Aquella mañana, no era una mañana igual en la mansión Mendoza. Samuel había estado actuando muy extraño durante todo el día de ayer y continuaba actuando extraño. - No puede ser que mi príncipe me este ocultando algo. Es imposible, no Andrea, no seas mal pensada, tu príncipe no puede estar actuando mal, sos una perseguida a la final. Si él es un amor. Ay pero si, si lo vi que me ocultaba algo...Gigi entró a la mansión y lanzo un suspiro, echándose en el sillón: -Que pasa, Andre? Hablamos solas?- preguntó, mientras observaba a Andrea discutirse. - No, es tu hermano- se lamento- creo que ya no me quiere. Gigi la vio toda incrédula: - Ay, Andrea que decís!? Si mi hermano te adora. Andrea continuaba preocupada, insistía con que Samuel le ocultaba algo. En eso estaban, cuando tocaron la puerta. Andrea fue a abrir y se sorprendió al encontrar a su primo vestido como cadete. - Pero... Que pasó acá!? Nos escapamos de una churrería acaso?- lo piropeó, mientras le acomodaba la camisa- o de una bomboneria. - que cosas decís, Andrea? Mira que me la voy a creer- lanzo Freddy. Gigi brinco del sillón, toda entusiasmada y corrió a darle un beso de bienvenida: - Ay, mi novio está precioso! Parece todo un príncipe y yo estoy tan orgullosa de él- lo elogió toda maravillada. Estaba halagándolo cuando recordó las galletitas caseras que había dejado Blanquita en el horno y le entro una ansiedad terrible. - Salvame de este suplicio, Andrea, por lo que más quieras!- le suplico- no resisto más este traje, hace 40 grados de calor y los zapatos me están apretando terriblemente. Andrea se río: - Pero sos un loco! Para que aceptaste este trabajo si no te gusta?- quiso saber, curiosa. - Porque está de lo más feliz, cada vez que me ve así. Dice que parezco un príncipe y se le cae la baba. Pero yo no sé que hacer, siento que me asfixio. No lo soporto más! Por favor, ayudarme!- le rogó. Andrea le sonrió: - ay Freddy, Freddy... No se porque te tuvieron que poner ese nombre. Vos te tendrías que haber llamado como el payaso pimplin o el oso yoggie. No seas salame, tu caso es muy fácil: -Decile-la- verdad!!!- alzo la voz. Freddy la vio espantado: - No, Andrea no puedo hacer eso. Como querés que lo haga? Está tan contenta, tan ilusionada. Se siente la mujer maravilla porque me consiguió ese puesto en la empresa de su papá. Mira si le digo que es el peor trabajo que me paso en la vida, le rompería el heart. No puedo hacer eso, no soy un novio tan malo. - Bueno, entonces quedate contento con el trabajo de cadete y listo- le aconsejo Andrea. - No ! No lo soporto, extraño la calle, la plaza,la venta de helados, el carrito- noto. - entonces no se que querés que te diga, che! Que histéricos que pueden ser los hombres también! Después dicen que somos nosotras las mujeres- protesto Andrea. En eso estaban, cuando llego Samuel, asegurándole que tenía una sorpresa que le iba a encantar y no lo iba a poder creer. - Se gano la lotería!- festejo ella. - ay, no, Andrea! -, suspiro Samuel- es algo increíble, no lo vas a poder creer. Te vas a poner súper feliz cuando lo veas. - y si, eso seguro! Si es algo increíble, es porque no lo voy a poder creer- dedujo ella. Y luego recordó que estaba enojada: - Pero usted no me hablé, porque estoy segura que me está ocultando algo y si me oculta algo le juro que conmigo no, EH! Porque yo me puedo aguantar cualquier cosa! Menos que me mientan, que me engañen! Eso si que no...porque...- Samuel la interrumpió cuando empezaba a acusarlo con su rédito inquisidor: - Pero si yo ni le miento ni la engaño a usted- se defendió- a lo sumo le estuve ocultando una cosa, pero es porque... Ahora, la que protesto fue Andrea: - Se da cuenta! Me está asumiendo que me miente, eso es porque usted es un sinvergüenza, es un...- Cállese de una buena vez!- se defendió él. - Pero como me grita así, a mi no me levante la voz porque yo puedo gritar el doble de fuerte!- le aseguro. - si la que me está gritando es usted- protesto Samuel- que alguien me ayude con ésta mujer por Dios- pidió, mirando al cielo. Andrea seguía protestando y, Freddy y Gigi no sabían si reírse o callarla. En eso estaban, cuando sonó el timbre: - Ah mire, ahí está mi sorpresa. Ahora si que se va a tener que callar - le aseguro. - Puras excusas- siguió porfiando ella. Cuando Samuel abrió la puerta, Andrea no daba crédito a lo que veían sus ojos. Era su mamita Justina Ocampo de los Cienfuegos, junto con sus cuatro hermanitos. Andrea pego un grito de la emoción y corrió a abrazarlos con los ojos aguados. No podía creerlo. - Que hacen ustedes acá!?- repetía y repetía, sin salir de su asombro y entre lágrimas. - no llores, cabeza de zanahoria! Si no venimos para que te pusieras así- le dijo su hermanito Tommy. - Si! Tenés razón, viejo!- protesto su otro hermano Diego- a la final, si sabíamos que te ibas a poner así no hubiéramos venido. - Pero que dicen!- protesto Andrea, si ni se imaginan lo feliz que me hacen- dijo, abrazandolos. Estaba cada vez mas sorprendida. Freddy saludo a su tía y le presento a su novia, mientras dijo que no podía creer que se hayan animado a semejante viaje. - El príncipe nos llamo- señalo una de las hermanitas de Andrea. -si y es tan guapo como se veía en la cámara de la compu- observo su otra hermana. - Entonces usted los llamo? Usted los trajo hasta acá? Samuel asintió. - y yo pensando que usted era de lo peor y me ocultaba cosas! Porque no me lo dijo, che!?- protesto. Samuel se agarro la cabeza: - Dame paciencia!- pidió. - mi amor, es un príncipe tal cual nos lo dijiste siempre por telefono.- observo su mamá, agradecida. - Si, es guapísimo. Mi nuevo idolo- dijo una hermanita, para luego decir la otra: - si pero yo lo vi primero- suspiro. Samuel sonrió, divertido. - Parece que veo doble- noto. - son igualitas- dijo Andrea- se las presentó, las mellizas Maria Lucía y Lucía Maria. - De verdad se llaman así?- preguntó, extrañado. - No, hombre! Es un chiste. Una es Lucia y la otra Maria, pero como son mellizas me gusta bromear con eso- sonrió.