UNA BÚSQUEDA MILENARIA
HACE 1000 AÑOS...
El Castillo, vestido de gala a causa de los inminentes esponsales que se iban a llevar a cabo en pocas horas, era presa del nerviosismo y la expectación.
Los invitados, ya arreglados para tan magnífico evento, deambulaban por las salas a la espera del inicio de la ceremonia que iba a unir para toda la vida al joven Príncipe con el último de los druidas.
Un joven que, hasta hacía un par de meses, vivía una vida alegre y feliz en una de las aldeas que su gente había construido en los bosques.
- "Harán una pareja perfecta...", decían todos mientras se saludaban y conversaban lo felices que parecían estar sus majestades con la boda de su único hijo.
Sin embargo, en el castillo, había alguien que no estaba nada conforme... más bien al contrario.
Una persona que, en esos instantes, corría por la estrecha escalera de caracol que le iba a llevar hasta lo más alto de una de las almenas.
TAP TAP TAP
Sus pasos se oían levemente en la quietud de la noche, sin embargo el joven no se hacía ilusiones.
Sabía que aún debían de estar buscándole.
- "No hay tiempo..."- murmuró Krist mientras se detenía unos segundos para colocar la oreja sobre una de las piedras de la pared.
Casi al instante pudo oír los pasos amortiguados de los guardias.
El joven gruñó levemente y, con el corazón martilleándole en el pecho, comenzó a correr escalera arriba.
Sus pies desnudos habían empezado a dejar un leve rastro de sangre sobre la gastada piedra pero Krist apenas lo notaba.
Y es que poco le importaba ese pequeño sufrimiento comparado al que iba a vivir el resto de su vida si llegaban a atraparle y le llevaban junto al Príncipe.
"Jamás lo permitiré..." - se dijo el joven mientras subía el último tramo que daba paso al rellano donde estaba la puerta que daba al exterior.
Una leve sonrisa asomó a sus agrietados labios.
- "Por fin" - dijo mientras tomaba el pomo y abría la pesada puerta de madera.
El aire frío de la noche entró en el interior del recinto en el mismo instante en el que las voces de sus perseguidores llegaron hasta Krist.
- "Ahí estás" - dijo alguien a sus espaldas - "Te hemos estado buscando"
Krist miró hacia atrás.
Sus ojos se abrieron de par en par y es que allí, a pocos metros de él y subiendo la escalinata con expresión decidida, estaba Forth acompañado por su guarda personal.
"Así que el príncipe ha venido en persona...", pensó Krist mientras fruncía el ceño, "pero no va a poder evitar nada... la Luna atenderá mi súplica. De eso estoy seguro".
Tras lo cual se abalanzó hacia la salida y, con pasos decididos, se encaramó sobre el muro de la almena.
Antes de que sus perseguidores pudieran siquiera entender lo que estaba ocurriendo, el joven druida estaba ya sobre el punto más alto de la estructura, y manteniéndose a duras penas en equilibrio.
- "¡Krist!" - exclamó con preocupación Forth.
Sin embargo éste no dijo nada, ni siquiera se inmutó ante el grito del joven que, paralizado, se había quedado completamente quieto a tan sólo unos pasos de distancia.
- "Madre mía..." - murmuró entonces el joven mientras levantaba los brazos hacia el cielo nocturno donde la luna, completamente llena, era testigo de lo que estaba ocurriendo.
Sólo entonces, y con una expresión dura y decidida en el rostro, observó al que en unas horas iba a ser su esposo y a los que le acompañaban.
-"Nos volvemos a encontrar, asesino..."
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Hola.
Espero que todos estéis bien :)
En primer lugar quería agradecer los votos y comentarios. Muchas gracias y, como prometí, aquí estoy de nuevo con la tercera parte de esta historia.
Espero que os guste...
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A MILLION LIVES WITH YOU/ UN MILLÓN DE VIDAS CONTIGO
Romance- "I will not let you take him away from me" - said Arthit with a frown - "our bond is impossible to break ..". The elders nodded. - "And you, young Kong?" - they asked - "What do you want?" The young man separated his face from Arthit's chest and...