30. Vaca 1

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PEIGE:

Paris estaba muy molesta porque su coxis no la dejaba hacer ejercicio. Insistía en que su trasero se fundiría con la silla de ruedas y sus rodillas se atrofiarían (aunque la muy ridícula ya podía caminar). Llegó a estar tan mal que tía Oli aprovechó la oportunidad para hacerla de las suyas. 

ㅡMira, mija, aquí no sufrimos por nada. Yo tengo el remedio perfecto para ti. 

ㅡ¿Un coxis biónico? 

  ㅡ Mejor ㅡ  una sonrisa se curvó en los labios de tía Oli ㅡ. Peige, checa mi closet y tráete una caja que tiene unas repisas adentro. Ponte cómoda, Paris. 

  ㅡ ¿Qué? ¿Le vamos a poner repisas a su altura? ㅡ dije. 

ㅡ No. Estas repisas  tienen que estar muy altas ㅡ  dijo ella subiendo la temperatura del departamento. Luego sacó su teléfono, lo pegó a su oreja y esperó ㅡ. Hola, Zack, ¿estás ocupado? Es que necesito ayuda con unas repisas... Está bien, te espero. 

Colgó y nos miró pícara. 

Al poco rato llegó Zack con una caja de herramientas y el cabello recogido en una cebolla. 

ㅡ¿Por qué hace tanto calor si acabo de llegar? ㅡ frunció el ceño y, más que buscar una respuesta ingeniosa, me felicité por entenderlo hablar inglés. 

ㅡTodo sea por el coxis ㅡ dije ㅡ. Según esto la va a ayudar. 

ㅡPuedo darte un masaje de coxis si quieres, amor. 

ㅡTus manos a la repisa, amor ㅡ dijo la amargada de Paris. 

Confieso que al principio no entendí qué tenía que ver la temperatura tan alta con que Zack pusiera repisas, y mucho menos cómo esto haría sentir mejor a Paris, pero después de dos largas y pesadas repisas, Zack ya estaba sudando como loco, y como afuera hacía frío, él usaba una camisa de manga larga. Para la tercera repisa fue cuando decidió que no tenía por qué sufrir y se desembarazó de la camiseta. Y entendí. Y sé que Paris se sintió mejor. Y hasta yo me sentí mejor. 

Paris y yo intercambiamos miradas con mi tía y ella alzó los pulgares. Prometo que no había un solo músculo de Zack que no estuviera marcado, ni en sus costados ni en su espalda, ni en sus brazos. No podía dejar de ver, pero específicamente yo era quien podía meterse en problemas si volteaba y me descubría apreciando  sus hoyos de Venus. Podía decirle a su mejor amigo, y prefería no tener problemas con ese mejor amigo. 

Pero Paris no opinaba lo mismo. Lo recorrió con la mirada sin cansarse y con nada de sutileza. No le veíamos la cara a Zack, pero imaginaba que estaba sonriendo, o por lo menos que lo había hecho a propósito. 

ㅡOye, Paris ㅡ habló ㅡ. Mi mamá quiere saber cuándo cocinan algo juntas, porque creo que se van pasado mañana. 

ㅡSí. 

ㅡ¿Qué?ㅡ volteó a verla y la halló con los ojos sobre sus hombros. Ella se sonrojó con fuerza y tartamudeó. 

ㅡQ-que sí. Sí, está bien. ¿Qué tal mañana? 

ㅡBien ㅡ sonrió ampliamente y sus ojos azules se iluminaron ㅡ. Ya sabes, mis padres quieren asegurarse de conocer bien a mi novia. 

Paris rió con nervios y devolvió su vista a la tarea. 

***

Según la información que Ian le dio a Nick, ese día su padre, el señor Gerard Stevens, enviaría correos a quienes habían sido aceptados para la obra, y no podíamos estar más nerviosos. Cada vez que nos veíamos en los pasillos de la escuela intercambiábamos preguntas: "¿Ya te llegó?",  "¿Y  a ti?". Luego íbamos a la siguiente clase y mensajeábamos sobre las posibilidades que teníamos, qué personaje seríamos y qué pasaría si el otro no entraba.  

¡Ella me acosa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora