Empire Ants

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Ambos estaban que no se la creían, en especial Stuart. ¿Qué mierda habia pasado?....

Y lo mas importante...¿Por que Murdoc lo cargaba entre sus brazos?

Bueno la respuesta era muy sencilla. No podía levantarse.

Lo que no era tan facil de explicar era porque se habia acostado con Murdoc. ¿Era gay por eso? Tal vez, pero no hubiera querido darse cuenta en ese preciso momento. Secuestrado en medio de la nada y con pocas posibilidades de olvidar los traumas en aquella playa.

¿Era acostarse con otro hombre un trauma? Lo había disfrutado, eso sí. Lo que no disfrutaba era que quedara como un idiota al intentar levantarse de la arena plastica y luego caer de nuevo.

¿La alegría lo estaba abrazando?

¿Volvía a caer?

¿Pero en que? No habia nada de por medio, eran amigos.

¿"Eran" era el tiempo correcto?

Pues al parecer si.

Murdoc llevo cargando de las costas del mar a la mansión de la colina a Stuart. Intentaba no verlo a los ojos, podía ser un macho alfa en la cama pero esa fachada desaparecía al portarse amable con el otro.

Era tan falsa cómo cuando le decía que se largara.

Al llegar a la mansion, entró al baño y lo depósito ahí, con cuidado de no lastimarlo. El agua apenas comenzaba a salir caliente, se metió en cuanto pudo y sin problemas se acomodo de frente a su ahora amante sexual.

—Y... ¿Qué tal el agua?—Intentaba hacerle conversación al otro, aún cuando era de madrugada y sabía que el otro estaría algo cansado.

—Oh... Agradable.

Stuart solo miraba a la puerta del baño, cada detalle y cada azulejo.

¿Su aventura se acabaría? ¿Girará y se elevará?

—Nosotros...

—Ya se Murdoc no me lo recuerdes.

Hubo silenció y luego el mayor subió el tono.

—¡¿No te gusto?!—Soltó indignado, él quería recordarlo para siempre.

—¡Claro que si!—Al fin dirigió la mirada al contrario.—Solo... solo, no se por que lo hicimos.

¡Mierda! ¿Qué seguía? Una declaración de amor.

—Estamos desesperados creo esa es la mejor respuesta...

Murdoc abrio los ojos.

—Entonces no te gusto.

«¿Sabes? No era necesario decirlo así», se dijo así mismos Stuart.

—¡Sí! Bueno no... Eso es raro.

—¿No es mas raro que hayas dejado que te la metiera?

—¿Era necesario utilizar esas palabras?— Dijo en voz baja.

—¡Tu si me gustas!

Stuart dejo de tener los ojos negros de una forma paranormal y luego se sonrojó.

Obviamente le atraía pero no lo iba a soltar tan fácil.

—¡Carajo! ¡Ni eso puedes esconder jajajaja!

Stu hizo un puchero y le avento algo de agua al contrario.

—Tu tambien me gustas.—Escupió serio pero con la cara roja.

Murdoc, Gracias a satan por su color de piel no se le notaba tanto el sonrojo, pero a Stuart le bastaba su expresión.

—¿Y que se supone que se hace en estos casos?—El azabache pregunto con los brazos bajo el agua.

-—No tengo idea.

Y era verdad. ¿Que mierda iban a hacer? ¿Pasear como una pareja por Plastic Beach? Era una tontería.

—¿Acaso deberiamos ser... pareja?— Pregunto 2D asustado.

Ambos se miraron a los ojos y luego negaron repetidas veces.

Era complicado.

Esa pregunta se le hizo irónica a Murdoc, pues justo Stuart no tuvo problema en acostarse con algunas idiotas desesperadas y dejarlas al día siguiente.

Ahora era su turno.

—¿Somos amantes..?

Murdoc se sobresalto.

—Pero no le estamos siendo infieles a nadie.

—Oh...

Stuart sobaba su cabeza e intentaba desvíar la vista.

Se había acostado con Murdoc Nicalls. Con su compañero de banda, con el bajista, con el satanista.

Con él.

—Entonces... ¿Somos?

Murdoc estaba que se lo llevaba el tren. Ambos se gustaban, ¡Qué más daba!

—Pues somos amantes.

—¡No qué no!

—Yo te gusto, tu me gustas, creo que es lo justo y necesario.

Después de ese sermón se quedaron en silencio, como esperando a que algo pasara para hablar.

Pero no había más ruido que las olas del mar y las gaviotas.

—¿Qué hacen los amantes?

Murdoc no sabía que contestarle. Nunca había sido amante de nadie.

—Pues... Tienen sexo y ya... Supongo.

—¿Entonces soy una puta?

Si no lo hubiera dicho en tono de pregunta genuina se hubiera hechado a reír.

Estaba cambiando.

—¡No!— Gritó desesperado.— Se tienen cariño. Creó, creó que nos tenemos cariño.— Rascó su nuca y dijo:—Eso nos hace especiales.

Stuart casi se derrite con aquellas palabras. Parece que al final Murdoc si tenía sentimientos.

Entonces se acercó a el sin miedo. Con poco interés de lo que pasará a su alrededor, con sus dedos arrugados por el agua, agarrando el rostro del contrarió para besarlo.

Aquello que siempre anheló y que ahora se volvía real.

Tenía miedo. Enamorarse de alguien siempre conlleva esa responsabilidad invisible de que te romperán el corazón y tú tendrás que aguantarlo.

¡Eran ellos en medio de una playa! ¡¿Qué podría pasar?!

¿Qué puede pasar?



All My Life - 2docDonde viven las historias. Descúbrelo ahora