PARTE 4.8 (SPANISH)

471 43 9
                                        

Kong se adentró en la cripta con rapidez, siguiendo los pasos que, marcados en el polvo, había dejado Arthit durante su búsqueda.

"Que no haya pasado nada...", se decía una y otra vez mientras bajaba escaleras y las subía corriendo y sin hacer caso de los gritos de su hermano que, detrás suyo, le suplicaba una y otra vez que tuviera cuidado.

- "Espera un minuto, Kong" - decía New a tan sólo unos pasos de distancia - "no corras así que es peligroso".

Sin embargo el joven apenas si escuchaba la voz de su hermano.

Y es que sus pensamientos estaban fijos en encontrar a su esposo. Éso era lo único que importaba.

Finalmente, y tras quince minutos corriendo por la cripta, se detuvo frente a una amplia escalinata que descendía hacia las profundidades.

El joven comenzó a bajar mientras sentía que, con cada minuto que pasaba, su nerviosismo crecía más y más.

- "Arthit..."




Mientras tanto, Forth aguardaba pacientemente a que el joven despertara.

Su mirada, fija en el rostro del joven, no podía apartarse de los labios sonrosados del muchacho.

"Sólo una vez...", pensó mientras daba unos pasos hacia Arthit, "nadie se va a enterar"

Con lentitud, se agachó hasta que su rostro quedó a pocos milímetros del del joven.

Poco a poco comenzó a acercar sus labios a los de Arthit, sin reparar en el sonido amortiguado de pasos a su espalda.

Sus ojos se cerraron, pensando en lo cerca que estaba del joven. En lo bien que olía y en lo mucho que lo amaba.

Sus labios se abrieron levemente.

"Al menos un roce", se dijo mientras terminaba de inclinarse hacia el joven que, con los ojos abiertos completamente, observaba fijamente al fantasma mientras agarraba la varita que tenía a su lado.

Dos hechizos se oyeron en la quietud de la sala.

Dos hechizos que cayeron sobre Forth y lo lanzaron hacia el otro lado de la estancia.

- "¡Cómo te atreves!" - exclamó Arthit mientras se levantaba del suelo.

Kongpob, que acababa de entrar a la sala junto a Knott y New, se acercó al joven corriendo y, tras guardar su varita, procedió a pasar sus manos por el cuerpo y el rostro de Arthit.

- "¿Estás bien?¿No te has hecho nada?"

Arthit sonrió y, con una amplia sonrisa en el rostro, abrazó al joven que amaba más que a su vida.

Al joven que era, literalmente, su vida.

- "Estoy perfectamente... al fin y al cabo, ¿no te dije que todo saldría bien?"

Kongpob levantó la mirada, fijando su mirada llorosa en los ojos enamorados del joven que tenía enfrente suyo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kongpob levantó la mirada, fijando su mirada llorosa en los ojos enamorados del joven que tenía enfrente suyo.

- "Te amo" - dijo finalmente mientras se abrazaba a Arthit y enterraba su rostro en su cuello - "no vuelvas a hacerme ésto, por favor".

Arthit sonrió, abrazando fuertemente al joven.

- "Claro que no"



Mientras tanto, Forth se levantó del suelo trabajosamente y, dando unos pocos pasos hacia el centro de la estancia, se detuvo y observó la escena.

- "Es que nunca aprendo..." - murmuró tristemente y mientras observaba los rostros felices de los cuatro magos.

"Al menos ya está hecho...", se dijo, "ahora sólo queda decir adiós"

Tras lo cual concentró su mente trasladándose a otra cripta cercana. A una cripta en la que una tumba para dos había sido erigida hacía ya cientos de años.

Una tumba que, hasta ese momento, sólo había tenido un único nombre grabado y que ahora tenía dos.


KRIST Y SINGTO, QUE LA LUNA NOS PERMITA REENCONTRARNOS EN TODAS Y CADA UNA DE NUESTRAS VIDAS.


Forth sonrió, dejando que por fin las lágrimas cayeran libremente por sus mejillas.



END



Y con ésto llegamos al final de la historia... tan sólo falta un epílogo que subiré pronto.

Espero que os haya gustado.

Muchas gracias por los comentarios y por los votos, de verdad que os lo agradezco.

Con el epílogo, publicaré el primer capítulo de una nueva historia ... una historia de Navidad ;)

A MILLION LIVES WITH YOU/ UN MILLÓN DE VIDAS CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora