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De noche, Russel volvió a llamar a sus empleados con la paga en mano. Ambos la tomaron y se despidieron de él. Mientras recogía sus cosas de su oficina, Stuart se quedó de pie ante la puerta del jefe. Russel salió, y sonrió al peliazul.
—¿Cómo te va, Stuart?
—Bien, Sr. Hobbs...
—¿Vas caminando o en auto?
—Caminando, mi departamento no está muy lejos...— El afroamericano acompañó a Stuart a la salida. Una vez ahí, se dispuso a cerrar el local.
—Pues será mejor que te vayas ya, está oscuro y no queremos que te topes con un ladrón.
—Sí, jeje... Y hablando de ladrón... Creo que hay un ladrón en la cafetería.

Russel miró a Stuart. Tardó un poco en reaccionar. Soltó un grito ahogado y volvió a introducir las llaves con nerviosismo.
—¡La caja! ¡El dinero! ¡Hay que...!
—¡N-no, no! No roba el dinero.
—¿Eh?— Russel estaba confundido y asustado a la vez. Tenía la cara pálida. Stuart se apresuró a calmarlo.
—Creo... Que este ladrón solo se roba el azúcar. Los sobrecitos, para ser exactos.

La respiración de el mayor se reguló. Suspiró aliviado y se tocó la frente.
—Oh, jeje... Vaya alivio... Pensé que sería más grave.
—Pero, Sr. Hobbs...
—Tranquilo Stuart, estas cosas pasan. No es nada grave.
—Pero... Es azúcar del local. No podemos dejar que se lleven todos los sobres de las mesas.
—Básicamente para eso sirven. Para que la gente los use.
—Sí, pero...— Russel le dio unas palmadas en la espalda. Se rio un poco ante la inocencia y preocupación de su empleado.

—Stuart, todos alguna vez nos hemos llevado los sobres del azúcar en el bolsillo. Es algo normal.
—Sí, lo sé. Pero no es normal que se lleven todos de una sentada...
—Vamos Stuart, es un asunto sin importancia. No te estreses.— Russel abrió la puerta de su auto. Se acomodó la chaqueta al entrar. Stuart solo frotaba sus manos para librarse del frío.— Aún así, gracias por preocuparte Stuart.

El peliazul solo respondió con un "No es nada", y observó el auto arrancar. Quizá no tenía importancia después de todo.

Stuart no podía dormir. No dejaba de pensar en el asunto. Salió de la cama, y tomó una vieja calculadora de un cajón. Usualmente usaba la de su teléfono, pero cuando se trataba de asuntos serios, le gustaba usar la de su padre.
Comenzó sus cálculos :

•El promedio del costo de una caja de sobres de ázucar es de $100
•Cada caja contiene 700 sobres.
•Son 7 centavos por sobre.
•Usualmente se colocan 30 sobres en el platillo de la mesa.
•Si el ladrón se lleva los 30 sobres, eso significaria que se roba $21 de ázucar.
•En resumen, Gorillaz perdería $147 a la semana.

La cantidad de dinero perdido no era tan grande. Pero aún así preocupaba a Stuart. ¿Y si empezaba a robarle a las demás mesas en vez de solo una?
No, no podía permitir que el lugar donde trabajaba se fuera a la quiebra.

Tal vez su jefe pensara que era algo sin importancia, pero Stuart ya lo tenía decidido : Él atraparía al ladrón.

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2Doc AU : The Sugar RobberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora