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Casi arrastrando los pies, Stuart llegó al fin a Gorillaz. Debido a que Murdoc se había ido en el Stylo, tuvo que caminar solo a casa y luego al trabajo. Por fortuna, cuando fue a buscarlo, encontró sus tenis en la acera.
Porque claro, caminar descalzo le daría más vergüenza que la que ya tenía.

Al abrir la puerta, Noodle le dio un abrazo amistoso. Él le correspondió, pero sin alegrarse. Russel también lo saludó.
-Buen día, Stuart. Lindo inicio de semana, ¿no?
-Claro... Lo que usted diga...
-Bueno, los dejo trabajar. Con permiso.
-¡Nos vemos, Russ!- La japonesa se despidió con alegría. Ajustó su delantal, y le dio un codazo amistoso a Stuart.-Hey Stu, pongámonos en acción.
-Está bien...- Seriamente, Stuart fue por una escoba. Noodle notó la falta de ánimo en Stuart y se sintió intrigada.

Cuando Stuart reapareció, Noodle se le acercó.
-Stuart, ¿pasa algo?
-No, no es nada...
-¿Nada? Tienes unas ojeras terribles... ¿Qué tanto hicieron Murdoc y tú como para que no durmieras?- Stuart sintió su labio temblar. Su garganta hecha nudo. Sosteniéndose de la escoba, Stuart se arrodilló en el suelo. Noodle se preocupó por él, y se agacho junto a él, tratando de verle el rostro.
-Soy un gran tonto...
-¿Te sientes bien? ¿Qué pasó?
-Oh, Noods, ¿recuerdas cuando me dijiste que Murdoc iba a romperme el corazón?

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-Así que, parece que tú le rompiste el corazón a Murdoc.
-Eso creo... Mierda, nunca debí preguntarle nada...
-Pero te hubieras sentido peor si no lo hacías.
-A veces es mejor vivir en la ignorancia...- Stuart mantenía su rostro pegado a la barra. Ya habían abierto el lugar desde hace un tiempo, pero había pocas personas ahí.
Noodle no dejaba de acariciar la espalda de su amigo, tratando de consolarle. De verdad que le estaba afectando.

-Perdón, Stu, yo fui la culpable de esto...
-No, no... Tú solo me aconsejaste hacerlo. Fue mi culpa no haberlo hecho antes...- Stuart suspiraba tratando de no llorar. No daría una buena imagen al lugar si se ponía a llorar en medio del trabajo.
-Todo mejorará, Stu... Ya verás...
-¿Cómo? Lo más seguro es que no volvamos a vernos.
-Eso solo depende de Murdoc y su puntualidad.- Ambos miraron al reloj de pared. Las 12:25 p.m.
-Ya casi es hora...

Esperar a Murdoc era como deshojar una margarita para Stuart.
Vendrá, no vendrá, vendrá... O no vendrá...

Noodle trató de calmar a Stuart, verlo alterado no le hacía nada bien. Por lo menos todavía faltaba suficiente tiempo para la llegada del azabache.
-Dejando de lado lo de Murdoc, necesitamos atender esas terribles ojeras. ¿Qué te parece un café recién hecho?
-¿De aquí?
-¿Y de dónde más? Vamos, ¿cuál es tu tipo de café favorito?
-¿Comprarle a tu propia tienda no sería algo ilógico?
-Claro que no, solo es como si pusiera mi paga en la caja. Anda, dime tu café favorito.
-Moka... Por favor.
-Enseguida, Stu.

Mientras Noodle iba a la cocina a prepararle el café a Stuart, él no podía dejar de pensar en el dilema de la caja. Murdoc se lo había planteado en la noche en que fueron a su trabajo.
Todo le recordaba a él.
Le era inevitable.
Y le fue inevitable tensar su cuerpo al oir la puerta abrirse.

Murdoc apareció ahí. El peliazul se puso nervioso. Murdoc caminó seriamente hasta la barra, donde cruzó su mirada con la de Stuart.
No había expresión alguna en su rostro.
-Hola, Murdoc...
-Un latte, mediano. Por favor.
-Sí, enseguida...- Stuart volteó a mirar a Noodle. Ella solo le hizo un gesto con la cabeza. Tenía que arreglarlo todo.- Mudz... Yo... De verdad siento lo que pasó hoy.

El azabache no dijo nada, solo miraba las paredes del lugar. Murmuraba cosas para no tener que hablarle.
Estaba ignorando a Stuart.
-Se me hará tarde para el trabajo...
-Es en serio. No quise lastimarte pero... Tú sabes que soy un tonto...
-Creo que mañana llegan las nuevas botellas de ginebra. Tendré que anotarlo en finanzas.
-¿Murdoc? ¿Me escuchas?
-Y pedir la factura, se me ha olvidado hacerlo desde hace un mes...- Stuart recibió el café de Murdoc. Pero se mantuvo quieto frente a los ojos bicolor de Murdoc.
Él seguía parloteando y parloteando.
De verdad estaba ignorando a Stuart.
-Mudz... Responde...
-Esto de ser administrador y empleado a la vez cansa mucho...

El peliazul trató llamar su atención, diciendo que su café ya estaba listo. Murdoc solo lo tomó, sin siquiera mirar a quien se lo daba. En un susurro, soltó un "gracias" sin emoción.
Y se fue. Se retiró de la barra, y se sentó en la mesa más alejada de ahí. Stuart no podía creerlo. ¿De verdad había sido tan grave como para que lo ignorara así?
La culpa lo golpeó por la espalda sin piedad. No podía hacer nada que no fuera ahogar sus sollozos.

Noodle acudió a la escena, con el vaso de café de Stuart en la mano. Miró a Stuart con algo de tristeza.
-Lo siento...
-No te disculpes, Noods. Solo arreglaré las cosas con él... Si es que no me ignora...- Noodle no pudo evitar darle un abrazo a Stuart. Sabía que lo necesitaba.
El peliazul correspondió el abrazo, tratando de no romper a llorar.
Si quería arreglarlo todo, debía ser fuerte.

Durante el abrazo, Stuart miró con el rabillo cómo Murdoc se levantaba del asiento. Estaba a punto de irse. Lo siguió con la mirada, viéndolo abrir la puerta del local. Stuart se soltó del abrazo, pues había algo en él que lo empujaba a actuar.
-¿Stu?
-Cúbreme.
-¿Eh? E-espera...- Stuart se retiró de la barra. Con paso rápido, salió a la calle. Miró en la esquina al azabache caminar al lado de otra persona. No podía dejarlo ir así.

-¡Murdoc! ¿Así que solo vas a ignorarme?- El azabache se giró levemente. Parecía indiferente a lo que Stuart le decía.
-Sí, con permiso.
-¡No puedes ignorarme así de repente!
-¡Hey tú, déjalo en paz! No querrás que te parta la...
-Hannibal, tranquilo. Yo arreglaré esto...- Hannibal retrocedió, sin dejar de mirar a Stuart.
-Ya te dije que lo siento, Mudz...
-Sí, lo dijiste. Pero eso no soluciona nada.
-Podemos tratar de solucionarlo... Hablémoslo a solas, ¿sí?

Murdoc se acercó a Stuart. Con la punta de su dedo índice presionó el delantal de Stuart. Lo miró con desprecio.
-Tú y yo ya no tenemos nada que hablar... Adiós.

Murdoc se retiró junto a su hermano, dejando a Stuart ahí. El peliazul se sentía de lo peor.

Había dejado ir al ladrón.

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Perdón, tenía que hacerlo :'vNo me maten UnU

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Perdón, tenía que hacerlo :'v
No me maten UnU

2Doc AU : The Sugar RobberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora