PARTE 2.6 (SPANISH)

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La Señora Rojnapat suspiró quedamente mientras removía su café con una cuchara. 

"No puedo permitirlo", se dijo mientras echaba un vistazo hacia las dos maletas que estaban colocadas cerca de la puerta de entrada, "no puedo dejar que vaya allí..."

- "Sin embargo no puedes evitarlo..." - dijo su marido mientras se sentaba en la silla que tenía al lado - "sabes que deben ir".

La mujer, con el ceño fruncido, levantó la mirada hacia su marido.

- "No me leas la mente, ya sabes que no me gusta" - le recriminó quedamente y con una leve mueca en sus labios.

A lo que el hombre respondió encogiéndose de hombros.

- "Estabas proyectando tan fuertemente que no he podido evitarlo" - dijo a modo de disculpa mientras hacia que, con un chasquido de sus dedos, aparecieran ante él varios panecillos y la mantequilla - " y en cuanto a ésto, ya te dije que era cuestión de tiempo..."

La Señora Rojnapat miró con ira a su esposo pero no dijo nada. 

- "Deberías haber sabido que ésto iba a ocurrir en cuento le viste en el cuarto de Arthit... o incluso antes de eso" - musitó el hombre sin hacer caso de la mirada de su mujer - "al fin y al cabo es su viva imagen..."

La Señora Rojnapat se levantó bruscamente y comenzó a dar vueltas por la cocina.

- "¡No!" - exclamó finalmente y mientras se detenía frente a su marido - "Arthit es mi hijo y no voy a permitir que..."

- "¿Qué no vas a permitir?" - preguntó una voz que hizo que la señora Rojnapat volteara hacia la puerta donde, con expresión curiosa, estaba Arthit con Mara en sus brazos. 

Kongpob, a su lado, observaba con rostro impávido la situación. 

- "Tu madre hijo, que le preocupa ese viaje tuyo al castillo" - intervino el señor Rojnapat desde su sitio en la mesa.

Arthit suspiró y, con expresión cansada, se sentó en una de las sillas vacías. Con tranquilidad, le dio la niña a Kongpob para seguidamente sacar su varita de uno de sus bolsillos y apuntar con ella hacia la chimenea.

El fuego surgió en cuestión de segundos, caldeando el ambiente y pintando las paredes con un suave tono rojizo.

- "Ya hemos hablado de eso..." - dijo mientras miraba a su madre que, con expresión de súplica, se acercaba con pasos rápidos hacia él.

- "Pero..."

Arthit, sin embargo, negó con la cabeza antes si quiera de que la mujer pudiera acabar con lo que estaba diciendo.

Y es que ya habían tenido esa misma conversación antes. De hecho cada día desde aquella tarde en la que visitaran a Stonn.

FLASHBACK...

- "Recuerde que debe ir al Castillo antes de que finalice el año para la toma de posesión" - dijo el enano mientras le hacía entrega de los papeles de propiedad - "es el único requisito que su tío estipuló en el testamento. No puede simplemente no ir... o lo perderá todo"

Arthit sonrió levemente mientras tomaba la carpeta con los documentos para, tras hacer que disminuyeran de tamaño, guardarlos en su billetera.

- "No se preocupe, allí estaré"

Sin embargo, desde ese mismo momento, su madre había intentado de una manera u otra hacerle cambiar de idea

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Sin embargo, desde ese mismo momento, su madre había intentado de una manera u otra hacerle cambiar de idea. Incluso se lo había suplicado a Kongpob que, por una vez, se había negado a intervenir en el asunto.

- "Es su decisión... no me parece correcto intervenir" - había dicho el joven con expresión triste. 

A lo que su madre respondió con un bufido justo antes de marcharse cerrando con un portazo la puerta de la pequeña salita en la que estaban.

  FIN DEL FLASHBACK... 



Y, desde entonces, no habían vuelto a hablarse entre ellos. Lo que, para Arthit, era sin duda un verdadero quebradero de cabeza.

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El Señor Rojnapat levantó la mirada de su desayuno y, con expresión preocupada, posó su mirada en la mujer con la que había compartido media vida.

La única a la que había amado verdaderamente.

La persona con la que, desde pequeños, habían compartido miles de aventuras. Aventuras que, la mayoría, habían acabado felizmente.

Sin embargo... no podía negar que entendía a su mujer... pues, en parte, compartía su preocupación.

"Está aterrada de que la historia vuelva a repetirse...", se dijo mientras observaba a su hijo que, con expresión decidida, hacía caso omiso de las palabras de su madre que, una vez más, intentaba hacer que cambiara de parecer y se quedara en casa.

- "¡Olvida la herencia y ese maldito castillo !" - exclamó finalmente su mujer mientras daba un pequeño golpe con su puño sobre la mesa - "no vale la pena... esa herencia..."

- "No madre. El Castillo es perfecto para la escuela que estaba planeando construir... o tal vez sería mejor un hotel. Aún no me he decidido... pero no voy a dejar de lado una oportunidad como esa. ¡ Mucho menos sin una razón para ello!"

La mujer abrió la boca para decir algo pero, sin embargo, no dijo nada.

- "Entonces está decidido que vas a ir..." - musitó Knott que, por la otra puerta, llegaba en ese momento acompañado por su esposo.

Arthit volteó hacia la entrada y asintió mientras les señalaba unas sillas vacías al otro lado de la mesa.

- "Si... creo que sería un lugar perfecto para la escuela que estaba pensando construir" - dijo mientras sonreía levemente - "aunque los planes del hotel que estaba ideando el tío también me parecen muy buenos... aún no me decido"

Tras lo cual procedió a preparar el desayuno de Kong y el suyo propio.

Éste, con una sonrisa, agradeció el gesto mientras que Mara, con su botella de leche tibia ya entre sus labios, procedía a disfrutar del suyo como cada mañana.

Su mujer, por el contrario, sonrió irónicamente.

- "El lugar perfecto" - musitó con un hilo de voz - "lo dudo mucho ...mucho más si Él sigue allí..."

Arthit levantó la mirada hacia su madre que, con un gesto de cansancio, volvió a ocupar la silla que estaba a su lado.

- "¿Has dicho algo?"

- "No, no he dicho nada" - respondió ella mientras hacía un gesto sin importancia y sin hacer caso de la mirada que le estaba echando su marido que sí la había escuchado.

No me lo puedo creer...

- "De todas formas, no deberías preocuparte por lo del viaje" - dijo Knott mientras compartía una mirada cargada de significado con Newwie.

- "¿Y eso por qué?" - preguntó la Señora Rojnapat mientras miraba cautelosamente al joven.

No me digas que...

- "Pues porque New y yo vamos a acompañarles... ese será nuestro viaje de Luna de Miel" 

A MILLION LIVES WITH YOU/ UN MILLÓN DE VIDAS CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora