20. Discusiones

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Kim Namjoon era un empresario serio, inteligente en los negocios y buen estratega a la hora de concretar nexos con sus socios. A pesar de heredar el negocio de su padre, ha sabido llevar muy bien el trabajo con sudor y esfuerzo, no se podía hablar de él como alguien que obtuvo todo en bandeja de oro. A su edad, treinta y cuatros años, ya había contraído matrimonio con una joven chica, se llamaba Giselle. Ella era americana, ojos oscuros, cabello castaño claro, de buen tamaño y forma, su coeficiente intelectual era de buen grado. Conoció a Namjoon en un evento empresarial, ella manejaba una academia de modelaje importante de aquél país. Ambos congeniaron con su impecable carisma haciendo clic en ese instante. Tiempo después hubo una serie de cortejos, citas, besos y caricias hasta que se unieron en matrimonio, creando un lazo fuerte e inquebrantable. Dos años después, su primer hijo nació, un bebé saludable y fuerte con características combinadas de ambos, el más hermoso para ambos, hasta entonces todo iba de maravilla hasta que lo inevitable llegó...

Giselle sufrió de un cáncer pulmonar que la llevó directo a la muerte en menos de seis meses, meses en los cuales Namjoon partió su alma dividiendola entre ella y su pequeño hijo de dos años, quien convivió poco con su madre.

En todo ese tiempo, Namjoon se encargó de cuidar a su único primogénito para formar a un chico por el cual Giselle estaría orgullosa y así fue. Ahora tenía a su mando a un hermoso y joven adulto de veinti cuatro años quién decidió ser modelo, uno famoso por cierto.

-Señor Kim, su hijo desea verle- Anunció su asistente.

-Hazle pasar, por favor- Respondió sin quitarle la vista a la computadora.

La asistente de mediana edad, no tardó ni un minuto para volver a abrir la puerta, dándole paso a un hermoso joven: alto, tez bronceada, cabello castaño claro, ojos gatunos y seductores como los de su padre, labios gruesos, una belleza andante. Demasiado irreal para existir.

-Padre... -Se acercó con los brazos extendidos, listo para apretujar a su querido progenitor.

-Bebé- Recibió el gesto sonriendo.

Hacía poco tenía que agacharse para cargarlo entre sus brazos, hoy, era capaz de sentir su corazón palpitar junto al suyo. Aquél pensamiento siempre lo llenaba de orgullo y sentimientos encontrados.

-¿Cómo has estado? Hace mucho que no te veo, las sesiones en Daegu me quitan a mi propio hijo.

El chico sonrió.

-Padre, sabes que solo basta una llamada para que podamos salir a comer o visitarte en casa. Además, aproveché esta sesión porque estar tanto tiempo en America me hace extrañar mis raíces.

-¿Solo eso extrañas?

-Padre, no seas dramático. Sabes que también te echo de menos cada vez que viajo al extranjero pero allá están mi otra familia. Después de todo, soy una parte de mi madre y necesito recordarles con mi presencia.

Namjoon sonrió mostrando sus adorables hoyuelos. Su hijo había crecido mucho y era bastante maduro.

-Agradezco que tengas un corazón tan grande- Acarició su mejilla. -Toma asiento, bebé.

Su hijo, obediente, tomó asiento en uno de sus sofá en la oficina observando la vista desde arriba mientras negaba suavemente con la cabeza.

-Padre, ya no soy un bebé, tengo dieciocho años y...

-Sí, sí... no me hagas sentir viejo- Sirvió dos vasos de agua para entregarle uno a su chico. -Me cuesta aceptar que tengo ya treinta y ocho años.

-Padre... aún luces joven. Eres atractivo e inteligente... Mis compañeras aún me insisten en que debo darles tu número privado.

Namjoon negó bebiendo un poco de agua.

FANTASY【YOONSEOK】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora