14. Juntos

6.7K 817 104
                                    


Hoseok sintió calor. Mucho calor. Podía sentir como algunas gotas de sudor resbalaban por su garganta, un sofocamiento le hacía removerse. No abría los ojos aún. Su cuerpo era aplastado por otro muy pesado, estaba envuelto por la cintura con una pierna, el pecho por un brazo. Abrió los ojos con lentitud llenando sus fosas nasales de un olor a lavanda y menta, sus ojos apreciaron los rayos del sol pintando la habitación de un amarillo, casi naranja. El silencio atrapó sus oídos y no hizo más que sonreír.

La bella vista que le brindaban sus ojos le provocaron un cosquilleo en el estómago, por fin supo que se sentían aquellas dichosas "mariposas en el estómago". Era como si las alas de los animalitos juguetearan por las paredes de su interior.

El rostro del señor Min era perfecto. Una nariz perfilada, pequeña, sus ojos gatunos, las cejas en línea recta y pobladas con una oscuridad tenebrosa, las pestañas largas, posando sobre sus pómulos, los labios delgados y finos, pintados de un rosa casi pálido. Todo ello encerrado en en un rostro ovalado, cubierto por un manto blanco de piel, suave y limpia. Hoseok estuvo tentado a acariciarlo pero sus brazos estaban atrapados.

Suspiró pensando que, la línea entre dinero y amor estaba siendo corrompida dentro de su subconsciente provocándole una ligera tormenta de pensamientos. Aún vagaban por su mente las últimas escenas de aquella noche en el club. No sabría que explicación declararía ante Bogum y Jimin; después de que el gran Min Yoongi apareciera por esos rumbos llevándoselo a quién sabe donde. Tendría que inventarse una buena mentira, al menos para Bogum, seria una lástima perder la oportunidad de seguir obteniendo papeles importantes en el ballet.

-Mmm...

Observó al señor Min removerse, apretando su agarre sobre su cintura. Se quedó congelado, esperando a que se quedara dormido pero la idea se esfumó tan rápido como sintió los largos dedos del pelinegro adueñarse de sus costillas provocándole cosquillas casi insoportables. Soltó una enorme carcajada tratando de escapar de ellos pero el peso sobre él se lo impedían.

-¡BASTA! ¡PARA! ¡NO!

Rió con fuerza pataleando en busca del sosiego. Sus oidos se deleitaron con la hermosa risa del señor Min. Divirtiéndose también con los gestos desesperados de Hoseok. Hasta que se detuvo para apropiarse de sus labios con un beso arrasador.

Yoongi se apropió de aquella boca que tanto deseaba, succionó sus labios, hundió su lengua dentro de su garganta, bebiendo los gemidos del joven, atrapando su cuerpo junto al suyo, tratando de unirse en un solo cuerpo y ahogarse en el placer que brotaba de ambos. Hoseok era un objeto de perdición, cada día deseaba más y más de él.

Cuando el aire les faltaba, Yoongi liberó sus labios buscando la mirada cristalina del su chico, quién con las mejillas rojas, le miraba con deseo. Su cabello rojizo alborotado, rodeando su bello rostro, tan inocente y al mismo tiempo tan perverso. Sin pensarlo dos veces le propinó una bofetada en la mejilla, marcando sus largos dedos sobre la piel morena de Hoseok.

El otro, soltó un gemido de placer cuando el dolor lanzó una descarga eléctrica por su columna hasta reposar sobre su vientre. El ardor coció su piel, al mismo tiempo que le provocaba placer.

-Más... -Gimió poniendo la otra mejilla a la espera del dolor.

Y así fue. Yoongi se acomodó para soltarle otra bofetada, observando como Hoseok volteaba el rostro por la fuerza. Le excitaba ver como su expresión cambiaba, los ojos llorosos, los labios entreabiertos con el rostro implorando por clemencia aunque sabía bien que se trataba de un deseo engañoso. Se sentía completamente satisfecho de la sumisión de Hoseok, quién parecía no temerle a nada.

El pelirrojo, al notar la mirada que quemaba sobre él, se acercó para tomar aquél rostro varonil y potente entre sus delicadas manos. Sus ojos lucían oscuros, como si una serie de preguntas salían disparadas por su mente. Tenía miedo de que se arrepintiera de tenerlo en su habitación, en su cama y no porque perdería dinero sino porque sería como caer al vacío sin sus frecuentes encuentros.

-¿Qué pasa, Daddy?

Yoongi cerró los ojos disfrutando de las cálidas caricias de Hoseok.

-Nada... salgamos- Sonrió.

-Pero ¿No irá a trabajar?

-Hoy no, bebé. Es fin de semana, puedo darme el lujo de brindarte un día libre contigo.

Hoseok vió una luz brillante cruzando el rostro del señor Min y tuvo la sensación de sonreír ante ese cambio tan cómodo. Emocionado, dió un brinco sobre la cama cayendo en los brazos del pelinegro.

-¿A donde iremos, Daddy?

-A donde te gustaría ir, cariño.

Hoseok se acomodó entre las piernas del señor Min moviendo la cabeza de un lado a otro buscando un lugar donde ni sus amigos  ni nadie lo reconocieran y arruinaran su día. Fué ahí cuando cruzó por su mente la idea de visitar un parque acuático a las orillas de la ciudad.

-¿Sabe? Nunca he ido al parque acuático. Ver el espectáculo de delfines, subirme a los juegos y mojarme.

-¿Mojarte? Yo puedo hacer eso... -Sonrió bajando sus manos de su espalda a sus nalgas para separarlas y hundir un dedo dentro de su ano.

Hoseok gimió con la intromisión del señor Min en su entrada, reposando su frente sobre su hombro.

-D-Daddy... -Sonrió cuando comenzó a penetrarlo mientras que con la otra mano tomaba su miembro masturbándolo con fuerza. -Ah... Ah... D-Daddy...

Yoongi sonrió cuando vió las caderas del menor moverse en círculos, arqueado la espalda pero tan malvado como siempre lo empujó con fuerza haciendo que el pelirojo cayera de espaldas a la cama, colocándose encima de él, besando la punta de su nariz.

-Perderemos tiempo si seguimos aquí, bebé. Vamos a ducharnos que nos espera un gran día.

Hoseok sonrió envolviendo sus brazos sobre su cuello, siendo cargado por el señor Min al baño donde follarían antes de salir del departamento. Ignoró las llamadas de Jimin y Bogum, esa tarde la disfrutaría tanto como pudiera.

FANTASY【YOONSEOK】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora