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--N-no, no puedo-- llevé mis temblorosas manos a mi rostro tratando de ocultar el dolor que estaba sintiendo. --y-yo no podría abandonar a un hijo a su suerte.

--No estará a su suerte, no le hará falta nada y tú y tu madre tendrán una vida tranquila, es ganar-ganar, no lo pienses tanto es una buena oferta, la mejor que alguien podria hacerte.

--y-yo ¿Q-què pasaría si acepto?-- bajó mis manos despacio llevándome un par de lágrimas de paso.

--Mmm, debemos inventar una historia de amor, mi hermana Rei no es fácil de persuadir, aunque es fácil, entraste a trabajar, me enamoré, te invité a salir las cosas se dieron el típico cliché de novela barata, nos casamos y esperamos bebé, necesito una mujer que sepa comportarse en el embarazo y le de mucho amor a mi pequeño mientras esté en el vientre. Obvio vivirás conmigo y tendrás atención y cuidados todo el día, todos los días, el trato empieza desde que digas que aceptas, desde ese momento tu vida cambiará para bien-- le dió un sorbo a la burbujeante copa -- tu madre estará en una clínica las venticuatro horas del día, asistencia médica permanente en la mejor clínica del país o de donde sea necesario ser atendida, incluso puedo darle trabajo a tu amiguita ¿Qué más quieres?-- negué sorprendida, sabia que era cruel, pero no pensé que a semejante magnitud.

--No es tan malo, ya después podrás tener más hijos, te harás un chequeo médico para confirmar que todo está bien y que estás apta para concebir sin ninguna preocupación.

--¿Porqué tenemos que fingir que nos enamoramos?.

--mamá no aceptaría que yo hiciera esto, solo por eso, además trato de guardar tu reputación tampoco es que quiera que la mía se arruine, así que tú deber será comportarte como la prometida y esposa del hombre más cotizado del país, por una semana dejaremos que nos vean en citas y esas cosas, sin duda te daré tu lugar y estatus, después de un año más o menos estarás lista para casarte con cualquier millonario que te apetezca.

--Eso no es lo que quiero

--y que es lo que quieres, vamos a negociar-- el tono impasible de la voz del pelinegro era de temer --Todo estará bien.

--creo en el amor, en el matrimonio por amor, en criar a los hijos en familia, eso creo.

--y eso está muy bien, cuando todo termine puedes conseguir tu príncipe azul y cumplir tus sueños-- la comida llegó y el mesero la dejó en la mesa con toda la elegancia y sofisticación del mundo deseándoles provecho.

--come, es pato y es delicioso, y mientras lo haces piensas en tu decisión final, pero recuerda, a veces hay que hacer sacrificios para cumplir nuestras metas, sin sacrificio no hay victoria querida-- lo vi sonreír y ahora me supo amargo. Empezó a degustar lo que había en su plato como si no acabara de soltarme semejante bomba nuclear.

Empecé  a meditar mientras comia, pensando en mi madre y la calidad de vida que podría ofrecerle, todo estaría bien, o eso era lo que me  decía una y otra vez.

Hagamos un trato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora