24

2K 244 40
                                    

--Beryl--  Darien masajeó el puente de su nariz mientras miraba a la pelirroja desde su asiento tras el escritorio  --creo que no estás comprendiendo la situación. Mi esposa está en la clinica, mi hijo y ella pueden estár en peligro y pongamosle la cereza al pastel, con ella está Kou, y no quiere que me acerque a ella.

--¿y?-- la pelirroja se sentó en el escritorio frente a él --se que a ti no te importa ella, no la amas, ni si quiera se por que te casaste con ella, es tan insipida--  habló de modo despectivo y eso terminó por alterar al azabache, quien echó su silla hacia atrás y se levantó de forma violenta asustando a la mujer, que dió un respingo en su lugar.

--tu no sabes nada, es mi hijo quien está en peligro en estos momentos mientras tu estás aqui actuando como si no fuera nada, es mi esposa quién está enojada solo por que tu aún te tomas derechos que ya no te corresponden, no, que nunca te han correspondido--  caminó hasta la pequeña estantería y se sirvió una copa de wisckey '-lo que teníamos fue muy bueno, pero sabes que se acabó en el momento que tu querías mas y yo no estaba dispuesto a dartelo.

--¿y a ella si?-- habló desde su lugar sin mirar a Darien.

--ella es mi esposa y la madre de mi hijo.

--¿y porqué ella?--

--no lo sé-- suspiró y tomó un trago largo  --supongo que en esas cosas uno no escoge.

--¿estás enamorado cierto?-- preguntó con agonía.

--es mi esposa.

--¡ESO NO ES RESPUESTA!-- gritó alterada  --¿tanto te cuesta decir que si?

-- es suficiente, deja de hacer esto, te haces daño.

--yo pude darte un hijo, dos o los que quisieras-- las lagrimas no se hicieron esperar, Darien se acercó y la rodeó con sus brazos en un afectuoso abrazo consolandola un poco.

--lo siento, nada de esto es tu culpa, y tampoco fue mi intensión hacerte daño, creo que no tengo perdón, yo la escogí a ella, es mi esposa y no tengo intensión de fallarle ahora

--yo siempre estaré aquí para ti.

--no, no quiero que lo hagas, ya perdiste muchos años esperando por mi.

--lo haré, se que vas a volver, solo yo te conozco, solo yo tengo la paciencia suficiente , te acepto tal cual eres-- se separó para mirarlo a los ojos -- nadie te va a amar como yo--  intentó besarlo pero él la soltó de manera delicada y tomó las llaves y metió el celular en su bolsillo

--¿te vas?

--debo ir a ver a mi esposa.

--aunque no quiera verte.

--aunque no quiera verme, aunque me toque arrodillarme, estoy seguro que ella entenderá

--la amas-- sonrió con ironía.

--ya te lo dije, es mi esposa-- sonrió de medio lado y salió de la oficina, dandole algunas indicaciones a Amy...

--Abigail Chiba-- mi nombres setsuna, ya nos habíamos presentado, seré tu  ginecóloga oficial de ahora en adelante-- la rubia escuchaba atentamente desde la camilla con su bata blanca y el logo de la clínica  --ya el doctor Diamante me puso al tanto de todo-- miró la planilla que tenia en sus manos --tu hemoglobina está un poco baja y el malestar que tuviste fue a causa del estrés y quizá ¿rabia?--   miró hacia otro lado avergonzada  --veamos como está el feto-- ayudó a la rubia a acomodarse en la camilla y por medio del transductor podían ver al pequeño bultito en la pantalla  --parece que este pequeño está en perfecto estado ¿quieres oir su corazón?-- Serena asintió emocionada. la doctora presionó algunos botones y de inmediato la habitación se llenó del sonido que parecía el galope de un caballo.

lloró y rió debido a la emoción de escuchar por primera vez el corazón de su pequeño, estaba tan emocionada que no se dió cuenta cuando su esposo acarició sus cabellos, sus miradas se encontraron y no pudieron evitar sonreír envueltos en miles de sentimientos.

--lo siento-- susurró para no romper el encanto del momento --puedo explicarlo todo-- ella asintió. Darien sacó una cajita y dentro había un collar fino de oro rosa con un dije en forma de media luna y un pequeño diamante que simulaba una pequeña estrella.

--no era necesario-- al fin habló la rubia.

--es un buen momento para dártelo, es la primera vez que escuchamos el corazón de nuestro hijo.

--muy bien padres enamorados, no quiero interrumpir el momento, pero alguien tiene que hacerlo, señora Chiba, puedes irte ahora a casa, todo está bien de momento-- se quitó los guantes de látex y los arrojó a la caneca --debes descansar, recuerdas que un embarazo de una forma u otra siempre tiene sus riesgos, toma tus vitaminas, aliméntate mejor para subir tu hemoglobina  y usted señor, dele mucho amor a su esposa. ahora me retiro, que tengan feliz tarde-- después de un cruce de palabras más la doctora salió de la habitación.

--las cosas no son como parecen, Serena, lo juro-- dejó el pequeño collar en el cuello de su esposa --no te había dicho nada por que era una sorpresa, mis padres y hermanos vendrán para esa fecha y yo quería darte esa sorpresa, pero no te pedí  que lo hicieras tu, que es lo que corresponde y le pedí el favor a Beryl por que es mujer y ya sabes esos asuntos se le dan mejor a ustedes, pero ahora que sabes-- la ayudó a vestirse dejando un par de besos por algunas parts del delicado cuerpo de su esposa --tu puedes deshacer y acomodar como quieras--  ella lo abrazó y el no dudó en corresponder  de inmediato.

--de todos modos no me gusta la cercanía que tienes con esa mujer.

--también lo solucioné prometo no volverá a pasar, pero es socia y trabaja en la compañía, no puedo solo desligarme de ella, espero puedas comprenderlo.

--eso lo entiendo, solo que guarde una distancia prudente o le sacaré los ojos--  Darien soltó una carcajada.

--eres tan buena que se que no lo harás-- ella hizo un puchero que él no aguantó besar.

por el momento todo estaba aclarado ...

                

Hagamos un trato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora