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Después de la cena nos dirigimos  a la manción Chiba, yo no podía ver todo con más devoción, nos recibió un hermoso jardín adornado por una fuente victoriana, al ser de noche estaba alumbrada por pequeñas luces blancas que la hacían lucir aún más hermosa como de ensueño.

Rodeamos el camino empedrado hasta llegar a la entrada, era mágico, simplemente parecía estár en un sueño. Darien sonrió orgulloso y bajó del auto, lo rodeó y abrió la puerta del copiloto dándome paso y obviamente no dudé en bajarme rápidamente admirando todo.  --Bienvenida a casa futura señora Chiba-- mi pobre corazón tamborileó contento, pero no había nada molesto que el tono burlón del mayor.

--Ja, gracias, debo sacar las bolsas de las compras no tengo nada aquí para usar.

--Dejalo asi, Andrew vendrá por el en unos minutos-- solo asentí, era lo que mejor sabía hacer últimamente y al fin entramos al lugar. Si afuera era hermoso dentro era un paraíso, las escaleras en forma de caracol y la alfombra color morado que las cubrían daban el toque elegante y sofisticado, bastante digno de Darien Chiba, me  sobresalté ante la voz de una mujer que nos daba la bienvenida.

--Bienvenidos a casa Señores-- Hizo una reverencia --Mucho gusto señora Chiba, mi nombre es Mina y estoy a su entera disposición-- su inglés poseía un acento extraño y por sus rasgos entendí que no era inglesa.

--Aún no es mi esposa, Mina pero si mi prometida ¿Cierto cariño?

--Puedes llamarme Serena,  esto es incómodo para mí-- sonreí  ampliamente.

--Si señora ¿Van a cenar?.

--oh no, vamos a descansar, por favor enseñale a la señorita la habitación de huéspedes al lado de la mía, aún no estamos casados y ella quiere guardar el protoco, ha y dile a Andrew que recoja todas las bolsas y la lleven a la habitación de mi prometida-- sonrió --Mi vida, debo hacer un par de llamadas, subiré a darte las buenas noches en un rato-- besó mi frente y yo solo me  sonrojé como estúpida, no quería creer cada palabra, pero ante tanta seguridad ¿Cómo podía diferenciar el hilo delgado de la realidad y mis fantasías?. Me estaba resultando imposible cada día que pasaba.

--Sigame por favor-- Subimos las escaleras y llegamos a la habitación decorada en tonos crema y champagne en los bordados de las cortinas, una cama donde podían dormir tranquilamente cuatro personas y una puerta que parecía un baño, una puerta corrediza que daba a un balcón.

--Si necesita algo hágamelo saber presionando el número tres en el teléfono por favor, puede tomar una ducha me encargaré de que todo esté acomodado cuando salga...

--Yo puedo guardar mi ropa, así sabré dónde está cada cosa, Mima, y si te da pena tutearme delante de Darien puedes hacerlo cuando estemos solas ¿Está bien?-- sonreímos  ampliamente, a simple vista, me caía bien la mujer.

--Si se, digo Serena traeré té y galletas de todos modos.

--está bien -- nos despidimos y  también pensé que una ducha me sentaría bien.

...

--¿Qué dices Diamante?-- Darien tenía el celular pegado a su oreja mientras se servía una copa en su despacho.

-- lo que escuchas, deben hacer la inseminación mañana, Serena estará en sus días fértiles y hay más probabilidades de embarazo.

--Está bien, mañana por la mañana estaremos allá prepara todo

--no se porque solo no lo hacen de modo manual, a la antigua y así es mejor -- Río del otro lado de la línea

--Nos vemos allá mañana-- se despidieron y este terminó su copa y subió a la habitación de serena, tocó un par de veces y la rubia abrió con un albornoz blanco cubriendo su húmedo cuerpo.

--Darien -- me sonrojé y traté de cubrir más mi cuerpo.

--No te preocupes por cubrirte, no te haré nada-- Dijo desde el marco de la puerta --Vengo a decirte que hubo un cambio de planes, mañana nos casaremos a las ocho AM y luego la inseminación a las once, viajaremos luego a Málaga, Tailandia o donde sea, dile a Lita que sea tu testigo, lo haremos en el hospital por el civil, delante de tu madre eso será conmovedor, mi madre lo amará cuando vea las fotos.

Dijo todo tan rápido que yo solo trataba de entender todo, mañana me casaría y se embarazaria, además de viajar.

--¿Está todo claro?--

--si-- ¿qué más podía decir? Ya estaba metida en esto.

--bien, nos vemos mañana temprano, buenas noches Serena-- lo vi entrar a la habitación de al lado y luego cerré la puerta, ya su ropa estaba organizada y el té y las galletas sobre una mesita redonda, pero yo solo me tiré en la cama sin saber a qué hora quedé  dormida, mi agotamiento no era físico, si no mental y emocional, todo iba más rápido de lo que yo pensaba.

Hagamos un trato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora