23. Soluciones

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Sintió calor, mucho calor por lo que despertó con una jaqueca tremenda, sudando y con un mal humor que fue remediado gracias a un mentolado aroma que se fundió en su nariz al instante en que abrió sus ojos. Era obvio que no estaba en su casa, su cama no era tan cómoda como en la que se removía, el solo iluminaba mucho la habitación aclarando su visión se su alrededor. Esta vez no reconoció nada en absoluto, la cama era amplia, las paredes no existían más que unas enormes ventanas que daban una vista espectacular al bosque que rodeaba la ciudad; habían dos puertas, una suponía que era del baño y la otra a la salida. El diseño del interior en su mayoría era blanco, salvo por unos toques plateados en las lámparas, marcos de fotos o espejos, un suelo pulcro, brillante, un candelabro en medio de la habitación y un singular espejo puesto en el techo sobre la cama.

Varias imágenes golpearon su mente, luces de colores, wisky, muchedumbre, un hombre acosándolo, llanto, golpes, sangre, Yoongi... Min Yoongi.

Se cubrió el rostro con las manos en cuanto cayo en cuenta de que había estado a punto de ser violado, que un bastardo desconocido hubiese tocado su cuerpo con deseo, que sus labios tocaran su piel ¡Qué asco! Un estremecimiento se apoderó de su cuerpo llenando de lágrimas sus ojos, inflandose con la imaginación del "qué pudo pasar si..." Soltó un quejido sonoro tirando de sus cabellos. Todo era su culpa, por sus malos deseos, su sed de venganza.

-Buenos días...

Levantó la mirada. Min Yoongi estaba de pie en la entrada, vistiendo un pantalón de pijama café y una camiseta blanca, su cabello negro y alborotado, el aire mañanero sobre su rostro lo hacían ver diferente, hogareño, cálido. Su sola presencia le causó tanta paz, seguridad y felicidad. Su voz ronca arrancó los malos sentimientos pues ahora se recreó a su lado, abrazando su cuerpo, besado sus finos labios.

Aquella noche, Yoongi la había pasado en vela, observando el cuerpo de Hoseok, meditando sobre la paliza que le había propinado a aquél tipo. Sus nudillos estaban rojos, incluso se había raspado uno de ellos tras golpear el suelo. Dolía pero no tanto como presenciar la casi violación de su chico.

Su chico...

Había pasado aquellos días enviándole flores a Hoseok tratando de conseguir su perdón, incluso se vio sorprendido sintiendo una comezón extraña en sus manos cada vez que escribía las notas que acompañaban sus regalos. Nunca en su puta vida había insistido tanto en alguien, mucho menos en un sumiso, en un chico que no conocía (hasta ese entonces porque había contratado a un investigador especial donde se enteró de la vida de aquel muchacho). Sentía la necesidad de tenerlo en sus brazo todo el tiempo, fundirse en él si fuese necesario, vivir de sus labios, sus caricias. Cubrió su rostro con las manos pensando en lo que acababa de pensar. Si alguien le hubiese dicho que estaría así de loco por un chico se hubiera reido por el chiste aunque ahora sentía una conexión especial con Hoseok, no sólo en el sexo (en el cual encajaban bastante bien), sino que también fuera de ello, recordando la salida al parque acuático. Lo sintió más como una pareja sentimental que un simple objeto sexual.

Hoseok se removió un poco para al fin despertar. Yoongi había salido un momento y pedir el desayuno.

-Buenos días... -Respondió Hoseok apenado por los sucesos de la noche anterior.

Un silencio incómodo se posó entre ellos. Ambos tenían muchas cosas que decirse y ninguna de ellas era algo por lo cual podrían lanzarse el uno al otro para besarle intensamente.

Hoseok no sabía si llamarlo por su nombre o como "Daddy" aunque este último ya no contaba tras romper su contrato.

-Eh... Yoongi. Yo no estoy aquí para firmar un nuevo contrato.

-Lo sé. Tampoco me apetece hablar sobre lo de anoche.

Ambos asintieron en silencio. El menor suspiró relamiendo sus labios. Yoongi deseó morderlos.

-Quiero hablar las cosas contigo, hablar claro y demostrar mis sentimientos por ti -Ambos se prepararon mentalmente. -Yo... no quiero firmar otro contrato, no quiero ser más tu sumiso... -El mayor abrió la boca pero Hoseok levantó la mano deteniendo sus palabras. -... Yo quiero ser algo más que eso. Me atrevo a pedirte que me des una oportunidad para salir como tu pareja- Jugó con las sábanas. -Suena atrevido pero no voy a engañarme y tampoco a mis sentimientos. Yoongi, yo me he enamorado de ti sin poder controlarlo. Me gustas demasiado tanto física como mentalmente. Pienso en ti todo el tiempo y cuando te imagino con alguien más yo... -Apretó la mandíbula conteniendo los celos. -Cometí muchos errores pero soy un adicto al sexo... aunque en esos momentos la única persona que pasa por mi mente eres tú... -Tragó saliva sin levantar la mirada por la vergüenza de su voz. -Admito que estaba liado con Bogum pero lo hacía para obtener un papel importante en el ballet ¿Sabes? Yo nunca había sido protagonista de algo, siempre soy el soldado número tres o el cisne número cinco eso si tengo suerte, de lo contrario solo paso a ser un ayudante de los bailarines, el repuesto de los repuestos... soy decepcionante y más aún cuando ahora te pido una oportunidad cuando no la merezco.

Yoongi sonrió al ver el tierno puchero que su chico hacía. No lo soportó más y se acercó para tomar sus manos, arrodillandose en el suelo, disfrutando de la vista matutina de Hoseok. El menor tenía los ojos hinchados, las mejillas rojas por la pena y el cabello alborotado.

-Hey... -Tomó su mentón para levantar su rostro. -No eres decepcionante, eres el chico más perfecto que jamás he conocido. He visto el brillo de anhelo en tus ojos cuando hablas del ballet y eso me vasta para darme cuenta que eres un ángel.

Hoseok negó con la cabeza.

-No me conoces, Yoongi... soy mucho menos que eso... tú no sabes de lo que soy capaz para tener lo que quiero- Sus ojos se cristalizaron, su nariz se pintó de rojo. Lucía apunto de romper a llorar. -Me acosté con el profesor de danza para obtener el papel principal dejando fuera a mi mejor amigo, quién merecía más que eso... soy una basura de persona y lo estoy pagando todo contigo... me odias, me detestas... no me amas... -Soltó un quejido limpiando sus lágrimas mientras mordía su labio conteniendo los hipidos.

El mayor se acercó para abrazarlo. Le dolía verlo así, ver sus lindos ojos llenos de lágrimas, ver su precioso rostro descomponerse ante la decepción de sí mismo. Acarició su cabello, limpiando el resto de sus lagrimas con los pulgares, sonriéndole, una sonrisa de verdad.

-Hoy es tu día de suerte porque... me estoy enamorando de ti, Hoseok... es una máquina imparable que va hacia a ti como el imán y no piensa hacer paradas. Estoy loco por ti, es por eso que te imploré, que te busqué.

-Yo-Yoongi...

Ambos acercaron sus rostros. Primero para unir sus frentes disfrutando de la presencia del otro, acariciando sus narices con ternura, compartiendo una mirada intensa cargada de amor hasta romper la separación con un beso suave, acariciando sus labios, suspirando, disfrutando de ello con delicadeza, sin prisas, solo aprovechando su tiempo a solas. Ambos conectaron por fin y se sintió tan bien estar unidos de corazón a corazón, sin contratos, sin reglas, solo ellos dos siendo lo que son. Dos personas enamoradas.



[...]



Ambos estaban en silencio, disfrutando el aroma del otro, desayunando fruta, compartiendo miradas traviesas sobre el otro, robando besos cortos, acariciando sus cuerpos, haciendo el amor como se debe, disfrutando del calor corporal.

-¿Esta vez haremos las cosas bien?- Preguntó Hoseok abrazado al cuerpo de Yoongi.

-Sí, cariño... -¡Oh! Cuánto extrañaba llamarlo así. - Esta vez seremos tú y yo. Amor y nada más que eso ¿Entendido?

-Entendido.

Sonrieron cerrando el contrato con un dulce beso.

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N/A: Disculpen los horrores de ortografía y lamento la tardanza.

FANTASY【YOONSEOK】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora