Jung Hoseok es un estudiante en la academia de ballet más importante de Corea. Está decidido a perseguir sus sueños de ser el mejor y mayor reconocido bailarín de su país aunque algo se lo impide. Dinero. Por ello, decide buscar a un Sugar Daddy qu...
Hoseok carecía de muchas cosas y al mismo tiempo deseaba todo. Era su suerte por tener padres irresponsables y egocéntricos. Hace un par de años que no recordaba el rostro de su madre despuésde su abandono y su padre, solo sabía que era un maldito millonario con una reputación a la cual no sometería por él.
Odiaba a los riquillos presumidos pero ahora tendría que ser un lamebotas con ellos, en especial con aquél que conoció por Tinder.
Después de pasar un día entero decidiendo si debía aceptar la propuesta de Mr. Min -nombre en el que aparecía de usuario-, terminó yendo hacia su lugar de encuentro donde ganaría mil dólares sin haber acordado aún un término por ambas partes. Joder, en su cuenta ya descansaba esa grandiosa cantidad, lo que serviría para pagar su carrera de danza.
Ataviado en unos pantalones negros ajustados a sus piernas largas, una camisa blanca tentando sus clavículas y los zapatos brillantes después de haberlos pulido cada cinco minutos. Se sentía guapo, sexy y provocador. Sonreía orgulloso de su perfil afilado, su sonrisa confiada y de la forma en que hombres y mujeres volteaban a verlo con deseo.
El encuentro sería en un restaurante de tres estrellas, comida italiana, vino y lleno etiquetas.
Suspiró.
Por eso odiaba a los millonarios, despilfarrando dinero sin importar qué, mientras él sufría por unos cuantos billetes. Dudó aceptar a Mr. Min pero no tenía de otra, lo necesitaba pero lo odiaba por ello.
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