Capítulo Dieciséis.

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Me sorprendí al verlo. Con tan solo pensar que me vio bailar, me pongo nerviosa. ¡Espera! ¿Acaso ya son las tres de la tarde? Miré el reloj que estaba en la pared de mi sala y, efectivamente ya eran las tres. El tiempo se pasa volando cuando escucho 'One Direction'.

- H-hola profesor - tartamudeé - lamento por gritarle pensé que era Louis - me encogí de hombros.

- No hay problema - sonrió - ahora, ¿puedes bajar el volumen que está muy alto? - preguntó sin entrar. Él si era educado, no como Louis que entró sin permiso.

- Claro, pero entre profesor - sonreí. Él me obedeció y yo me dirigí al estéreo. En vez de bajar el volumen, lo apagué. No quería distracciones mientras estudiaba con mi profesor.

- Creo que yo mejor me voy - habló Ariana. Asentí, me despedí de ella y salió. Yo me dirigí junto al profesor a la mesa.

- ¿Tu mamá no está? - preguntó el profesor mientras se sentaba. Yo negué con la cabeza - con razón escuchan así la música - rió.

- Hay que aprovechar cuando las madres no están - me encogí de hombros sonriendo. Él también sonrió - ¿qué haremos hoy profesor? - pregunté.

- Oraciones Incompletas - sacó un libro - creo que no necesito explicar de lo que trata - sonrió. Yo negué con la cabeza, era muy obvio el ejercicio. El profesor sacó varias hojas de ejercicios y me los dio.

- Profesor, ¿le gustó la visita que recibió hoy? - pregunté recibiendo las hojas.

- Fue inesperada, pero me gustó - sonrió - las tres chicas me alegraron la mañana.

- Uy tres chicas, ¿y alguna en especial le alegró el día? - alcé una ceja.

- Para ser sincero sí - sonrió y se inclinó hacia mí - la más madura de las tres.

- ¿Y cuál es su nombre? - pregunté inclinándome hacia él también.

- Prefiero mantenerla en misterio - sonrió. Yo, una vez más, me derretí. Estaba coqueteando conmigo y eso era obvio. ¿Acaso le estoy interesando?

- Pues, parece que es especial - me mordí el labio inferior discretamente.

- Podría decirse que se está volviendo así para mí - se acercó un poco más hacia mí. ¡Oh por dios! No sé si pueda aguantar las ganas de besarlo.

- Que envidia le tengo ahora a esa chica - me acerqué aún más a él - poco a poco se está ganando su cariño.

- No tendrías porque, si te enteraras quien es, te alegrarías - se acercó y me acarició la mejilla suavemente. Yo lo miraba con mi mirada Nº 10: '¡Bésame ya!', pero él lamentablemente no sabía leer mis miradas.

- Pues dígamelo y terminemos con esto - me acerqué más. Ya estábamos al límite, nuestros labios solo estaban separados por pocos centímetros. Por fin iba a saber a qué sabían sus perfectos labios. Nos miramos fijamente, luego nuestras miradas se dirigían a los labios del otro. Alternábamos miradas, hasta que decidimos acortar completamente la distancia, poco a poco me acercaba a sus labios, hasta que… sonó el timbre. ¡Maldito timbre! Ambos rápidamente nos separamos. Él volteó su mirada hacia sus libros, yo solo maldecía al que estaba del otro lado de la puerta. Me levanté y me dirigí a abrir.

- Hola hija - saludó mi madre entrando a la casa - ¿ya llegó el profesor? - preguntó mientras yo cerraba la puerta. ¡Si, mamá! Y gracias a ti me perdí el sabor de sus labios.

- Si, está en la mesa - lo señalé. Mi mamá y yo nos acercamos a él.

- Buenas tardes señora - se levantó y le dio la mano a mi mamá, ella le correspondió. Trataba de mirarlo, pero él desviaba mi mirada. No lo culpo, casi nos besamos. ¡Oh por dios! ¡Casi nos besamos!

- Buenas tardes profesor, necesito hablar con usted - dijo mi mamá soltando la mano del profesor - ____ cuando termine la clase me avisas, estaré en mi habitación - yo asentí y ella subió. Miré al profesor, él desvió mi mirada y se sentó. Yo hice lo mismo.

- Eso estuvo cerca - suspiré. Trataba de ser un poco graciosa en esta situación tan tensa. Y parece que lo logré, porque el profesor sonrió, aunque trataba de esconderlo.

- Mejor iniciemos con los ejercicios - habló sin verme. Yo agarré las hojas y comencé a resolverlas, cuando terminé se las di al profesor para que las revisara - muy bien ____, cada día me sorprendes más - volteó a verme y sonrió.

- Es porque alguien me inspira - sonreí. Él me miró curioso.

- ¡Ah, sí! Tu novio Niall - asentía con la cabeza. ¿Celoso de Niall? Muy buena señal.

- Yo no dije nombre - negué con la cabeza - puede ser Niall, como también puede ser Perrie, o… hasta usted - me encogí de hombros. Él se sonrojó y me regaló una de sus bellas sonrisas.

- Me alegra ser una de tus posibles fuentes de inspiración - dijo. Eso y mucho más profesor. Yo le sonreí - ahora, sigamos con la clase - ¡No! Mejor sigamos con el beso.

- ¿Qué haremos ahora? - pregunté. Él sacó más hojas de su maleta.

- Analogías - respondió - ¿sabes qué tienes que hacer o te lo explico? - preguntó agrupando algunas hojas.

- Si sé - respondí. Quería acortar el tiempo de estudio para después poder seguir en lo que nos quedamos; el beso. El profesor me dio hojas llenas de ejercicios y yo nuevamente los resolví. Se las di y las revisó. Seguimos con la clase, hasta que, lamentablemente, terminó. Nos levantamos y yo fui a la habitación de mi mamá para avisarle que la clase terminó, tal y como me lo había dicho. Bajamos y ella junto al profesor fueron a la cocina. Yo esperé unos segundos y luego fui hasta allá para escuchar lo que decían. Estaba a punto de escuchar, cuando suena mi celular. Rápidamente contesté.

- ¡____! - gritó Perrie apenas contesté.

- ¿Qué quieres Perrie? - susurré.

- Me olvidé de darte el recuerdo que saqué de la casa del profesor - ¡Cierto!

- Bien, ahora voy a tu casa - seguí susurrando.

- ¿Por qué susurras? - preguntó.

- Cuando vaya a tu casa te cuento, ahora adiós - colgué. Quise seguir escuchando, pero sentí unos pasos. Corrí hasta el mueble y me senté. Saqué mi celular y fingí que lo veía. Sentí que alguien salió de la cocina, levanté mi mirada y era el profesor.

- ¡____ acompaña al profesor hasta la puerta! - gritó mi mamá desde la cocina. Me levanté del mueble y me dirigí hacia él. Juntos caminamos hasta la puerta. La abrí y me hice a un costado para que él pudiera salir. Pero antes de irse se acercó a mí.

- Adiós ____, me encantó conocerte - acarició mi mejilla. ¿Qué? Estaba a punto de hablarle, pero él se fue. Cerré la puerta. ¿Por qué dijo eso? ¿Por qué dijo que le encantó conocerme? Es como si ya no nos fuéramos a ver más. Pero eso es imposible, él es mi profesor durante todas las vacaciones. ¡Espera! ¿Qué habló con mi mamá? Fui rápidamente a la cocina.

- Mamá, ¿qué pasó con el profesor? - pregunté apenas entré.

- ¿Cómo que qué pasó? - preguntó confundida. ¿Acaso se hace la que no sabe nada?

- ¡Qué hablaste con él! - me impacienté.

- De tus estudios, me dijo que estabas muy bien y que eras muy inteligente - que lindo, hablando bien de mí - me sorprendes ____, por eso es que te quitaré el castigo y ya no te enseñará más. Le dije que ya no necesitaré más de sus clases, ahora puedes disfrutar de tus vacaciones - ¡¿Qué hiciste qué?!

Mi sexy profesor (Liam&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora