Capítulo 12

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-Cuéntame un poco de que va el trabajo de hoy- le pedí a mi amigo mientras ponía el motor en marcha.

-La directora de una prestigiada academia de arte nos ha contratado para fotografiar una exposición. Será algo elegante. Irá gente realmente importante.

-¿Y las obras son de los estudiantes?

-He de suponer que sí. Quiere fotos de primera calidad, y Liam nos dijo que el lugar es impresionante. Antigüedad por todos lados, ya sabes que significa eso.

-Buenas fotografías- dijimos al unísono y reímos.

Bueno… quizá mi día no fuera tan malo.

Pese a mi mal humor, fotografiar, era como una especie de ritual. Lo sé… suena tan estúpido, pero no hay nada mejor que la oportunidad de una buena fotografía.

Agradecía al cielo mi empleo, que en realidad era algo parecido a una pasión. Poder llevarlo a cabo, era algo enorgullecedor.

Yo no había nacido en una cuna de oro, pero con los años y mucho esfuerzo había conseguido bastantes cosas con las que aspiraba de niño. Y también algunas cosas que no.

Como un divorcio.

De pequeño siempre había tenido la patética idea de una familia feliz. Una esposa que te espera con una deliciosa cena y los niños. Una casa acogedora y familiar. Fines de semana junto a tus hijos, el amor de tu vida, y el típico perro que es como otro integrante más.

Cuando conocí a Becca, hacía unos tres años atrás, vi en ella todo lo que deseé en una mujer. Dulzura, simpatía… amor. No creí que las cosas fueran a salir mal. Todo iba tan bien… pero quizá debía quedarse así. Tal vez el matrimonio no estaba hecho para nosotros.

Un fin de semana con una loca stripper cambiaba bastante mi perspectiva.

-Llegamos, Rojas- me anunció Zayn cortando el hilo de mis pensamientos. – Un poco más y te pasas de calle.

-Lo siento- dije con la voz ronca y me aclaré la garganta mientras estacionaba.

Nos bajamos del Audi y me dirigí al maletero dónde se hallaban nuestros bolsos.

-¿Cuánto durará la exposición?- pregunté mientras observaba la despampanante entrada de aquella academia.

-Al menos una semana. Si la directora queda satisfecha con nuestro trabajo hoy, nos asegura el trabajo el resto de los días, y mucho, mucho dinero.

Sonreí. Eso sonaba bien.

Cruzamos las puertas de cristal al elegante y limpio vestíbulo. Todo lucía tan… ¿renacentista? Cuadros, música, incluso la forma de comportarse de los empleados, parecía todo de otra época.

-¿Ustedes son los fotógrafos, verdad?- preguntó una morena de ojos verdes detrás de un escritorio de mármol blanco. 

One and Only (Prince Royce&Tú )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora