18. Feliz cumpleaños

5.8K 342 154
                                    

Cuando llegué a casa agradecí que fuese bien tarde y nadie se encontrase despierto esperándome. Aunque más bien debería de agradecer lo primero, ya que alguien si se encontraba esperándome en el salón, aunque dormido. El cuerpo de Lucas descansaba plácidamente en el sofá mientras sujetaba su cabeza con el brazo, en una postura nada cómoda. Lucía como un niño indefenso, como un ángel recién bajado desde el cielo para velar por mí, e inevitablemente no pude evitar compararlo con Berlin, quién en cambio, lucía como un diablo perverso, un diablo dispuesto arrasar con mi vida y ponerla patas arriba. 

Con cuidado, avancé hacía él evitando cualquier tipo de ruido, y lo desperté susurrando su nombre hasta que abrió esos ojos azules color cielo que tanto lo caracterizaban. Este esbozó una cálida y plácida sonrisa al verme y tras hablar durante menos de cinco minutos sobre como me había ido en el trabajo, y obviar el hecho de dónde venía y todo lo que había sucedido apenas una hora, ambos nos despedimos cuando llegamos a la puerta de mi dormitorio con un "buenas noches" y un "que descanses" por su parte.

Al día siguiente, tal y como esperaba después de haber dormido menos de cuatro horas, amanecí como recién salida de ultratumba. Tenía unas ojeras notorias bajo mis ojos, de un color tan oscuro que simulaban las inconfundibles manchas de los osos panda. Por más corrector que usase no había base que fuese capaz de borrar aquellos trazos color grisáceo y violeta que delataban la falta de sueño y las pesadillas que había tenido esa misma noche con un tal Travis. Por si fuera poco, esa misma mañana, nuestro profesor Hanks nos sorprendió a todos con un examen sorpresa del que muy pocos salieron ilesos. Yo, junto con Lisa y el ochenta por ciento de nuestra clase, sacamos una nota por debajo del cinco. 

Mi primer suspenso del curso.

El día no hacía más que empeorar, y los constantes recuerdos de Berlin sobre mi piel, besándola, lamiéndola, su mano acariciando mi pecho expuesto no hacían más que complicarlo todo. 

Me sentía culpable, mucho peor, me sentía sucia al dejar que las manos de otra persona que no fuera Caleb hubieran indagado por mi cuerpo.

Por si fuera poco, ese mismo día tuve mi primera "crisis de pareja" o así lo llamó Lisa para referirse a la que fue nuestra primera discusión. En mi defensa, diré que Lisa nunca mencionó nada acerca de cuando era su cumpleaños, por mucho que ella insistiese en que me lo había dicho repetidas veces. Tal vez fuera cierto, o tal vez no, pero si llegaba a ser así, era la peor amiga del mundo. últimamente mi cabeza estaba en el limbo por así decirlo, tenía un desbarajuste mental en el que mi relación con Caleb, Berlin, los estudios, el sobrellevar la perdida de mi madre, cobraban el total protagonismo de mí, y abarcaban la mayor parte del tiempo. 

Como solución, le pedí perdón alrededor de unas diez veces, hasta que finalmente dio su brazo a torcer y las aceptó, pero con la condición de que aceptase a salir con ella y con el resto de los chicos el sábado a aQua, una discoteca muy reconocida y distinguida de Chicago. Como no me quedaba más remedio, acepté solo por verla feliz y evitar otra estúpida discusión. A ser sinceros, mis ánimos de salir de fiesta eran nulos, pero debía hacerlo, me hacía falta salir y despejarme, hacer mi vida y seguir para delante. No podía estar toda una vida culpándome por lo que le pasó a mi madre, ni mucho menos estar torturándome a mi misma por lo ocurrido la noche pasada.

Lo hecho, hecho está. 

El resto del día pasó tranquilo. Lucas y yo aprovechamos para seguir viendo una serie de Netflix que habíamos empezado juntos, y como era de esperar, a mitad del capítulo mi cuerpo sucumbió a morfeo y desperté justo dos horas antes de empezar a trabajar. 

En el trabajo todo transcurrió con normalidad. No tenía pensado que Berlin fuese a aparecer después de lo de ayer, pero aún así, un leve atisbo de esperanza no se desvanecía. Quería que fuese insignificante para mí, pero no podía. Cerramos Puzzle a las seis de la mañana, y tras pedirle, mejor dicho, rogarle a Matt que por favor me diese la noche libre mañana para poder ir al cumpleaños de Lisa, accedió pero con la condición de que tendría que trabajar el miércoles para recuperar el día perdido. 

BERLIN  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora