—Oh, hola. No esperaba que vinieras.
—Jeje, bueno, quise darte una sorpresa, Stu...— Paula entró al departamento desordenado de Stuart. Como su novia y principal apoyo, iba cada lunes a llevarle algo de comida casera. A cambio, él ahorraba algo de dinero para comprarle ropa o regalos, que por supuesto Paula demandaba.Era como si estuvieran casados.
Pero sin vivir juntos.—Pensé que trabajabas hoy.
—Sí, pero no creerás lo que pasó...
—¿Qué pasó?— La mujer se lanzó a los brazos de su novio, fingiendo unas lágrimas.
—Oh, ¡me han despedido!
—¿Por qué? Si eres la mejor contadora del banco.
—Sí, pero el jefe... Quiso tocarme, y yo se lo negué. ¡Y se enojó tanto que me echó!— Paula abrazó con fuerza a su novio, mientras que él acariciaba su pelo.¿Contadora de banco? Bueno, en realidad ella trabajaba en Gorillaz, la cafetería local. Pero le mintió. Quizá sea el hecho de que no quería que Stuart pensara que era una nefasta. O simplemente mentira es su segundo nombre.
—No puede hacer eso, debemos denunciarlo.
—No, déjalo así, cariño. Ya conseguiré un empleo... Y así te seguiré manteniendo. A los dos...Ah, claro. Hacerte sentir culpable e inútil es su apellido.
Stuart se sintió mal por Paula. Ella se "rompía la espalda" para darle algo que comer al pobre, y él no hacía nada más que ganar $7 por hora. No podía comprarle siquiera un regalo decente.
Stuart tomó a Paula por los hombros y la miró.
—Escucha Paula, mi casero me va a echar si no le pago lo que debo. He sido un bueno para nada toda mi vida, y mi puesto en el mercado no me ayudará. Debo conseguir un empleo.
—¿Lo dices en serio?
—Sí, no podrás mantenerme toda mi vida. Además, con el dinero podré pagarte todo lo que me has dado.
—Pero Stuart, no podrás ganar lo mismo que yo ganaba.
—Pero vale la pena intentar, ¿no?Paula sonrió de lado. Abrazó con fingida emoción a Stuart.
—¡Oh, Stu, me haces la mujer más feliz del mundo!
—Y tú...
—Ya, no digas nada. Mejor te dejo comer lo que te traje. Así te prepararás lo mejor posible para tu entrevista de trabajo.— Paula besó la mejilla de Stuart y se fue dando saltos infantiles.
Stuart sonrió y se dedicó a calentar la comida que su amada novia le había traído.Pero una vez que salió del departamento, Paula soltó una carcajada en el pasillo.
—Oh, Dios... ¡Es tan tonto!— Dijo tocando el botón del ascensor.Recibiría un dinero extra de él, su tonto novio que no sabía que Paula recibía dinero por todos lados. (Y eso no era lo único que recibía por todos lados)
Claro que Paula solo estaba con él por conveniencia pura. A veces lo usaba para presumirlo a sus amistades o llevarlo como compañia a fiestas familiares. Como si tener novio solo fuera una moda.
O un juego.
🍰
Al mediodía, Stuart salió de su apartamento. Iba vestido lo mejor que podía, una buena impresión significaba mucho para que lo contratasen. Realmente no tenía idea de adónde solicitarlo. Pero eso no le importaba. "Con que me paguen bien es suficiente", pensaba el peliazul.
Girando a la izquierda, avanzaba con paso firme y seguro. Tarareaba una melodía en voz baja, mientras se dedicaba a ver los escaparates de las tiendas, letreros en los postes o incluso pegados en el costado de un autobús. En algún lugar debía haber una señal.
Continuó caminando. Pero no había nada de ofertas de empleo, solo anuncios de mascotas perdidas o publicidad. Decidió seguir, no podía rendirse. Unas 7 cuadras más no le harían perder nada.
Caminó y caminó, llegando a una pequeña plaza con jardines y juegos infantiles.
Atravesó la calle, dejando atrás aquel parque. Mientras cruzaba, la melodía seguía en sus labios.Y cuando Stuart pisó el concreto de esa nueva calle, se detuvo enfrente de una tienda. Estaba cerrada, pero había un letrero a la vista de todos. Stuart sintió su corazón latir fuertemente mientras terminaba su melodía.
Un hombre afroamericano salió de la tienda cerrada, hablando por teléfono. Stuart se paralizó al instante, con los nervios devorando su cuerpo.
¿Era coincidencia que el que parecía ser el dueño de esa tienda saliera frente a Stuart, quien leyó claramente que se necesitaba un nuevo empleado ahí?
Quizá.
—Sí, sí, entiendo. Tranquilo, en cuanto encontremos a alguien volveré a abrir... Ajá... Ya, relajate. Los empleados no caen del cielo... Bueno, debo revisar facturas. Nos vemos...
El afroamericano colgó el teléfono. Stuart tragó saliva y se acercó a él. Con los puños cerrados y paso tieso lo siguió sin que se diera cuenta de su presencia. Cuando el hombre ingresó de nuevo al local, trató de cerrar la puerta tras de sí. Pero Stuart había puesto su pie entre la puerta y el marco, de forma en que no se cerraría.
Por supuesto, esto intrigó a el hombre.
—Esta jodida puerta...— Cuando volteó, Stuart sonrió tímidamente. Bajó la mirada y tomó sus manos con fuerza.
—B-buenos días...
—Si querías algo, está cerrado por hoy.
—Y-yo... Vine por e-el empleo...🍪
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2Doc AU : The Sugar Robber
FanficStuart Pot decide trabajar en una cafetería, esperando salvar su situación économica. Sin embargo, de un día para otro, se da cuenta de que el azúcar del local desaparece misteriosamente. ¿Podrá atrapar al ladrón? Primera mención de este AU : 2Doc :...