en realidad no es así de linda. Este sueño, con el mismo escenario, en una pradera con flores en su entorno, ella ahí sentada mientras acariciaba mi frente pero la peor parte era cuando la tormenta se acercaba.

El cielo se tornó gris, empezó a correr más brisa, me levante y mire hacia alrededor, todo daba vueltas hasta que ella se paraba, la brisa se había detenido, solo escuchaba sus pasos viniendo hacia mí, inocentemente respondí.

–Mami ¿Qué pasa? – Parada en frente de mí, me dio una bofetada y luego una patada en el vientre, pude sentir el dolor, el escenario de esta pesadilla cambia, ahora me encontraba en el departamento, tirada en el suelo después de haber sido pateada –. ¿Qué mal te he hecho? –le pregunte, mientras mis lágrimas intentaban no derramarse por ver como aquella felicidad se distorsionó.

– ¡Todo esto es tu culpa! ¡Es tuya! –me tomo del cabello, arrastrándome hasta llegar a mi cuarto, ahí es cuando ella desapareció, como si fuese humo... mi habitación era el único lugar en el que me salvaba de ella, era mi refugio, de los gritos de ellos, por cada pelea y cuando ella se quería desquitar conmigo.

–Despierta... Vamos despierta, ¡DESPIERTA! ¡POR FAVOR! ¡QUIERO DESPERTAR! –solo estaba yo, en aquel cuarto, sentada en un rincón hasta que siento algo peludo pasar por mi brazo –. Snowy , te apesta el hocico, comprare otro atún para ti – las lágrimas salieron, mientras tanto lo abrazo como nunca antes, de repente sentí una mano encima de mi cabeza, acariciándola, mis lágrimas se detuvieron al ver como el me veía con aquella sonrisa.

–Despierta, Cristina.

SIN PALABRASWhere stories live. Discover now