Murdoc aparcó el Stylo en lo que parecía ser un parque grande.
No era el parque que estaba frente a la cafetería, sino uno aún más grande.
Bajó del auto, cerrando la puerta con violencia. Abrió la puerta del copiloto y jaló el brazo de Stuart, obligándolo a salir.
—¡M-mis tenis! No me los he puesto...
—¡Solo baja de una vez!— Sostuvo a Stuart mientras cerraba la puerta de golpe. Apretó el brazo de Stuart, y caminó hasta el interior del parque.Apenas amanecía, y la luz tenue del sol obligaba a los faroles apagarse de uno en uno. Hacía frío además, y el aire golpeaba la nariz del peliazul.
Stuart trataba de igualarle el paso a Murdoc, dando largas zancadas. Pero el azabache se mantenía un paso al frente, jalándolo y haciéndolo apresurarse. Parecía una madre impaciente jalando a su pequeño para llevarlo al colegio.Llegaron al centro del parque, donde un lago artificial reflejaba los primeros rayos matutinos. Murdoc se detuvo, dejando que Stuart se pusiera adelante de él. El peliazul estaba a punto de preguntar el motivo de aquel paseo, pero al sentir las manos de Murdoc sujetándolo fuertemente de las mejillas, no pudo articular palabra.
—Mgh... Mudz... Me aprietas...
—¡Observa, Stuart! Mira a tu alrededor. ¿Qué ves?
—Nghh, gente...
—¡Mira bien! Son parejas, ¿no?
—Sí...
—¿Cómo sabes que lo son?Stuart analizó a las parejas que rondaban por ahí. Todas iban caminando de la mano, rozando sus cabezas de vez en cuando e intercambiando muestras de afecto. Desde abrazos hasta minúsculos besos, todas las parejas parecían estar felices.
Stuart trató de zafar su rostro de las manos del azabache. Logró liberarse lo suficiente como para hablar sin problemas.
—Todos están juntos, besándose y abrazándose.
—Entonces... Si ellos hacen todo eso, ¿son pareja?
—Murdoc, duele...— En efecto, al peliazul le dolían las mejillas. A Murdoc no le importó, y apretó todavía más.
—Si nosotros hemos hecho todo lo que esas personas hacen ahora, dime... ¡¿Por qué dudas que somos una pareja?!
—Agh, basta...
—¡¿Qué te hace dudar, Stuart?! ¡¿Qué necesitas para saberlo?!La voz de Murdoc se quebró. Soltó a Stuart, dejándolo con dolor en su quijada. El azabache se agachó, tomando sus cabellos con fuerza y mirando al piso. Apretaba los dientes, tenía un sollozo en su garganta. Ahora él era el niño, y parecía hacer una rabieta.
—Murdoc, ¿estás bien?
—¿Por qué dudas de lo nuestro? Dime por favor...
—Es que... Nunca me dijiste nada...
—¡¿Es en serio?!— Murdoc levantó la mirada, la cual estaba llena de furia. Torpemente sonrió en forma de burla, pero debido a su enojo, su cara parecía la de alguien que estaba dispuesto a matar.
Stuart le miró asustado.—Murdoc, ¿qué tienes?
—¡Oh, lo siento! Olvidé decirte "Ah, Stuart, ahora eres mi novio", es eso, ¿no?
—Cálmate, tranquilo...
—¡¿Acaso quieres un documento que lo confirme?!
—¿Documento?
—Stuart, escucha bien. No todas las parejas comienzan con un "¿quieres ser mi novio?" así de cursi. Unas simplemente comienzan a andar después del primer beso, o de un acostón. ¡Y ellos no se preguntan qué son!
—Pero entonces... ¿Cómo van a saber si es algo serio o...?
—¿Tú quieres todo confirmado o qué?— Murdoc se levantó. Encaró a Stuart, quien tuvo que retroceder ante la mirada amenazante del azabache.—Yo... Tal vez...
—Oh, claro, olvidé con quién hablaba... Con el ciego.
