FANTASY【YOONSEOK】

27. Límites

La villa de soltero de Min Yoongi cambió mucho desde que Hoseok se mudó con él, en especial el pequeño pedazo de ángel a quién llamaron, Minho.

Adoptaron al bebé tres días después de su encuentro, oficialmente eran sus padres y responsables de su bienestar. Hoseok creyó que Yoongi no se adaptaría al cambio tan drástico en su vida pues la carga de trabajo sumado a los llantos del pequeño a media noche harían estallar su cabeza, pero grande fue su sorpresa cuando Yoongi se volvió un hombre tan tierno, rendido a los pies de su hijo, a quién apodó como "kitty" por la forma en que sus labios lucían como los de un gato.

Hoseok se derretía de amor cada vez que Yoongi regresaba a casa, tiraba su maleta y corría en busca del calor de su hijo. Tenía ya un álbum completo de fotos donde jugaba con el bebé, lo llenaba de besos y disfrutaba darle biberón hasta que se rindiera en los brazos de Morfeo. Por supuesto, para Hoseok también implicaba un cambio en su vida, ahora tendría que pensar por dos, dejaría atrás su vida de soltero bailarín para ocuparse de su nueva familia, una a la cual extrañaba cada vez que salía para ensayar su rutina del Cascanueces.

La familia Min Jung daba todo de sí para salir a delante, incluso los parientes de Hoseok los apoyaban a pesar de que al principio les tomó por sorpresa la noticia.

Taehyung y Jimin estaban más que emocionados, eran los tíos que consentían al sobrino regalándole trajes de animalitos: Conejos, dinosaurios, ositos, pollitos, todo ese tipo de trajes que hacían ver adorable al pequeño, quién había heredado la piel pálida de su padre y unos hermosos ojos olivo.

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Las invitaciones para la gran gala de ballet de invierno al fin habían sido entregados, Hoseok estaba muy nervioso, era la primera vez que actuaría en un papel principal, aún así, recibió elogios de su instructor, Park Bogum, con quién rompió lazos de amistad y solo se trataban de maestro a alumno.

El gran día llegó. Hoseok se adelantó al palacio de artes para dar un último ensayo y prueba de vestuarios, Yoongi partiría a casa de sus suegros junto a Minho para después llegar juntos al evento de gala.

Eran ya las cinco de la tarde cuando el pelinegro vistió a su bebé con un mameluco y varias mantas pues el frío calaba los huesos. Él se vistió con un elegante traje de diseño a la medida. Parecía un gran hombre de negocios, salvo por la mochila color celeste que colgaba de su hombro con el biberón y ropa extra. Sostuvo a Minho entre sus brazos mientras daba instrucciones a su ama de llaves sobre lo tarde que llegarían, sobre todo, la cena sorpresa que tendría para Hoseok una vez que estuvieran solos en casa.

Su chofer, J.Seph ayudó en abrirle la puerta para entrar.

-¿A donde lo llevo, señor Min?

-A la casa de los padres de Hoseok, por favor- En cuanto habló su pequeño hijo hizo un mojín. -Hola Kitty. Iremos a casa de los abuelos- Dicho esto, dejó un pequeño beso en su naricita.

J.Seph sonrió de ternura tras ver la escena conmovedora a través del retrovisor. Encendió el auto y condujo.

Nunca jamás, Yoongi se hubiese imaginado que sostendría a un pequeño de dos meses en sus brazos, que estaría completamente enamorado de un bailarín de ballet, que estaría tan orgulloso de una familia. El sentimiento en su pecho era tan cálido cada vez que Hoseok se paseaba por la enorme casa, descalzo, usando shorts, sosteniéndo en brazos a su hijo mientras le daba un biberón. Solo de pensarlo sonrió.

Minho era esa luz que terminó por iluminar todo su ser. Nunca quiso una familia pero ahora que experimentaba una nueva faceta de su vida, no renunciaría a ella, mucho menos cuando su Kitty sostenía su dedo con fuerza, aferrándose a él.