PEIGE
La obra debía estar lista para Diciembre.
Nick no dejaba de verme y sentía su tonta respiración sobre mi cabello y eso me encantaba y me molestaba.
Era un honor para Gerard Stevens haber descubierto talentos como los nuestros.
Ian tampoco dejaba de mirarme.
Juntos podríamos llegar muy lejos porque este era un elenco de calidad.
ㅡ Le gustas a Ian.
¿Y? ¿Tenía que aplaudirle? Su gran gusto no lo iba a negar, pero me valía tres hectáreas de popis de vac... ¡Yo era la vaca! Nick tenía a Rapunzel. Y esa Rapunzel era hermosa; se hallaba a dos asientos de él, de hecho. Tenía unos preciosos ojos del color del cielo, el cabello como trigo y pecas doradas por toda su nariz, y ¿qué tenía yo? Amistad. Eso tenía. Porque ya no me quedaba ese primer beso para alguien que estaría conmigo el tiempo que duráramos, sino que se había ido con un tonto ladrón de besos y corazones gringo al que no volvería a ver después de cruzar la frontera y que tal vez no superaría nunca, por lo que acabaría como una vieja rara con 72 gatos obesos, y cuando se murieran, los disecaría y los pondría al rededor de mi casa. Así que la amistad permanecería sola un rato en mi caja de pertenencias intangibles, sin amor, sin emoción, sin... no. Sí había amor. Sólo que parecía que cada vez era menos y menos relevante.
ㅡYa sé.
El otro príncipe también estaba guapo. Y Caperucita Roja... esa chica seguro se vería hermosa con la capita roja de su personaje. ¿Por qué yo no la podía tener? Quería esa capa más que nada. Quería un buen personaje con muchas ansias. Quería a Nick con todas mis fuerzas.
ㅡOye, ¿qué tienes?
¡¿Cómo fregados me preguntaba qué tenía?! ¿No estaba viendo que sus besos eran tan caóticos que me derrumbaron por completo? ¡Tremendo valor el que tenía Leonardo para hacer semejante pregunta! ¿Por qué no sólo me dejaba disfrutar el cómo daba mi primer paso hacia mi camino por el éxito?
ㅡDespués ㅡ dije más fuerte de lo que me habría gustado. No quería que esto me afectara. Quería emocionarme con el teatro y lucirme como la miserable vaca que era, pero tenía tantas cosas en la cabeza que en cualquier momento explotaría. Y así, consciente de que tal vez desataría más problemas, dejé que una lágrima recorriera mi mejilla hasta caer por el mentón.
Y sé que Nick me vio.
Pero no dijo nada.
Un nudo en mi garganta me ahogó durante mi búsqueda del baño, y cuando lo encontré, me encerré en el último compartimento y lloré.
Me dejaron en la friendzone cuando apenas salía de ella.
El único chico decente que había encontrado vivía del otro lado del muro.
Y yo que soñaba con llevarlo a casa en navidad, comer buñuelos con atole, tronar cohetes y cantar canciones de Tatiana y Selena en karaoke después de comer pozole, y luego invitarlo por un elote con chile del que pica.
Tomé mi teléfono y, dubitativa, le marqué a Paris. Pero marcó ocupado (estaba cocinando con Zack y su mamá), y yo necesitaba hablar con alguien, así que recurrí a mi segunda gran opción.
ㅡ¿Qué?
ㅡHoli. ¿Estás ocupado?
ㅡEh... Espérame ㅡ Sohan hizo una pausa ㅡ Listo. ¿Qué pasa?
Abrí la boca para responder, pero no supe por dónde comenzar. O no supe qué decir. O si decirlo o no. De todas formas, ¿qué podía hacer Sohan además de contar un chiste negro sobre mi corazón roto?
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¡Ella me acosa!
HumorElla es infantil. Él no tanto. Ella vive en un mundo de locuras. Él es centrado. Ella queda en ridículo muy a menudo. Y todo empieza cuando él la descubre tomándole una foto.