—Hey, mis ojos pueden ser totalmente negros, pero veo a la perfección.
—No es por eso, idiota... Es que en verdad no logras verlo...
—¿Qué?— Murdoc tomó de los hombros a Stuart, obligándolo a mirarlo.
—Dejé que me atraparas... Te llevé todos los días a tu casa, te llevé al bar, te preparé una sorpresa en mi trabajo, ¡y hasta evité que murieras de tos! ¡¿Es que acaso no ves todo lo que hago por ti?!
—Lo veo... Y aprecio lo que haces...
—Pero no lo ves con el corazón. Para ti, solo soy el ladrón que te violó...Murdoc retrocedió y se sentó en una banca cercana. Volvió a agachar la mirada. Stuart lo miró. Se veía cansado, y con un posible dolor de cabeza por el alcohol consumido con anterioridad.
Pero tenía razón. Hacía infinidad de cosas por él. Stuart de verdad que lo apreciaba, y hasta estaba agradecido. Pero nunca había pensado en las intenciones detrás de todo aquel comportamiento.Siempre había pensado que Murdoc solo lo hacía por molestar. Después de todo, así comenzó su amistad. Y después ocurrió lo de la bodega. Ese suceso cambió la actitud de Stuart hacia él, y trataba de evitarlo a toda costa.
Pero el azabache insistía.
Siempre lo ponía en situaciones donde su corazón latía nerviosamente y la tensión sexual era tan frágil como una taza de porcelana.
No se hartaba de hacerle propuestas, y con cada palabra lujuriosa que salía de su boca, Stuart no podía hacer más que sonrojarse.Entonces pensó, "¿y si solo me desea por mi cuerpo? De todos modos, ¿no es eso lo único que busca cuando nos vemos?"
Stuart hubiera deseado no pensar eso. Pero es que era lo más obvio.
De alguna o otra manera, todo había comenzado con aquel acto sexual.
Sin embargo, pensar eso ahora era un movimiento arriesgado. El estado de ánimo de Murdoc no era el adecuado para más preguntas.
Pero quería saber. Stuart siempre quiere saberlo todo.Se sentó en la banca junto a Murdoc. Apoyando su mano en su espalda, intentó comunicarse con él.
—Mudz... Sé que haces todo eso por mí. Y la forma en que iniciamos esto, fue lo que me mantuvo confundido...
—No puedo ni siquiera empezar bien una relación...
—¡N-no, no quise decir eso! Solo es que... Fuimos muy rápido.
—Pensé que te gustaba.
—Sí, pero... Ugh, ¿cómo lo explico...?
—Ya, no digas nada. No te esfuerces...El peliazul no pudo evitar sentir su corazón estrujarse. Tenía que preguntar y explicarse a la vez. Pero no sabía cómo. Y no podía arriesgarse a arruinarlo todo.
Así que Stuart trató de ser lo más sútil posible.—Murdoc, dime una cosa...
—¿Qué quieres?
—Si dos personas se aman mutuamente, ¿qué son?
—Son pareja, eso sería obvio...
—¿Qué serían en caso de que solo se busquen por sus cuerpos?
—Esos no son nada. Solo un par de calenturientos.
—¿Y qué pasa si uno siente amor, y el otro solo desea sexo?Murdoc alzó la mirada. La tristeza invadió sus ojos. Se levantó de la banca, sacando a la vez un cigarrillo. Ya no había nada que hacer ahí.
—Oh, Stuart... Siento decirte, que eso es una perdida de tiempo...Y así fue que Murdoc abandonó a Stuart en aquella fría banca.
☕
Feliz cumpleaños Haru_uwo
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2Doc AU : The Sugar Robber
FanficStuart Pot decide trabajar en una cafetería, esperando salvar su situación économica. Sin embargo, de un día para otro, se da cuenta de que el azúcar del local desaparece misteriosamente. ¿Podrá atrapar al ladrón? Primera mención de este AU : 2Doc :...