DÍA DE EXAMEN

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El despertador suena unas horas más tarde. Nunca había odiado tanto ese repetitivo solo de guitarra que tengo por alarma. Estoy conciente de que debo levantarme, pero no quiero. No tengo nada por lo que ir a la escuela. Mi promedio de actividades me da para salvar el parcial y el semestre, además justamente hoy no quiero hacer nada más que quedarme en cama todo el día a estar de emo... Okey no, tampoco es para tanto.
No es ese el motivo, simplemente me siento muy cansado por mi extravagante salida de anoche. Tengo cierta envida por Marian, ella puede quedarse dormida hasta tarde sin ninguna clase de problema y yo debo levantarme a las seis de la mañana habiéndome acostado a las tres. Esto es muestra clara de que mi idea no fue tan buena como creí que sería cuando la pensé en la cafetería. Aún así pienso seguir con ella hasta finalizar la historia de Nora.

Salgo de la cama para buscar en mi armario algo para ponerme hoy. De entre todas mis ropas me decido por una camisa azul marino y un pantalón negro. Me doy un baño con agua lo fría que la regadera permite para intentar quitarme el sueño. Una vez listo me visto rápido y tomo mi chaqueta por si el día llega a refrescar.

Bajo las escaleras para prepararme algo de desayunar, pues mi madre duerme hasta las ocho como mínimo. No soy muy fan del café negro, pero no tengo otra opción, así que me preparo uno. Lo menos que he dormido han sido cuatro horas y media luego de una "visita nocturna". Esa noche dormí en su casa pero debía irme antes del amanecer, es decir antes de las seis de la mañana, puesto que su madre se levantaba temprano —aunque sinceramente nunca supe porqué, después de todo, no iba a salir por la puerta—. En fin, incluso en esa ocasión dormí más.
El sabor amargo del café —el cual no se ve afectado por las cinco cucharadas de azúcar que le puse— penetra en mi boca y viola a mis papilas gustativas. Es curioso que ni siquiera mi más fuerte resaca me había obligado a algo como esto.

Caliento una pizza que encontré en el refrigerador y me la como con relativa calma, considerando que por ser día de exámen tenemos que estar ahí unos quince minutos antes de la hora habitual de llegada. Y peor aún si consideramos que el el amigo de mi padre que pasa por mí llega como máximo a las seis con veinticinco.

Cuando termino mi desayuno tomo el dinero que mi madre siempre me deja en el mostrador, me cepillo los dientes y salgo de mi casa justo cuando Rick está doblando la esquina. Detiene el Ford Focus frente a mí e inmediatamente subo al asiento del copiloto. Cómo siempre tiene el aire acondicionado demasiado bajo para mí gusto, pero no sigo nada. No creo estar en posición de pedir algo después de que ha pasado los últimos dos meses dejándome a una cuadra del colegio, ya que le queda de camino a su trabajo. Lo saludo como es costumbre, siendo ese el punto de partida para una conversación sobre las noticias que escuchamos en la radio.

Es un agradable sujeto, pero es muy reservado en cuanto a su vida y sus relaciones sociales; siempre va con el cabello bien peinado y vestido de un traje un tanto más fino que el promedio de los que usan los empleados de la empresa donde trabaja. Es socio en la misma compañía que mi padre, solo que hasta donde entiendo mi padre tenía un poco más de importancia en ella.
Un día le pidió el favor de pasar a buscarme porque el auto se había descompuesto y él no podría ir a dejarme a la escuela, de hecho no supe como fue que él llegó. Pero bueno, desde ese entonces seguimos esta especie de rutina. Lo podría considerar un amigo, aunque no sé si el piense lo mismo de mí.

La casa vino con detalles en blanco no tarda en hacerse presente. Veo algunas luces prendidas por lo que asumo Nora ya debe estar despierta. «me pregunto si ella también tiene una rutina similar a la mía —pienso a pesar de que es todo lo contrario a lo que quiero hacer— a lo mejor cuando todo estaba bien podría haber pasado por ella para irnos juntos». Ignoro ese pensamiento para concentrarme en el reportaje sobre el alcalde y como inauguró algo que no me queda muy claro qué es.

MAPA DE UN DESAMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora