-¡Uno, dos, tres, cuatro! ¡Punta! ¡Uno, dos, tres, cuatro! ¡Estiren bien los brazos! ¡Seulgi, necesito ver las lineas rectas en tus piernas!En el salón de prácticas, todos ensayaban la obra. Había pasado ya un mes y las cosas parecían ser tranquilas, al menos para Hoseok.
Sosteniendo con fuerza la pequeña cintura de su compañera, la elevó en el aire creando así una perfecta pintura de ellos dos conformando sus papeles especiales en la obra. Todos sonrieron orgullosos pues Hoseok no había dado un buen trabajo, incluso, Bogum -el encargado de la coreografía- comenzaba a dudar pero creyó un poco más en él, antes de acercarse a Jimin para darle el papel principal.
Jimin observaba atento, orgulloso de su mejor amigo, podía incluso verse en sus pequeños ojos un destello alegre, estaba muy feliz por él. Claro, le había costado mucho hacer que su sonrisa apareciera en sus rostro, lo motivaba día con día, ensayaba junto a él, salían a distraerse con tal de hacer que el pelirojo dejara atrás su depresión. Después de aquella reunión con el señor Min pensó que Hoseok se lanzaría a sus brazos pero grande fue su sorpresa cuando volvió al auto envuelto en llanto. No se lo esperaba, mucho menos que su alegría se mermara hasta ese entonces. El orgullo de su amigo era muy grande y la humillación que le había hecho pasar no se la perdonaría con facilidad.
Suspiró.
Si Jimin hubiese estado en su lugar, seguro que lo perdonaría tan pronto como deseaba. Jimin era un completo romántico empedernido, amaba los detalles, lo cursi, lo cliché, incluso envidiaba un poco a Hobi por aquél amor imposible entre dos personas. Pensar en aquello le hizo recordar al hermoso chico que modelaba por donde vivía. Sus ojos penetrantes carcomiendo cada latido en su pecho.
¡Tu-Tum-Tu-Tum!
Su corazón latía con fuerza, sus mejillas se sonrojaron y un leve temblor en sus piernas le hicieron estremecer preguntándose como se sentiría ser abrazado por él, besado por sus labios y cuidado como a un tesoro.
-¡Suficiente por hoy! ¡Nos vemos mañana!
Se escucharon unos aplausos que hicieron eco por toda la sala. Los bailarines rompieron formación para tomar sus cosas y seguir a sus siguientes clases.
Jimin se acercó a su amigo para abrazarlo de la cintura.
-¡Lo hiciste muy bien, Hobi! ¡Me sorprendiste! ¡No dudo de que vas a hacer bien en la presentación!
Hoseok sonrió mostrando la forma de corazón que hacían sus labios.
-Gracias, Jimin.
Ambos platicaron un poco sobre festejar después de la presentación invitando a sus amigos cuando una voz irrumpió en el lugar.
-¡Tengo una entrega para Jung Hoseok!- Mencionó un tipo con traje gris y gorra, sosteniéndo una caja con forma redonda.
Todos se quedaron en silencio observando al mencionado.
Hoseok caminó hacia el chico echándole un vistazo a sus manos. Era una caja redonda muy buen adornada y con un logo bastante reconocido. Firmó de recibido para volver junto a Jimin. Algunas chicas y chicos se le acercaron curiosos de ver qué era aquello que sobresalía de las manos de su compañero.
-¡Es de Rosses! -Mencionó una chica con emoción.
-¡Abrelo, Hobi!- Dijo otra alentandolo.
Curioso, no perdió el tiempo. Abrió la tapa de aquella caja mostrando en su interior más de una docena de rosas color rosa. En el instante en que las descubrió aquellas flores un aroma dulce y cítrico se desató haciendo a todos los presentes suspirar. Junto a una a ellas, iba una nota que Hoseok prefirió leer en el momento que que los demás se distraían hablando sobre las rosas.
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FANTASY【YOONSEOK】
RomansaJung Hoseok es un estudiante en la academia de ballet más importante de Corea. Está decidido a perseguir sus sueños de ser el mejor y mayor reconocido bailarín de su país aunque algo se lo impide. Dinero. Por ello, decide buscar a un Sugar Daddy qu...