Disculpas Y Confusión.

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Cuando Miss Vitello murió, decidió dejarle la florería a su más leal clienta ya que no tenía familia y ella le había enseñado mucho del negocio. Shenna era feliz con su trabajo y lo demostraba con sus acciones.

Arnold ya se tardo. Pensó nerviosa, se suponía que lo acompañaría al parque y luego la dejaría de regreso para poder abrir el local.

-Arnold. - dijo asustada cuando llego corriendo y hecho un desastre.

-She- respiro -Shenna, hola. - se calló tratando de respirar normal.

-No sé que te pasó pero ya vámonos, se me hará tarde. -dijo subiéndose al coche de él.

-Gracias. - dijo cuando recibió las llaves, ya más tranquilo.

-No, gracias a ti, si no hubiese sido por ti no hubiera podido hacer mis entregas ayer, aunque fallo un poco pero bueno, mañana ya me devuelven la camioneta por suerte ¿me vas a decir que te paso? -le sonrió.

-Tome el bus equivocado. - dijo sonriendo nervioso.

Shenna se río y comenzaron a platicar sobre distintos asuntos.

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Y justo en estas fechas decidí venir y Bob no me dijo nada del aire acondicionado. Pensó molesta Helga.

-Bob, el dinero que envió es para este tipo de cosas también... - dijo acalorada.

-No necesito el aire, casi no salgo y cuando lo hago prefiero ir a pie para ejercitarme. -

-Eso esta perfecto pero... ¡Fijate inepto!-gritó. Cuando alguien se pasó el semaforo.

-No grites. -

-Como sea. - dijo enojada.

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-Esa tipa tiene problemas. - dijo un divertido conductor.

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-Azul, buenas tardes. - dijo el director Simmons llegando al teatro donde los niños practicaban.

-Director Simmons. - dijo ella saludando con una gran sonrisa.

-¿Cómo va el ensayo? -

-De maravilla, señor, los niños están emocionados. -

-Me alegra mucho, hoy vendrá gente importante. -

-Donadores. -

-Son los más importantes, señorita Shortman. - dijo riendo.

Señorita Shortman...¿Y que tal...?

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-¿Mangos? -

-No me gustan. -

-¿Manzanas? -

-No. -

-Bien, bien, al parecer tendré que comprar yo todo sin consultarte porque nada te gusta. - dijo agarrando tres mangos.

El super era pequeño pero Helga consiguió todo lo que quería, más que nada verduras y carne, se había propuesto alimentar bien a su padre mientras esté ahí y cuando se haya ido le iba a contratar a una cocinera.

No puedo permitir que se me vaya...

Un pequeño choque le hizo levantar la vista.

-¿¡Helga!? -

Perfecto.

-Lila. - dijo tratando de sonreír.

-¿Por que paras? - dijo su padre llegando a donde ella estaba.

-Amor encontré... ¡Helga!-se escuchó a Eugene mientras se resbalaba por un charco cerca del carrito de su novia.

-Hola, Eugene. - hablo fuerte Helga para que la escuchara.

-¿Hace cuanto estas por aquí? -

-A penas hoy llegue. No sabía que tu y Eugene... -

-Llevamos año y medio de novios ¿cuánto tiempo te quedas? -

-No sé, depende. -

-¿De qué? -

-Lila, creo que yo debería ser psíquico. - Eugene se sobaba la cabeza

-¿Eh? -

-Te dije que Helga debería venir y a los ¿cuántos días? Bueno, no importa. ¿Podrías ayudarnos para que Arnold no se vaya? -

-¡Eugene! Disculpanos, Helga. No quiso... -

-No hay problema. Lila... Debo pedir disculpas. -

-¿Por qué? - dijo extrañada.

-Esa vez... Hace diez años. -

-Oh, Helga, no tienes porqué, mira después de un tiempo entendí tus razones. No debimos hacer eso, Arnold nos insistió y personalmente yo no quería participar como lo hizo Phoebe pero pensé que sería una buena idea... Me convenció. - dijo triste.

-Entonces, ¿estamos bien? No quiero tener problemas con nadie y... -

-Todo bien, Helga. Espero verte pronto andando por ahí. - dijo yéndose.

Yo no.

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-Arnold, Arnold... ¡Arnold! -

-¿Qué sucede? -

-¿Estas bien, Arnold? Te noto mal y ya te pasaste, debiste doblar en la calle anterior. -

-Rayos. - dijo enojado.

Deja de pensar en ella. Se dijo molesto.

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Regresando A Hillwood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora