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Tal como Darien lo había previsto, volvimos a la ruidosa ciudad de Londres, mandamos las maletas a casa y nosotros nos detuvimos en la clínica de Diamante quién le hacía un chequeo para confirmar lo que había pasado.

--Si, efectivamente es tu ciclo menstrual, Serena, no hubo embarazo-- anotó algo en su planilla.

--pero como, había muchas probabilidades de que quedara embarazada-- interrumpió Darien ofuscado y eso me asustaba más.

--y otras de que no lo estuviera-- el peliblanco se masajeó el puente de la nariz donde tenía sus gafas de lectura. 

--algo tuvo que pasar para que no pudiera embarazarse.

--Si, claro, estoy casi seguro que los niveles de estrés de Serena a la hora del implante del óvulo listo eran muy elevados--. Abrí los ojos en grande, yo era la culpable y este era mi fin.

--y-yo.

--silencio Serena-- ordenó Darien y yo me encogí  en mi asiento --Lo volveremos a hacer y listo.

--pues no, no me prestaré a esto de nuevo, están casados por el amor de Dios, háganlo como todos, de la forma tradicional en un ambiente relajado y agradable y te aseguro que pronto serán padres, es una vergüenzas que expongas a tu esposa a algo como esto-- yo solo lloraba en silencio --¿O me estás ocultando algo Darien Chiba?-- lo miró con ojos entrecerrados, los resultados de tus exámenes arrojaron resultados bastante positivos.

--Nada, solo quería que fuera exitoso-- bufó

--¿Acaso tú eres incapaz?-- lo retó.

--¿Yo? ¡Ja! Claro que soy capaz.

--Entonces hazlo maldita sea, deja de inventar con esto y escúchame bien, si llegas a intentar hacerlo en otra clínica me voy a enterar y perderás mi amistad-- Darien tensó la mandíbula --dejate de estupideces, eres un hombre adulto con una esposa hermosa y que por lo visto te adora porque Esmeralda me mata si le digo que hagamos algo como esto si no es necesario-- sonrió al imaginar la escena --Como ginecólogo y oncólogo espero verlos pronto por aquí con buenas noticias-- le dió dos palmadas en el hombro --Nos vemos Serena-- le sonrió ampliamente y yo solo le susurró un gracias, luego lo vi retirarse a paso apresurado.

Me limpié las lágrimas Rapidamente y me levanté nerviosa mirando a Darien por  debajo mis pestañas --D-darien, ¿Vas a dejarme?-- mi garganta de cerró ante lo dicho.

--¿Qué? No soy de los que se rinde, además mis padres ya saben, dejarlo todo ahora sería una locura-- aclaró su garganta y miró hacia varios ángulos en la habitación. --¿Tú estarías dispuesta a buscar un hijo de la forma que aconsejó Diamante?-- no de nuevo, mi corazón de  dejó de latir abandonandome a mi suerte ¿Había escuchado bien? Si, sin duda no era sorda --¿Emm, lo harías?

--Debo darte un hijo de una u otra forma, por su puesto que puedo-- susurré --Solo no pienses que soy una prostituta o algo así, no pienses mal de mi.

--ey-- levantó mi mentón con sus dedos --Mirame, si pensara eso de ti, jamás te hubiera escogido para esto-- dejó un beso en mi frente, el no era malo, un poco realista si, pero no malo y de eso me daba cuenta poco a poco. --sabes que no te obligaría a nada que no quieras, podemos disolver el matrimonio si así lo deseas-- volví a sentir las palpitaciones de mi traicionero corazón, no, mi madre iba mejorando y sobre todo no estaba dispuesta a alejarme, no ahora.

--Tenemos un trato, mi madre está mejorando, tendremos un hijo.

--Un hijo que me darás cuando nazca-- se separó un poco.

--Lo sé, es el acuerdo que tenemos, no tienes que recordarmelo.

--perdón, solo quiero que todo esté claro ¿Entendido?.

Hagamos un trato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora