Capítulo 12: Primer Beso

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Samuel beso por primera vez a Andrea, en un beso cálido, dulce y tierno. A Andrea le costo reaccionar, mientras que Samuel no pudo evitar ponerse nervioso. Se detuvieron allí, inmóviles, por un momento. -¡Pero qué hace!- se quejo ella- ¿Usted está loco, se golpeo la cabeza o que? Apenas si podia responder: -Yo...estem-balbuceo, pero no pudo decir nada, porque Andrea lo dejo con la palabra en la boca, retirándose enojada a su cuarto. -Andrea- la llamo él, pero Andrea no respondio. Aunque, de pie, dentro de su cuarto, se apoyo en la puerta y suspiro: - Mi príncipe me beso, y fue el beso más lindo que me han dado. -¿Que pasa, Andy?- quiso saber Cadelaria, levantandose de la cama. Pero Andrea le hizo señas con que era algo sin importancia. -Nada, una pavadita- dijo, gesticulando- solo que Samuel me beso. -¿¡Como que el patrón te beso!?- echo el grito Candela, sorprendida, para luego percatarse que la niña dormía. - Shhh- le hizo señas Andre- ¡no seas desconsiderada! ¡La criatura está durmiendo,eh! Candelaria se rió: -No te preocupes, mi hija tiene el sueño pesado- sonrió, pidiéndole entusiasmada que le contara todo. Despues de ese beso, Samuel no podia dormir. Era la medianoche cuando bajo a la cocina por un vaso con agua. En ese momento, se sorprendió al encontrar a Blanquita todavia ahi y a Kathya discutiendo con ella. - ¡No puedo creer que me hagas venir a esta hora a acompañarte a la casa, mamá!- le reclamaba Kathya- y todo para traer un tumulto de ropa planchada, por favor!- protesto. Blanquita la miro, amargamente: -Por favor, Kathya, solo te estoy pidiendo un favor, nunca te pido nada. Últimamente me atraso mucho con las labores, y los chicos necesitan la ropa recién lavada y planchada para ir mañana al colegio. -¡No sera que mandas a lavar y planchar ropa porque está gente te explota todo el tiempo!- exclamo- O no se, a lo mejor sos vos que ya estás vieja y no podes con todo- observo. -¡Kathya!- le llamo la atencion- ¿Alguna vez podes llegar a tener algún tipo de consideración conmigo? ¡Soy tu madre! Y siempre me estás tirando abajo. En ese momento, Samuel entro a la cocina: -¿Como que tu mamá, Kathya? ¿Que significa todo esto? Blanquita se puso pálida y Kathya comenzó a balbucear, sin decir nada. - A ver, Kathya, te estoy hablando, ¡Contestame de una vez!- le reclamo, se empezaba a sentir molesto, al notar que lo habían engañado. -Yo le puedo explicar, señor, es mi culpa...- se culpo Blanquita, para luego ser interrumpida al instante por Kathya: - ¡Por favor no diga nada! Mi amor, ¿estás loquito? ¿Como podes pensar que está señora es mi mamá? ¿Te parece a vos que una mujer como yo puede tener una madre como está mujer?- señalo- estás loquito, vida. Samuel le echo una mirada, aun más molesto. -¡Por favor, Kathya! No le faltes el respeto a Blanquita, ella es una SEÑORA, y es la luz de esta casa. Sin ella, los Mendoza no seriamos lo mismo. - Señor, lo que pasa que yo, de verdad usted es un gran hombre, y nunca quise mentirle pero es que -- Kathya volvió a interrumpirla: -¡Perdoname, mi amor!- se excuso- ¡Es su culpa! Entendeme,,, ¿Como iba a decirte que alguien como yo, con tan buena apariencia, con educación, con una carrera prometedora en la empresa de tu papá. tenia a alguien tan poca cosa como madre? Blanquita abrió los ojos como una lechuza, y Samuel la vio sorprendido: -Tenes razon, Kathya- asintió- ¿Como podría ser algo asi, no? Kathya le sonrió: -Ya ves... - ¿¡Como puede ser que una mujer tan increíblemente única y maravillosa, con el corazón de oro como el que tiene y esa ternura, y esa bondad... tenga una hija tan malagradecida como vos!?- dijo Samuel, muy seriamente. Kathya se quedo atónita con lo que escuchaba, y Blanquita no sabia que decir. - ¿Perdon, mi amor? ¿Que dijiste?- pregunto, confundida. Samuel se toco la frente, se sentía inquieto y molesto: -¡Que es tu mamá. Kathya! ¿Como vas a hablar asi de ella? Ademas, es una mujer maravillosa. Tendrias que estar orgullosa de ella y no esconderla. Gritarle a los cuatro vientos quien es. -Tenes razon, mi amor, perdón- dijo confundida- no se que decir, estoy tan avergonzada. - ¡Sos una cara dura, Kathya!- dijo, yendose molesto de la cocina. - ¡Todo esto es por tu culpa! Pero ya me vas a escuchar vos, cada dia me tenes más cansada- le reclamo Kathya a su mamá, para ir detrás de Samuel.  Blanquita se sintió muy mal, y tuvo que sentarse un poco, para tranquilizarse. No quería escuchar a Kathya, se sentía molesto por lo que acababa de descubrir, y sobre todo, se sentía molesto porque se daba cuenta que solo seguía engañandose más a si mismo. -Kathya- volteo a verla, después de conseguir que dejara de seguirlo- creo que nos tendríamos que tomar un tiempo. - ¿¡Que!?- pregunto ella, entre aturdida y molesta- no mi amor, eso no puede ser. Mira, yo se que te mentí, que te oculte algo importante. Pero, creeme, solo lo hice por los dos. Crei que cuando supieras quien era Blanca en mi vida te ibas a enojar conmigo. Que iba a ser un impedimento para que estuviéramos juntos. Como trabaja en tu casa, no se, fui una tonta por pensar asi, ¿me perdonas? Por favor, prometo que no voy a mentir más, mi vida. -Kathya, no es solo eso, es todo, es...- dijo Samuel tomando asiento en el sillón, y sintiéndose muy nervioso- no creo que seamos el uno para el otro, ¿entendes? Creo que nuestra relación es fría, que se siente, se ve como un efímero contrato. No se, le falta algo, quizás esto tenga mucho que ver- se explico- quizas que no nos tengamos la suficiente confianza hace que tengamos que mentirnos. Kathya lo observo, preocupada, y le clavo la mirada a los ojos: -¿Porque lo decis? ¿Que vos no sos sincero?- quiso saber- ¿Acaso me ocultas algo? Samuel se incomodo, pero luego se sincero: -¿Acaso no te parece que lo del robo del anillo fue una señal? A lo mejor no tenemos que casarnos. Kathya suspiro: -Ah, es eso. ¿Eso te atormenta, Samuel? Pero eso fue hace mucho tiempo. Nosotros ya tendríamos que empezar a pensar en los preparativos de la boda. -Tenes razón- dijo él, sentándose nuevamente junto a ella, y tomándola de las manos- Kathya, perdoname, por favor. Si alguna vez te falle, quiero decirte que yo... en ese momento, Andrea estaba por bajar las escaleras para ir hacia la cocina, cuando lo escucho- todo lo que pude haber hecho hoy fue una total y absurda tontería- aseguro. Sus palabras fueron puñales para Andrea, paso corriendo por la sala, sin ni siquiera querer verlos. - Que maleducada la niñera por favor- se quejo Kathya- ya ni siquiera en el servicio se puede confiar. Cuando Andrea entro a la cocina, casi estaba llorando. -Mi amor, ¿que pasa?- quiso saber Blanquita, mientras su sobrina la abrazaba con fuerza. Blanca le seco las lagrimas: -¿Que tenes, mi vida?- le pregunto, preocupada. - Nada, tía- la tranquilizo- sueños de colores que nunca se van. Parezco una nena, ya. A la final, nunca aprendo. Andrea se cruzo de brazos y se puso seria. -Ay, mi amor, ¡No digas eso! Ya se que sos una soñadora, siempre lo fuiste. Mi loquita- volvió a abrazarla, y a darle un beso- no tiene nada de malo soñar, a veces es lindo volar entre nubes. - Si pero cuando esos sueños se esfuman y te regresan a la realidad, te estrellas, asi mira, fuerte contra el piso- gesticulo. - Mi hija- le dijo con ternura, mientras acariciaba sus cabellos- los sueños sueños son, es cierto. Pero, si una tiene tantas ganas de que esos sueños se cumplan, y son sueños que están llenos de luz, de cosas buenas y de bondad. Hay que pedirlos, muy muy fuerte, y hay que también- mirame, Andrea, dijo tocando su pecho- Hay que trabajarlos desde aquí adentro, para hacer que sucedan. - ¡Ay tía, ya se!- la abrazo fuerte- pero es que, lo que yo quiero que se cumpla está muy dificil. No se como explicartelo, tía. Viste cuando sos media tarambana y pones siempre los ojos donde no debes. Bueno, asi. Esto ya pasa de que todo me salga mal, de ser una torpe. Esto es peor... Su tía la interrumpio: -Desde que llegaste a esta casa te empezaron a pasar cosas lindas, Andre- le señalo. -Si, lo se- respondió ella, con gratitud- estoy feliz de estar en la mansión. Alegre con mis chiquis, con todos que son unos soles. Cada uno con sus personalidades bien distintas, pero todos divinos y buena gente. El problema no es ese. El problema es que yo me enamore de quien no debia. Y contra eso, titi, no se puede hacer nada- se sincero. Su tía abrió grandes sus ojos: -¿Vos estás enamorada, mi amor? ¿Y de quien? Si siempre estás en esta casa- señalo- no me digas que es uno de los patrones. Ya se, es el joven Emmanuel- su tía se puso contenta- ay, pero si es tan lindo chico, tan tierno, tan bueno y tranquilito. Andrea suspiro: -No, tía. No es él. Ojala fuera alguno como el señor Eric, o cualquier otro. Pero no, es el menos pensado, del que menos me tendría que haber fijado me enamore. Soy media tonta, corazón de pollo, nunca cambio. -Entonces no tengo ni idea de quien pueda ser, mi amor. Lo único que te digo es que, si no te corresponde, es un tonto, ¡El se lo pierde, querida! En ningún lado va a encontrar una chica tan buena como vos, eso- le afirmo, tomando suavemente su mentón- que no te quepa duda. Su tia se marcho luego, a la pensión, junto con Kathya. Aquella noche, ni Samuel ni Andrea pudieron dormir. No dejaban de pensar en aquel tierno beso, y en todo lo que impedía que estuvieran juntos. -¿Para que me beso?- se preguntaba Andrea- ¿Porque? Si va a seguir con Kathya, si la quiere a ella. Ay, Andrea- se dijo- estarás enamorada de un príncipe con palacio, súbditos y toda la mar en coche. Pero es un príncipe bastante cobarde. Diosito, ayudame. Ojala pudiera saber que es lo que tengo que hacer. ¿Como voy a poder olvidarlo si lo tengo que ver todos los días? Encima se va a casar con mi prima. ¡No, por favor! Lo único que espero es que se la lleve a su reino muy muy lejano, como en los cuentos. Yo no aguantaria tener que verlos viviendo acá adentro, todo el tiempo juntitos, dandose besos, ay no.  Andrea no dejaba de pensar en eso. Como Samuel no dejaba de pensar en ella. ¿Porque no podia sacarsela ni de la mente ni del corazón? Que era lo que sentía por ella. Él debería estar pensando en Kathya, pero no era asi. Era todo lo contrario. Saco el anillo de su mesita de luz, suspiro. Kathya ni siquiera tenia el suyo. Eso no era lo que él quería, hacia tiempo que soñaba con otra cosa. Pero no podia lastimar a Kathya, no se lo perdonaría.Se daba cuenta que queria inventarse algo, cuando en verdad, queria todo lo contraria. - ¿Que me hiciste, Andrea? ¿porque desde que llegaste a esta casa que no puedo dejar de pensar en vos? Somos tan distintos, pero a la vez, no hay un solo dia que no me divierta pelearte. Incluso discutir me hace feliz con tal de tenerte cerca. ¡Ay, pero que hago!¿En que estoy pensando?- se reclamo. Tenia que ordenar sus ideas, y sobre todo sus sentimientos. No podia seguir asi,,,  

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