Capitulo 15: Te amo, Andrea

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El novio se había esfumado para no tener que dar explicaciones. Andrea no podia creer lo que veia, se alarmo cuando nadie encontraba a Samuel. Blanquita continuaba tratando de reponerse, con Gigi y Freddy a su lado. Le parecía estar en una película de terror y que Kathya se había vuelto loca. Pronto supo de que se trataba. ÉL joven era de Texas, y Kathya llevaba tiempo saliendo con él, al mismo tiempo que con Samuel. Se había dirigido hacia Las vegas con su enamorado, y no tenia ánimos de regresar. - Toda una caja de sorpresas mi hermanita- aseguro Freddy. Giselle no dejaba de tomar la mano de Blanquita, e intentar tranquilizarla. Don Gustavo y Luz María fueron los encargados de despedir a los invitados y pedirles disculpas uno por uno. En ese momento, Margarita y David regresaron de su viaje de reconciliación. Se excusaron por no haber podido llegar más temprano, ya que el vuelo se había demorado. Y se sorprendieron mucho al descubrir que no se habían casado. -¡Ah, acá está!- lo señalo Andrea, viéndolo sentado en uno de los escalones de la escalera de la sala principal. -¿Que hace?- pregunto ella, tomando asiento, a su lado- ¿En que se quedo pensando? Samuel la miro, bien serio, seguía muy pensativo. - ¡Mire que si quiere que salgamos juntos a buscar a Kathya para darle una lección, yo lo acompañaria con mucho gusto!- le dijo, mostrándole un puño cerrado- una tumda de estas se merece. Samuel por fin consiguió salir del estado de huida en él que se encontraba, y sonrió: -Sos muy linda, ¿sabes? Pero no, no hace falta que le pegues a tu prima, quedate tranquila. Todo lo contrario, lo que Kathya hizo me demostró una vez más que soy un cobarde. Actue pesimo hoy, y no estoy mal por eso. Estoy mal porque tuvo que ser ella quien me haga reaccionar, ni siquiera fui yo él que dijo nada. -¿Como? ¿No está enojado con ella?- se sorprendió Andrea- Mire que yo estaría furiosa si me hacen algo asi. No se lo guarde, eh. Saqueselo, saquese todo eso que trae ahi guardado. No lo quiera esconder más. No hace bien que seamos rocas o hielos en la vida, ¿sabe? Uno tiene que sacar sus emociones del pecho, sobre todo cuando son enojos o iras contenidas, porque después nos hacen mal. -No, Andrea, no- dijo Samuel, mirándola muy serio, y tomándola de las manos- no entendes. Y es mi culpa. Yo no estoy enamorado de Kathya, nunca lo estuve. Y ella lo sabia, se daba cuenta. Por eso nunca estuvimos juntos realmente, no fue algo verdadero, algo real. No era amor lo que hacia que estuviéramos juntos y lo sabíamos. Yo lo supe más que nunca desde hace unos meses. Y hubiera cometido el peor error, si no fuera por la valentía de ella. ¿Te das cuenta? Iba a hacer algo de lo que me iba a arrepentir toda mi vida y ni siquiera le estaba prestando atención a eso. ¡Como puedo ser tan estupido, por Dios! Samuel se llevo las manos a la cabeza, para luego tomar su nuca. - No se preocupe, no se martirice tanto. Mira, mejor tarde que nunca, sabe- le aseguro- y si usted no pudo ser capaz de darse cuenta, por lo menos ella lo hizo. Así que, no se castigue mas, mejor de gracias que ella supo que hacer por los dos. -¿Y alguna vez sabre lo que tengo que hacer, Andrea?- se pregunto, en voz alta. Perdiéndose en esos ojos que tan loco lo traían desde que la había conocido. -Yo creo que nadie sabe lo que tiene que hacer- dijo ella, muy sincera- sobre todo en esta época, ¿sabe? Es como que todo el mundo vive acelerado, agitado. Todos siguen un lugar, una fila. pero nadie sabe realmente a donde va. Nadie piensa, nadie se pregunta. Es como que anduvieramos como sonámbulos, como monitorizados todo el tiempo. Samuel le regalo una sonrisa autentica, y sus ojos brillaron de admiración: -Vos no, Andrea. Vos no sos asi- aseguro. Andrea lo miro atenta, -Vos sos una chica distinta, sos especial. Siempre haces lo que sentis, lo que te sale de adentro, lo que él corazón te manda. Solo escuchas a tu luz, a tu lado bueno. Es como si ni siquiera necesitaras pensar, meditar. Todo, absolutamente todo lo que haces, refleja lo más lindo de vos, lo bonita que sos. Andrea le devolvio la sonrisa: -¿De verdad lo cree asi? ¿O me está zalameando? Samuel negó con la cabeza: -No, Andrea. Jamas haria una cosa asi. Es la verdad, es tu esencia pura. Vos no andas pensando todo, no te regis por la mente, no vas por la vida pensando si algo conviene o no. ¿Y sabes que es lo mejor? Que aun asi, sin miedos, sin condiciones, y solo con entrega, siempre las cosas te salen bien, siempre terminas ganando vos. Porque todo lo que das, te vuelve más fuerte. Te hace incluso más hermosa ante los ojos de cualquiera- le confeso. - Usted está un poco loco con todo lo que dice, ¿sabe? Pero bueno, no se. Yo solo trato de ver lo mejor de las personas, siempre. Y de pensar en positivo. Me gusta hacer sentir bien a los demás. -Y eso es hermoso en vos- dijo, con la mirada profunda. Andrea no podia creerlo. Su príncipe estaba dejando hablar a su corazón. -TE AMO, SABES... y fui un tonto en perder todo este tiempo sin vos- le confeso. Andrea no podia creer lo que oia. - ¿A usted que le pasa?- se preocupo, llevando una de sus manos a la frente de Samuel- ¿tiene fiebre? Samuel le sonrió: -Sos tan mágica, tan especial. Y yo hubiese sido el más tonto si me llegaba a casar con Kathya. Ella nunca había despertado todo lo que vos haces despertar en mi. Todo lo que me haces sentir- Andrea se sentía en un sueño. Comenzó a pellizcarse pensando que seguía dormida y todo lo que había pasado ese dia era producto de su imaginación. Ahora seguro que llega Candela a despertarme y ni siquiera comenzó este dia. O lo que era peor, se había golpeado la cabeza y estaba desmayada en el piso. Si seguro eso era. -¿Que hace?- pregunto Samuel, viendola curioso, como se pellizcaba y se movía raro. -Intento despertarme- le respondió- seguro esto es un cuento mio, en mi mente. Estaré dormida en el piso, ¡Ay seguro, por Dios! Pero que no llamen a un medico, estoy segura que me despierto ahora mismo. Samuel echo una carcajada. -¡No, mi amor! Mi loquita linda, no estás soñando. O bueno si, en todo caso, seria un sueño de los dos. En el caso de que vos me digas que tambien te pasa lo mismo. Aunque si no te pasa, lo entiendo. Porque fui tan tonto en esperar tanto tiempo para confesarte esto. Es que no se en que estaba pensando, fui tan estupido en negarme todo esto- confeso. - ¿De verdad siente algo por mi?=- quiso que se lo reconfirmara, totalmente contrariada. No podia creer lo que Samuel le estaba diciendo. Agradeció al cielo y al dueño de esa moto. Que bueno que Kathya hubiera reaccionado a tiempo, y que Samuel le estuviera confesando su amor. -Es verdad, pero si no me crees, espera que te lo voy a demostrar- dijo, mientras se ponía de pie y paseaba de prisa por toda la sala gritando- ¡Andrea te amo! ¡Que bueno que no me case, porque a quien amo es a vos! Samuel incluso paro un par de mozos contratados para ese dia, a decirles lo que sentía por Andrea. Los muchachos lo miraban todos confundidos. Andrea se reia: -Van a pensar que estás loco- le aseguro, divertida. - Estoy loco, mi amor,.,, ¡Pero por vos! Por favor, decime que si- le pidió.. Andrea no entendía nada. - ¿Decirle que si, a que?- pregunto, aun deslumbrada y sorprendida por lo que pasaba. -¿¡Como que a que!? A que vas a ser mi novia, mi amor, ¿¡Que más va a ser!? Decime que si y salgo corriendo de lo más feliz a contárselo a todos en el jardín- afirmo. Andre se agarro la cabeza. Su príncipe ya no parecía más un ogro pero se había vuelto loquito. - Claro que quiero ser su novia- le confirmo- si lo amo con toda mi alma. Samuel estaba tan feliz, al oír esas palabras, que ni siquiera la dejo terminar de hablar. Tomo su rostro con sus manos, y acaricio sus mejillas, para luego fundirse en un dulce y embriagador beso. Andrea le respondió el beso con voluntad. -¿Está seguro que no estoy soñando?- seguía atónita por todo lo que estaba pasando. - ¡No, mi amor, no estás soñando!- le aseguro él, tomándola de sus brazos- esto es real, es lo más real y lo más verdadero que me paso en toda la vida. Y estoy feliz, inmensamente FELIZ, porque vos sentis lo mismo. -¿Que va a pasar con todos? ¿Como se lo van a tomar? ¿Que va a decir su padre, los chiquis?- se preocupo, Andrea. Samuel todavía estaba entre nubes, inmensamente feliz, no le importaba nada, solo lo que Andrea le hacia sentir. - Los chicos se van a poner muy felices, eso seguro- respondió- y en cuanto los demás, sobre todo mi papá, van a tener que aceptarlo. Yo me voy a encargar de eso, y de explicarle muy bien las cosas. No va a ver ningun problema, mi sol. Tranquila. Si todos en esta casa te adoran. Ya saben muy bien como sos. Mi angelito. - ¿Su angelito?- pregunto Andrea, regalandole la sonrisa más bella. - ¡sI, me angelito, mi solcito, mi belleza! Todo sos- le confeso. - No sabia que podia ser tan cariñoso- bromeo ella. - Y eso que todavía no viste nada- la desafió él, para luego volver a tomarla en un profundo beso. Y llenarla de besitos. Andrea lo freno, mientras reía: -Dígame algo, ¿desde cuando le pasa esto conmigo?- quiso saber, curiosa. -Desde siempre- noto él- quería negarmelo a mi mismo. Pero cada dia que pasaba se me metía más adentro del corazón. ¿Quien lo diria, no? Si somos tan distintos. Cualquiera pensaría que estoy loco- dedujo. - Ni tan loco-- lo codeo ella- a mi me pasaba lo mismo. Pensaba que era un ogro, pero el ogro de mi pantano. Pensaba que era un sapo, pero el sapo que al besarlo se convertia en mi ser amado. Pensaba que era un desquiciado pero un....- Samuel la interrumpio, con otro suave beso- shhh. no quiero saber todas las cositas malas que llegaste a pensar de mi. Andrea soltó una carcajada. - Pero si solo son cosas buenas, hombre- lo convencio- nada malo podia opacar su verdadera belleza. Si usted es todo un príncipe. Samuel se rió: -¿Así que un príncipe? -Si- le confirmo ella, pero no cualquier principe, mi principe. - Entonces vos sos mi princesa- finalizo él.      

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