7

1.5K 155 16
                                    

--¿Un trato?--

--¿No vas a ordenar?-- El mesero se acercó dándonos la bienvenida al lugar de una manera afectuosa.

--¿Ya decidieron que ordenar?--

--Mmm yo quiero Rosbif (roastbeef), Yorkshire pudding, salsa Robert en su jugo por favor y ¿Tú qué vas a ordenar?--  parpadeé un par de veces tratando de asimilar la situación, cosa que no conseguía. Darien le sonrió cálidamente y ordenó por mi --un magret de pato y granada, que quede un tanto agridulce por favor, ha y mientras traiga una botella de champagne Chandon extra Brut, estamos celebrando nuestro compromiso ¿Cierto cariño?-- puso su mano sobre la mía, que estaba bastante temblorosa y sonrió mientras yo  necesitaba un baño, sin duda iba a vomitar.

--En hora buena, las copas serán cortesía de la casa-- sonrió amable y se retiró hacia la cocina.

--¿Qué acabas de decir?.

--ah, eso, eso es lo que quería decirte, nos vamos a casar ¿Qué te parece?-- mi mundo dió mil vueltas, al punto de casi perder el equilibrio sobre la silla.

--Si está bromeando déjeme decirle que no es divertido.

--debes calmarte, no es lo que parece.

--¿Y qué parece? Acabas de decirle al mesero que vamos a casarnos y eso es algo de lo que no me había enterado, así que por favor explíqueme de una vez-- me acomodó en el asiento tratando de calmar mi alocado corazón, pensando que a lo mejor estaba durmiendo en mi cama después de que el comprador de rosas no llegó y estaba en medio de un sueño, un hermoso sueño.

--Bien, quería comer primero, pero en vista de las prisas te lo explicaré. Quiero un heredero.

--¿Qué?-- sacudí mi cabeza tratando de organizar la idea descabellada, no quería adelantarme.

--No me interrumpas, después puedes hablar-- asentí --quiero un hijo, pero no quiero una esposa, quiero un o una heredera pero no quiero cargar con la madre, los compromisos y lo que conlleva no es para mí, los celos y esas cosas, en fin-- hizo una pausa y tomó aire --No quiero adoptar, primero para eso necesito una esposa y volvemos al punto uno, segundo quiero que sea sangre de mi sangre, las leyes en Inglaterra y cualquier lugar del mundo no permiten que un hombre solo críe a un hijo así como así, les parecería sospechoso, así que necesito una esposa para tener un hijo, podría alquilar un vientre pero aquí tampoco es fácil y no es lo que quiero.

--¿Y qué es lo que quiere? Porque no comprendo-- Darien levantó la mano indicando que hiciera silencio.

--el trato es este, te daré lo que me pidas, cualquier cosa que me pidas, si te casas conmigo y me das un hijo.

Miré a todos lados tratando de que los engranajes en mi cabeza no salieran disparados --¿Pero  no acaba de decir que no quiere una esposa?.

--y no la quiero, por eso tú fingirás que lo eres, concebiremos un hijo, cuando nazca me lo das y tú desapareces con eso que me pediste, no sin antes firmarme el divorcio y la patria potestad absoluta del pequeño ¿Qué te parece?.

--Me parece que usted está loco, eso me parece. ¿Cómo puede pensar tales cosas?.

--Piensalo, yo podría cubrir todas las necesidades médicas de tu madre y otorgarle una mejor calidad de vida-- y ahí dió en el blanco, dió en el clavo, pero eso Darien ya lo sabía.

--no puede hablar en serio-- las copas llegaron a la mesa.

--Hablo muy en serio, mataría dos pájaros de un solo tiro, le daría a mi madre la nuera que tanto me pide con un nieto a bordo, todos felices.

--claro que no, jamás aceptaría algo tan bajo como eso.

--Y por eso te escogí entre tantas mujeres que aceptarían por tres pesos, eres leal, no me traicionarás, además eres inteligente, tierna, amable y delicada, el sueño de toda madre para su hijo, claro para mí no, a mí me gustan más como te digo, más mujer pero en fin, tienes rasgos finos sin duda tienes buenos genes, estoy seguro que será un bebé hermoso.

Llevé una mano a mi pecho tratando de ocultar el inexistente ruido de mi corazón rompiéndose en mil pedazos, no iba a llorar, no lo haría no ahí....

Hagamos un trato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora