Intro

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Llegó en una maleta, aturdido por él viaje, apenas y podía levantarse. Miró a su captor a los ojos, no sabía que decirle ni mucho menos que hacer, miró a su alrededor estaban en la nada, o mejor dicho una playa. Volvió a mirar a Murdoc, no sabía porqué pero veía en sus ojos tristeza y melancolía.

Miles de palabras en una mirada perdida. Su voz anunciando su bienvenida.

—Tuve que hacerlo, yo...te necesito– Dijo casi en un susurro. avergonzado se dirigió al interior de la mansión y se desapareció.

Ne quedó acostarse en la arena. No le sorprendió que una persona como Murdoc lo hubiera secuestrado y llevado a una playa justo en medio de la nada, siempre pensó que era capaz de hacer cosas horribles. Pero se aferraba a la idea de que cambiaría.

Las sorpresas no eran suficientes, otra cosa le amargo la vida y fue cuándo intento distraerse un poco. Vaya sorpresa se dió cuándo sintió la arena entre sus dedos.

— Es... plástico...– Suspiró, miró el cielo y se quedó ahí, sólo. Vió una estrella asomarse en el atardecer, se volvía roja, y poco después yá no la vio. Empezaba a sentir frío, así que se vió en la necesidad de entrar al mismo lugar al que entró Murdoc antes. Su guarida.

Miro dentro, observo los pasillos larguiluchos y se adentró en uno que emanaba luz. Miró dentro, pego un saltito y se llevó la mano a la boca pará callar cualquier muestra de terror.

Era Noodle, esa qué vió antes del vídeo de El Mañana, se acerco poco a poco, con sigilo, no sabia que era eso.

¡¿Era acaso un robot?!

De pronto la máquina se activo y sacando de un lugar desconocido un arma, le apunto a 2D y el quedo paralizado por el terror. Pero alguien llegó.

—Cyborg baja el arma.– Se escuchó esa voz, esa misma qué lo intimidaba y lo torturaba de forma casi inhumana. El cyborg inmediatamente bajó el arma e hizo posición de firmes.

A Stuart casi se le sale el corazón, se esperaba cualquier cosa menos eso. Volteo a ver al mayor, confundido y aterrorizado por lo que acababa de ver.

—¿Q-qué es e-eso? ¿Por qué?Dijo nervioso y asustado, intentando conseguir alguna respuesta. Algo que le dijera que era una alucinación.

No la obtuvo, el pelinegro golpeó a Stuart en la cara dejándolo en el piso y con una fuerza descomunal lo arrastró por los pasillos de la "mansión". Llegaron a una especie de ascensor, bajaron por este llegando hasta un piso mas profundo. Lo arrastro de la camisa dentro de la habitación. Estaba a punto de salir pero decidió propinarle unos golpes más para después cerrar la puerta lleno de furia.

A Pot no le quedó de otra que quedarse ahí en el suelo. Decir qué estaba aterrorizado era poco, no sé podía ubicar ahí secuestrado, y para acabarla golpeado.

Lloró por la noche, como lloro cuando se vio al espejo y se dio cuenta que no era el mismo.

Lloró cómo cuando Murdoc se acostó con la zorra de su ex.

Lloró cómo cuando se sentía inútil ante él. Si tenía alguna debilidad era el hombre con el que ahora se encontraba recluso en ésa isla.

Sé arrastró poco a poco a una especie de cama, llegó, se hizo bolita y lloró de nuevo.

Pero no era el único que podía llorar.

Murdoc estaba en una especie de limbo, estaba vacío. No entendía porqué se sentía de esa forma, si trajo de vuelta a Stuart, aunque dentro suyo sabía que estaba mal, y el alcohol solamente hizo que empeorara las cosas.

—Me estoy haciendo blando.– Dijo en tono burlón por la borrachera.

—No es lo peor que he hecho... ¿o sí?– Murdoc de nuevo motivado por el alcohol se puso a romper cosas sin valor y sus propias manos contra las paredes. Sí su padre lo viera, lo golpearía por pensar así y comportarse como un marica.

Cyborg se encontraba al lado de una de las estanterías que su creador había hecho pedazos con sus puños ahora sangrantes, pero  fue la que inconscientemente lo detuvo. Murdoc al ver a esa cosa que sustituía a la dulce niña que le dio vida al anterior álbum, fué lo que lo puso a llorar desconsoladamente.

Sí, se dio cuenta que era un monstruo.





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Ufff mí querida Plastic Beach

All My Life - 2docDonde viven las historias. Descúbrelo ahora