Jung Hoseok es un estudiante en la academia de ballet más importante de Corea. Está decidido a perseguir sus sueños de ser el mejor y mayor reconocido bailarín de su país aunque algo se lo impide. Dinero. Por ello, decide buscar a un Sugar Daddy qu...
Desde que vió su perfil en aquella página, algo dentro de él le intrigó. No eran fotos provocativas, no había un mensaje urgido de sexo, no estaba la típica foto con el culo o las tetas sobresaliendo.
"PinkHope", el nombre le dejaba mucho a la imaginación pero nunca se había topado con fotografías de un chico sonriendo a su máximo esplendor. Le fascinó sus hoyuelos tiernos y tentativos, los labios finos y brillantes. Le encantó tanto que el perfil fuese tan discreto, algo como "El que busca, encuentra" y vaya que se topó con una mina de oro con aquél joven. Por donde sea que rebuscara en su perfil se ataba más a aquél chico potente. Su maldita verga lo aprobaba al cien.
Ahora esperaba sentado en una mesa privada la presencia de aquél joven. Solo no deseaba ser engañado porque entonces se olvidaría de la página que -su amigo y guardaespaldas- le había aconsejado. Bebía de un vino delicioso bajo las luces del candelabro relajando su maldito día estresante.
-Señor Min, su acompañante ha llegado.
Yoongi pasó del anfitrión al joven y resplandeciente chico con una mirada seria ¿Acaso no estaba feliz de verlo? ¿No era lo que esperaba? Cientos de personas darían lo que fuera por ocupar el lugar de aquél joven. Lucía como un chico odioso, aunque sus labios finos y el lunar sobre ellos le hizo tragar saliva. Buscó la mirada del moreno y en cuanto lo hizo, lo vió removerse, sabía que estaba causándole el efecto llamado "Min", el mismo por el cual las mujeres suspiraban ante su presencia y los hombres barrían su cuerpo con la mirada.
Min Yoongi estaba provocando a Hoseok solo con verlo. Su nerviosismo solo daba luz verde para aceptarlo como un sumiso obediente, sin embargo, detestaba la forma en que masticaba su goma ¿Acaso era una puta de burdel? Aunque, viéndolo de una perspectiva diferente supo que no por nada tenía esa manía de masticar.
¡Vaya! Hoseok era una caja de sorpresas.
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