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Estaba ahí, con el corazón bombeando violentamente dentro de la caja torácica, sentía mi sangre acumularse en mis oídos, era tan fácil decir si, pero mi educación, escrúpulos y enseñanzas inculcadas por mi madre me lo impedian. Aunque por otro lado solo debía hacer de tripas corazón y darle a mi madre todo lo que siempre quiso para ella.

Mentalmente estaba organizando todos los pros y contras en una báscula imaginaria, tenía mucho que perder, pero también mucho por ganar, entonces una idea llegó a mi mente como si un bombillo se encendiera sobre mi cabeza y parecía ser la respuesta a todo.

Bajé los cubiertos un momento y miré al imponente hombre frente a mi, era hermoso, con una belleza altanera y orgullosa, imponente como una tormenta abrasadora que arrasa todo a su paso y volví a la misma conclusión. Lo amaba, estaba condenada a someterme a la voluntad de Darien Chiba, a su Merced y dominio. Si me casaba, yo lo haría por amor, me entregaría en cuerpo y alma, no estaba violando ninguna norma, ni mintiendo, sabía que Darien no me amaba, no estaba interesado en mi en lo absoluto, pero yo tenía un año, un año para enamorarlo, un año para ganarme su cariño, quizá y solo quizá cuando tuvieran el bebé, el no me alejaría. Era una idea descabellada, pero no tan loca, tenía coherencia, no tenía mucho que perder y sin embargo podía ganar todo en un solo paquete, entonces entendi que esta era mi oportunidad y sonreí.

--¿Estás bien? Casi me estás asustando Serena, me estás mirando desde hace cinco minutos y es jodidamente incómodo.

--Acepto-- dije sin más, casi escupiendo las palabras.

--¿Què?.

--Que acepto casarme contigo y darte un hijo-- "o los que quieras" pensé, pero eso no se lo diría, no ahora.

--sabia que eras una mujer inteligente ¿Qué quieres a cambio? Porque supongo que no es gratis.

--Solo quiero que mi madre sea atendida, supongo que conoces su estado de salud.

--Perfectamente ¿Algo más?--. Negué

--¿Solo eso? Piénsalo bien.

--Eso es todo lo que necesito, eso y el trabajo de Lita.

--¿Y para ti?.

--¿para mi qué?.

--Que si tienes alguna petición para ti.

--No, ninguna, eso es lo único que quiero señor-- los ojos de Darien destellaron divertidos, sabía que más adelante empezaría a pedir lujos y a hacer exigencias.

--Está bien, mañana haremos el traslado de tu madre a la clínica de Siosite, es la mejor del país y tiene los equipos necesarios para levantar hasta a un muerto.

--gracias-- las lágrimas amenazaban con salir de los ojos mis ojos, pero esta vez de felicidad, mi madre estaría bien, todo estaría bien.

--No tienes que darme las gracias, es parte del trato querida-- ella asintió.

--¿Qué debo hacer ahora?--mordió su labio con nerviosismo.

--mmm, bueno, lo primero es tener citas, que nos vean juntos en todos lados, diremos que teníamos un romance en el trabajo y que por eso renunciaste, debemos ser ejemplo para los empleados-- sonrió, me estaba arrepintiendo un poco --No es como que te enamoras de la noche a la mañana ¿Cierto?-- asentí, de echo ya me había enamorado casi al instante de conocerlo --Luego haremos un viaje no sé a donde quieras ir, un par de días y ¡Pum! Vendremos casados y tú, ojalá embarazada-- las mejillas de serena se tiñeron de un rojo carmesí --oh, no tienes que sonrojarte, no voy a tocarte haremos una inseminación artificial puedes estár tranquila, lo mucho que haré es besarte cuando sea justo y necesario ¿Estás bien con eso?-- Claro que no lo estaba, no lo estaba, pero yo sabía que tenía un año para hacerlo cambiar de opinión, así que hice lo mismo que hacía desde hace unos minutos. Asentí. --tendrás una vida de reina en ese tiempo, viajaremos a Málaga por Rei y su familia, luego a casa de mis padres en Florencia.

--¿La Toscana?-- pregunté sorprendída, solo lo veía en fotografías. Un sueño.

--Si, Italia, allí pasaremos el cumpleaños de mi madre en dos meses, seremos la pareja perfecta y feliz ¿De acuerdo?.

--de acuerdo.

Hagamos un trato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora