Cloud of unknowing

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2D estaba bastante confundido.

Ya habían pasado unas semanas desde que su captor  había decidido secuestrarlo y llevarlo a Plastic Beach, habían grabado algunos demos de canciones o grabaciones que no verían la luz en el álbum.

Pero hasta cierto punto estaban... sobrellevándolo.

Stuart ya no dormía en la húmeda y oscura habitación custodiada por aquella ballena. Ahora su lugar estaba cerca de la de Faust, sintiéndose (Por lo menos) un poco mas seguro.


¡Con razón se le hizo tan fácil!


El pelinegro llego en la noche anterior, se adentro en su cuarto y le dio un beso en la mejilla.

Tan casual.

Cuando Pot se dio cuenta, pero prefirió ignorar eso. Tal vez intentaba jugarle una broma o solo era su imaginación.


Pero no lo era.


El bajista seguía parado enfrente suyo,  no sabia si estaba despierto o era un sonámbulo, puesto que su flequillo cubría con una sombra oscura el área donde se suponía deberían estar sus ojos. Se levanto lentamente de entre las sabanas y lo miro a su altura, tenia los ojos abiertos pero parecía hipnotizado ¡Que le habrá pasado! 

-¿Murdoc? ¿Puedes verme?-  El se atrevió a acariciar su cara, descubriendo un poco su frente para poder asegurarse de que pudiera haber contacto visual.

El no le respondió. Se fue por donde vino y seguro volvió a dormir porque se escucho la madera de la base de la cama tronar y el se sentó en el suelo para poder admirar mejor el cielo nocturno.


-¿Que voy hacer aquí contigo?


|•|•|•|•|

A la mañana siguiente el mayor despertó en la "cocina" pensando que todo lo ocurrido había sido un sueño. 

Después de todo la soledad hace estragos en un hombre, como dicen.

Aun si sus manos se habían sentido reales, su voz melosa hablándole suavemente acariciando su cabello diciéndole <¿Puedes verme?>

No podía ser posible.

Quería volver a sentir su tacto, quizá estaba desesperado. Pero igual sus sentimientos lo delataban.


En lo cuartos de arriba, cuando el peliazul decidió levantarse (puesto que no había dormido nada) intento no encontrarse con el contrario de ninguna forma, por lo que decidió ir a la cocina para ver si había algo comestible o que le abriera el apetito.


Parece que estaba volviéndose loco. 


Murdoc estaba en la cocina. Y aunque intento regresarse con cautela para que el azabache no lo viera, todo había sido en vano cuando tropezó con las botellas de cerveza e hizo todo el ruido del mundo.

-Umm, Face-ache que haces?

-Y-yo so-olo a, eeh, adiós.- Eso dejo a Faust un poco confundido pero luego siguió revisando la alacena.


Era un chico muy extraño.


Pero le gustaba.

All My Life - 2docDonde viven las historias. Descúbrelo ahora